Día 1《Lunes》

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No logré dormir mucho debido a las reglas que me había dejado la señora Maureen, primero pensé que era una broma, pero ella no parecía ser el tipo de personas que hiciera bromas, luego quise comprobar la veracidad de al menos una de las reglas, revisé cada habitación y en todas habían armas cargadas, un escalofrío recorrió mi cuerpo pensando que quizá me metí en la casa de una viejita loca, aunque igual podía ser comprensible lo de las armas, considerando que era una mujer mayor viviendo sola en un lugar bastante alejado de más personas.

— No Jimin, concéntrate, esto lo haces por el dinero, no puedes arrepentirte cuando ya aceptaste —me dije a mi mismo en voz alta para cerciorarme de entender bien.

Decidí no tomarle mayor importancia al tema.

Me levanté a las 9 de la mañana, me di una ducha en uno de los grandes baños de la casa y finalmente me vestí. Aproveché de recorrer la casa, contaba con 6 habitaciones, 3 baños, una cocina y una sala enorme, además de otras habitaciones que parecían oficinas y otra habitación en donde solo había un piano y enormes libreros que obviamente estaban repletos de libros, el lugar parecía un museo. De tanta caminata me dio hambre, en la cocina me preparé un sándwich con jamón y queso, acompañado de una taza de café, para este entonces las extrañas advertencias ni siquiera me preocupaban.

La mañana transcurrió normal, también aburrida, pero eso era obvio estando solo en medio de la nada. Para cuando ya fueron las 5 de la tarde yo estaba sentado en el patio trasero comiendo una manzana, observando el bosque y las montañas que se asomaban tras de todos esos enormes árboles, sinceramente parecía el bosque de Aokigahara.

— ¿También pasarán cosas paranormales aquí? —cuestione en voz alta mirando hacia el bosque, sin poder evitarlo las reglas que había dejado la señora Maureen vinieron a mi cabeza— mmm... ¡Si hay algún fantasma aquí, dame una señal! —exclame en voz alta.

No hubo ningún ruido, sonreí de lado por haberme creído todas esas estupideces, solo quise reír por mi idiotez.

Meow...

Lamentable es admitir que salté del susto al oír aquello, me levanté del césped a tropezones y voltee hacia el sonido, allí a unos metros de mi había un gato negro, sus enormes ojos amarillos me miraban mientras yo intentaba calmar los latidos de mi corazón por el susto que acababa de pasar.

— Dios... me sugestione demasiado —suspiré llevándome la mano al pecho, luego dirigí mi mirada al gato que permanecía sentado frente a mi— ¿Tú eres ese gato que se supone no debo tocar?

Me puse en cuclillas extendiendo mi mano hacia el gato, el parecía algo inseguro, entonces cuando comenzó a caminar hacia mi un un sonido bastante fuerte llamó mi atención, provenía del bosque, cuando miré una gran cantidad de aves negras salió de los árboles elevándose hacia el cielo, el gato a mi lado maullo de una manera que parecía más un llanto adolorido y corrió enseguida dentro de la casa por la puerta que yo había dejado abierta.

Esta vez me puse de pie, un escalofrío recorrió mi cuerpo, de pronto sentí la temperatura bajar considerablemente, del bosque comenzó a surgir una espesa niebla, no podía ver muy  bien pero me sentía raro, como cuando te levantas en la noche y en la oscuridad crees ver algo que te observa, sientes la mirada pesada sobre ti y el miedo de que algo aparecerá o de que algo saltará de la oscuridad hacia ti, así me sentía, pero el miedo era mayor, de pronto sentí mi piel erizarse y unas ganas enormes de salir corriendo, no veía nada, pero sentía que algo allí entre los árboles me observaba.

Retrocedí unos pasos, me negaba a darme la vuelta, el miedo de que algo me tomara desprevenido fue demasiado, así que mantuve mi vista fija en el bosque mientras lentamente  retrocedía hacia  la casa, intentando recordar esas reglas que en este momento no me parecían tan estúpidas, ¡Pero en allí no decía nada sobre esto!.

Resiliencia 《JJK & PJM》Where stories live. Discover now