Capítulo III

401 41 17
                                    

N/A: En multimedia hay un mapa de la ciudad para que logren ubicar los sectores que menciona Keira

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

N/A: En multimedia hay un mapa de la ciudad para que logren ubicar los sectores que menciona Keira.

Pd.: El capítulo es largo.

Esa misma tarde, los policías trabajaron sin parar ni un solo segundo, ya no solo tenía presión por parte de mi familia, sino también la del hombre que gobernaba el pueblo, un amigo cercano del padre de Nash. En cierta parte, viendo todo el esfuerzo que dedicaron, me siento... ¿halagada? No sé muy bien como precisarlo, pero es una emoción parecida a la que me embargaba cuando ganaba un concurso y el público se ponía a gritar mi nombre a unos pasos del escenario, alabándome.

Realmente no encontraron mucho el primer día. Solo pudieron confirmar que la sangre era mía, que la camioneta que me había llevado sí había estado estacionada al lado de la muralla de la propiedad, en el bosque. Por mucho que se esforzaron, el asfalto de la ciudad no servía para rastrear el vehículo y en el pueblo no había ningún perro capaz de seguir el rastro de los olores. Por esas razones, esperaron al día siguiente, donde ya todo el mundo sabía de mi desaparición. En los diarios matutinos, publicaron un informe con las características que creían que poseía la camioneta en donde me llevaron y esperaron por algunas horas hasta que el primero de los vecinos se presentó con información.

El hombre que declaró dijo que vivía en la esquina que daba con el bosque y el fin del barrio empresarial. Mencionó que cerca de las once de la noche vio pasar una camioneta de doble cabina, 4x4, color gris y llena de lodo frente a su casa. Dijo que en el momento no le pareció sospechoso, porque por esa zona siempre pasaban camionetas así, de las personas que iban al bosque a acampar, cazar o juntar leña. Era de lo más usual, repitió una y otra vez que pensó que eran excursionistas que, por culpa de la tormenta, habían decidido regresar a su hogar. A mi parecer, el hombre estaba mintiendo, en ese sector del bosque es el único que no tiene ninguna fuente de agua cerca, es decir, no pudieron ser excursionistas ni nada parecido, nadie se mete a explorar un sector donde sabe que no va a encontrar ni un poco de agua. Además, los animales tampoco se esconden cerca de esa zona, ellos también necesitan una fuente cercana de agua para vivir.

El segundo testimonio, que me pareció más verídico, fue el de una mujer de no más de cuarenta años. Ella vivía en la zona cerca del parque periférico, a dos cuadras en diagonal a la escuela secundaria de Lercroft. La mujer, algo desinteresada, dijo, y cito textualmente, que «Un idiota que iba a gran velocidad casi atropelló a mi perro la noche del apagón. La camioneta era de color blanca, grande, 4x4, y estaba empapada y mugrosa, como si hubiera estado sobre una calle de tierra. Era un hombre, estaba segura, no pude ver bien su rostro dentro del auto porque iba muy rápido, pero si pude vislumbrar algo parecido a una barba», finalizó ella su testimonio.

Era curioso, ellos todavía no lo sabían, pero pocas de las personas que tenían motivos para secuestrarme tenían barba. Aunque ninguna de ellas tenía una camioneta, por lo menos no blanca.

Pasaron dos personas más: la primera, una chica de mi universidad. Ella vivía a una cuadra al oeste de Zoe y mencionó que una camioneta blanca y sucia pasó frente a su casa cerca de las once y media, quizás un poco más temprano. Comentó que venía de la calle diagonal que va pegada al parque periférico y que se fue hacia el oeste. El último testigo fue un hombre de más de sesenta años. Él declaró que vio a la camioneta, ya del otro lado de la calle principal, que iba en dirección norte, en la única calle cerca del bosque que se transita en esa dirección, y que se perdió en el camino que llevaba al bosque, más precisamente al bosque del lago Elock.

El desvanecimiento de Keira Cosgraves (Completa)Where stories live. Discover now