25. Sorteando Sentimientos

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Seulgi detiene su carro, el motor entra en descanso, pero ella no tiene intensión, solo está allí con las manos empuñadas fuerte en el volante de su auto, agachando su cabeza y dejando escapar esas lágrimas que ha retenido.

El silencio que ha mantenido y sonrisas forzadas es todo lo que ha gastado durante las últimas cuatro horas y media, no quería hacer sentir menos a Joy, así que tuvo un encuentro de esos que a la menor le gusta, de la mano, viendo, paseando y ella solo pensando en si esta ha sido su mejor decisión.

Podía sentir cierta luz en su interior cuando su novia pegaba sus labios a los suyos, podía sentir cierto aire que golpeaba su piel cuando ella correspondía, pero no era aquel tsunami que Irene le hacia sentir, no es la brisa fuerte que la empujaba e impulsaba a hacer cosas que tal vez estaban mal, que sabía que podían estar mal, pero que se sentía tan bien. Cómo no favorecer a su cuerpo de esa brisa cuando la misma persona lograba calentarla tanto y era ella misma quien le enfriaba todo ese infierno que la derretía por dentro.

Pero la castaña insiste en que aquello puede solo ser adrenalina, esa inyección que ella cree que es Joohyun, que tiene un efecto temporáneo, una fecha de caducidad, cree que cuando ya no están en peligro deja de ser interesante. Y esto obligatoriamente la lleva a pensar que es una maldita desgraciada, porque su mente le achaca culpas de las que hasta ahora ella se sentía limpia, pero levanta la mirada, al frente con los ojos muy abiertos y la boca en ese mismo estado, sus lágrimas ahora no se van a detener, la punta de su nariz roja, el borde de sus ojos igual, su rostro manchado.

Cualquiera que la mire podría pensar que la chica se está ahogando, que está tomando aire, y es justamente eso. Seulgi se acaba de dar cuenta que todo lo que hizo con Irene, por más que lo quería, por más que se haya convertido en sueño realizado nota que ella jamás pensó en inmiscuirse seriamente con la mayor, que fuera de todo este radio de líos amorosos viene siendo nada más y nada menos que su mejor amiga. Ahora ella siente como su corazón se apretuja en su pecho, su propio cuerpo la castiga, y empieza a sollozar mucho más fuerte, gritando dentro de su auto con los vidrios cerrados, sabiendo que nadie le puede oír, sabiendo que no la pueden escuchar.

Su cuerpo empieza a sudar, hundiéndose más de lo que debería, sus manos ahora yacen sobre sus muslos y tiemblan a pesar de que siente su cuerpo caliente. Siente rabia, odio, vergüenza y todo hacia sí misma, entonces toma su celular, escudriña rápido entre sus cosas y busca a su prima en los contactos, el aparato replica cinco veces, pero no es contestado, ella deja que el terminal se deslice a un lado de ella y se acomoda en su silla, echándola hacia atrás, poniendo su cuerpo a medio lado, llevando sus rodillas hasta su pecho, llora nuevamente con rabia, con fuerza, con voz gutural. Por mas lágrimas que retire de su rostro un montón más vendrán y en medio de todo, eso es otra cosa más que le fastidia de ella misma.

Lleva media hora allí, en el mismo lugar, la silla vuelve a su estado para que pueda quedar sentada, su celular suena y ella contesta con una voz temblorosa y ronca, es su prima del otro lado quien contesta como siempre, entre burlas y risas, pensando que nada ha pasado, pero cuando la mayor le saluda nota el tono, que su voz no es la misma y el moqueo de su nariz le deja en claro lo mierda que Seulgi está hecha en esos momentos.

"¿Dónde estás? ¿Qué pasó?" Su prima ataca pensando que algo realmente grave ha ocurrido, y tal vez si Seulgi dice que siente que perdió media vida y la ven llorando, cualquiera la llamaría dramática y escandalosa, pero Yeri se lo tomaría muy en serio, porque realmente pocos saben qué tanto significa la pequeña Bae para Seulgi.

"Afuera de la casa de Irene" Traga un poco, trata de hablar de nuevo, pero se rompe y esto hace que la garganta de la rubia en el otro lado de la línea se apriete fuertemente.

!Juegos Clandestinos || SeulreneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora