Capitulo 30

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Esta vez no quería andar en auto, quería recorrer Londres junto a ella a pie.
—Vayamos al centro—propuso.
Muy lejos, pensé. Negué con la cabeza.
—Y ¿si vamos a nuestro prado?—consulté esperanzado, al menos estaba más cerca.
—Claro—susurró.
Entrelacé su mano con la mía y traté de parecer normal aunque sabía que no lo lograría.

Narra ______:

¡Nuestro prado!... me encantaba cuando todo lo relacionaba a ambos. Nuestro amor, nuestro prado, nuestra vida.
—Y ¿ahora?—pregunté al verlo pensativo.
—¿Qué te gusta más?—dijo sonriendo y tomando mis manos para que pudiera bajar el tronco que tapaba la entrada a nuestro prado.
—¿Ah?
Me miro y luego sonrió nervioso.
—Me refiero a si me prefieres junto a ti por las noches o por el día—me explicó.
Me regaló una de esas miradas tan encantadoras y beso mi mejilla.
—mmm...—pensé por unos segundos. ¡me gustaban las dos cosas! Mientras más tiempo pasase con él mucho mejor—¿Por qué?—cuestioné.
Nuevamente entrelazó nuestras manos para que camináramos hasta el lago hermoso que nos regalaba la naturaleza.
—Porque mañana debo hacer algo y Kate me dio doce horas para estar contigo—susurró algo nervioso.
Procese la información en mi mente. ¿Doce? Muy poco, estaría doce horas muertas sin él.
—¿Quien es Kate?—pregunté mientras metía mi mano dentro de la cálida agua del lago.
—¿Jamás te hablé de ella?—preguntó sorprendido y mirándome fijamente.
—No que lo recuerde—dije, quizás lo hizo, quizás cuando lo hizo me distraje con sus ojos.
—Kate es la manda más de mi grupo—anunció introduciendo su mano en el agua y haciendo como si nadase por esta hasta juntarla con la mía y así mantenerlas unidas, aunque la leve corriente del lago no quisiera eso. Si fue tan fácil juntar nuestras manos bajo el agua ¿Por qué es tan difícil juntar nuestro amor en el aire?
—Grupo—susurré—no sabia que los ángeles se dividían por grupo.
—Así es, yo soy del grupo 'D'... somos especiales porque nos suicidamos, Kate era psicóloga antes de morir, entonces el jefe creyó que era lo mejor para ese grupo... ella lidera nuestra hora de salida hasta nuestra hora de entrada...

Y así paso la tarde, hablamos de todo lo que queríamos... de lo lindo, de lo feo. Nos divertimos y nos aburrimos mirando las hojas caer. Jugamos con nuestras manos, moldeamos nuestros cuerpos de maneras divertidas. Fue lo más genial... pero llegó la noche y con ella la hora de regresar a casa. Por suerte Zayn dijo que estaría conmigo toda la noche. Pero que antes debía decidir que me gustaba más, si la noche o el día.

—¡Llegué!—grité cuando entre en la casa.
Mi madre asomo su rostro desde la cocina y se acercó a mi de manera extraña, corriendo en puntillas y con una mezcla extrañas de sentimientos dibujados en su rostro.
—Hay alguien esperando por ti—espetó y volteó sigilosamente hacia la cocina.
—¿Quien?—consulté y miré hacia la cocina.
—Es un pequeño—dijo y luego sacudió su cabeza—no, tendrá ¿tu edad?
No tenía el genio ni el tiempo para acertijos. Mañana estaría doce horas sin mi chico, doce horas muerta, doce horas tratando de respirar yo sola.
Caminé hacia la cocina y mi madre me siguió en puntillas. Empuje la puerta de manera rápida y lo vi sentado. Subió su rostro al verme y sonrió.
—Disculpa, ¿te conozco?—pregunté al tiempo que miraba hacia tras y veía como mi madre desaparecía.
—Un placer, ¿mi nombre? Craig. ¿Me conoces? Lo dudo.
Comencé a llamar a Zayn con la mente, algo en él no me gustaba.
—Supongo que también es un placer—dije y estreché la mano que el había estirado.
Al hacer contacto con su piel, ese sentimiento de reconocer lo que tocas, de reconocer la temperatura de piel. Un sentimiento extraño, ese sentimiento que siento cuando solo Zayn esta junto a mi se hizo presente.
El sonido de la puerta abrirse hizo que nuestras manos perdieran el contacto. Voltee agradecida. Era imposible no reconocer ese olor.
Sonrió al verme y luego su expresión cambio al ver a Craig. Al extraño Craig. 
—¿Kate te mando?—cuestionó mi ángel. 
—Si lo hizo o no ¡que más da! 
Al momento en que Zayn nombró a Kate supe que Craig era un ángel. 
—Adiós—dijo Zayn elevando su mano en gesto de despedida. 
—¿Ya se lo explicaste?—preguntó Craig de manera irónica y elevó una ceja. Zayn rugió, pude sentirlo y oírlo. Entonces los miré pero Zayn hizo un movimiento algo extraño, tan rápido que no pudo ser captado por mi estúpida vista. Y ya no estaban más frente a mi... ninguno de los dos. Siquiera el olor seguía en el aire. Nada. Di media vuelta... Zayn prometió pasar tiempo conmigo lo debía cumplir. Subí las escaleras rápidamente y me cambié de ropa, coloqué mi pijama y me escabullí entre las sabanas. 

Narra Zayn

¡Malditos arcángeles! Como odiaba que me odiasen. Como odiaba tener solo treinta y tres horas para despedirme de ella. ¡¿Cómo iba a lograr alejarme?!

Mi Guardian Angel  | Zayn Malik y tu |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora