33. Un Nuevo Comienzo

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Irene se despide de Wendy antes de cerrar la puerta y escucha cómo el motor del carro de su amiga arranca, hace sonar sus llaves más de lo necesario y deja ir la puerta, pasa a la cocina como casi siempre acostumbra por algo de tomar, cuando de allí sale con la intención de ir a su habitación, su mamá la sorprende ligeramente.

"¿Cómo te fue?" Irene sonríe con los ojos muy abiertos y la mano en el pecho, mostrando su cara de susto.

"Me divertí" Dice tomando un poco de agua, su madre asiente.

"Seulgi está arriba" La pelinegra aprieta el vaso, porque siente que la fuerza se ha ido de su cuerpo, siente que el cristal va a caer de sus manos, que su agarre no es suficiente para sostenerlo, el agua contenida en su boca ni siquiera quiere fluir a sus entrañas para apagar el incendio interno que se acaba de formar, el solo hecho de que su madre la haya nombrado la ha dejado inmóvil y el adulto la mira extrañada. "¿Estás bien? Te quedaste pensativa" Insiste su mamá.

"¿Está arriba? ¿Hace cuánto? Su auto no estaba afuera, ¿vino en taxi?" La señora se sorprende un poco y camina hacia el ventanal, separando las cortinas levemente, asomándose buscando el carro de la amiga de su hija.

"No sé, le dije que no estabas, pero ella insistió en pasar y fue a tu habitación" Responde la señora aún sin entender mucho, ella para asegurarse vuelve a asomarse por la ventana, cuando voltea ve a su hija correr a toda prisa y solo levanta levemente los hombros acomodando las cortinas.

Irene llega corriendo hasta la puerta de su cuarto, al entrar encuentra la habitación vacía, ella suelta un suspiro sin saber si es de alivio o decepción, se queda un instante de pie reparando cada espacio de la habitación desde la distancia.

Para estar segura camina al baño, pero no hay nadie, y tampoco el bolso con las pertenencias de su amiga está en el lugar donde siempre lo pone cada vez que viene a visitarla, así que ella camina a pasos lentos, sintiéndose un tanto arrepentida por haber dejado pasar la oportunidad de hablar frente a frente con ella antes de irse en ese viaje, que no sabe si tenga retorno.

Entonces, tira su bolso a la cama, y cuando pretende sentarse ve una imagen de ella con Seulgi, con algo de nostalgia sonríe, se pone a reparar la impresión muy de cerca, nota un poco de relieve sobre el papel, pasa sus dedos asegurándose con el tacto, arruga un poco la frente y el mentón, entonces da la vuelta al papel y allí está la causa.

Eres un tesoro que no voy a perder, vives en mí, eres parte de lo que soy y quiero ser, espérame, yo siempre te esperaré. Tu Seulgi-ah.

En ese momento Irene no sabe si reír o llorar, siente tantas emociones dentro de ella que sonríe y deja escapar las lágrimas, observa la imagen una vez más y sus labios se extienden en una sonrisa aún más grande recordando esa tarde.

"Eres una idiota, Seulgi" Dice pasando su dedo índice por el rostro de la menor, que tiene los labios salidos formando boca de pato y el barquillo dentro de su nariz, niega de lo estúpidas que parecen, pero no puede negar lo felices que fueron.

La puerta suena y ella seca su rostro con el dorso de la mano. "¿Sí?" Pregunta esperando que sea alguna de las empleadas de su casa.

"Hija, ¿puedo pasar?"

Irene sorbe un poco y seca aun más sus ojos. "Claro mami, pasa"

La señora se asoma. "¿Se fue entonces?" Irene asiente juntando sus labios, luego los suelta tratando de sonreír. "Las cosas no están bien, ¿verdad?" Irene niega con la cabeza, su nariz crece tomando aire y se contrae al soltarlo, claramente evitando llorar delante de su mamá, deseando un instante a solas, que es lo que cree que necesita, pero su madre no lo cree, ella entra cerrando la puerta detrás de sí, camina con las manos unidas y se sienta al lado de su hija, que entendiendo que su madre viene a consolarla deja escapar las lágrimas con la cabeza agachada, mirando la imagen que aún conserva en sus manos.

!Juegos Clandestinos || SeulreneWhere stories live. Discover now