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Los días pasaban y Sook no veía nada distinto en la escuela, más que ahora su salón se llenaba en los recreos por los dos guapos que se encontraban en él. Todas las personas estaban apretadas en el pequeño cuarto, esperando a que las millones de chicas se fueran una vez que les dijeran lo que tanto querían decirles.

Eso le llegaba a cansar, ya que Suneul seguía sentándose detrás de ella y Sook tenía que aguantar a toda la bola de chicas diciendo "Oppa~" cada dos por tres y llevando paquetes de frituras al pupitre del chico.

Y eso no solo sucedía detrás de ella, sino también a su derecha, ya que ahí se encontraba el hermoso Kim Taehyung, el primer galán en haber pisado el salón. En ocasiones, Sook se salía del salón y se encerraba en el baño, solo para poder relajarse y recuperarse de todo el ruido de los recreos.

Después de uno de esos recreos se les fue anunciado en la clase que los exámenes iban a empezar pronto, por lo que Sook comenzó a tomar apuntes hasta del mínimo detalle e incluso de cosas que no estaban anotadas en el pizarrón.

La clase se le fue volando y le echó un último vistazo a sus anotaciones; los subrayados de colores, los distintos tipos de letras y los títulos adornados hacían que Sook se sintiera más motivada a estudiar y solo eso necesitaba en ese momento; motivación.

—Hola, Han Sook, ¿cierto?—habló alguien en el oído de la nombrada, quien sobresaltada volteó hacia atrás.

Se encontró con el rostro del nuevo frente a ella. No le había prestado tanta atención antes aunque se le hubiera hecho guapo, pero ahora, que lo tenía casi pegado a su frente, pudo admirar que en verdad era extremadamente atractivo.

Sus ojos se veían como las gotitas en la ventana aquel día en el que llegó; divertidos y sinceros. Sus labios de bombón, que toda chica desearía probar, y ese cabello negro de seda. Todos esos atributos pusieron su mundo de cabeza en segundos.

—Hola.—dijo segura de sí misma.

—Oye, ¿tomaste apuntes de todo lo de esta clase?—dijo señalando su cuaderno.—No alcancé a copiar lo último y la verdad no entendí el tema de esta clase.

—Eh...—dudó unos segundos, hasta que asintió lentamente.—Sí...—le mostró su cuaderno.—Puedes tomar foto si quieres...—sugirió.

—Vaya, tus apuntes son muy ordenados.—halagó Suneul a la chica, causando que esta hiciera una breve reverencia con su cabeza y sonriera tímidamente.

Le extrañaba comportarse así; tímida. Ella no estaba acostumbrada a actuar así frente a un chico y menos uno que le llamaba tanto la atención. Demonios. Todo ese tiempo se había preguntado si alguna vez iba a caer rendida a los pies del hermoso Kim Taehyung, pero resultó comenzar a sentir nervios y emoción al ver a Yong Suneul, el nuevo.

—Bueno, le preguntaré a alguien más si me puede explicar, a menos que tú quieras explicarme, claro.

—Pero, ya acabaron las clases.—Sook señaló la hora en su celular.

—Bueno, no te preocupes, nos vemos.—sonrió un poco decepcionado y quiso dar la vuelta.

—¿Y si estudiamos en la cafetería?—sugirió no estando realmente segura por que.—Creo que todavía tengo tiempo.—dijo al final, mostrando un poco sus dientes.

—De acuerdo.—regresó hacia ella y le pasó su celular.—Para que guardes mi número y me avises cuando estés lista.—Sook tomó el dispositivo en sus manos y comenzó a teclear su número.

—Bien.—soltó por último, levantándose, saliendo del salón y dirigiéndose a los casilleros.

Estando allí, busco entre sus pertenencias algo que podría usar para la sesión de estudio con Suneul y tomó un tupper con comida ya preparada. Abrió el tupper, se recargó en los casilleros y se metió el primer bocado de comida a su boca.

—Mmm...—apretó los labios mientras se sentaba a un lado de ella, comiéndose una barrita energética—No me da buena espina—señaló al frente y Sook pudo ver a Suneul caminando, seguido por millones de chicas.—, ¿tú que dices?—Taehyung seguía con la mirada al nuevo.

—Yo digo que es más normal que cierta persona en nuestro primer día de clases.—contestó sarcásticamente, refiriéndose obviamente a su mejor amigo.

—¡Oye, respeta a tus mayores!—dijo fingiendo haberse sentido ofendido.

—Solo me llevas un mes, no cuenta que hayamos nacido en años distintos.—se quejó, tomando sus palillos y metiéndose otro bocado de carne a la boca.—¡Eso te pasa por nacer justo en los últimos días de diciembre!—protestó.

—Pues yo lo veo como una ventaja.—volvió a sonreír.—En fin, ¿tienes tiempo en unos minutos?

—¿Por qué?—su cara transmitía confusión.

—Porque no anoté nada.—dijo entre risitas suaves, mostrando una página en su libreta que a penas tenía el número del día escrita, ni siquiera la fecha completa.

—Prometí ayudarle a alguien más, —recogió sus cosas y se levantó del suelo.—alguien que se esfuerza en prestar atención.

La chica comenzó a caminar, dejando a su amigo aún recargado en los casilleros y con un puchero en su cara. Se encaminó a la cafetería del bachillerato, se sentó en una mesa vacía y sacó todo el material que necesitaba para explicarle a Suneul el tema de la clase; plumas de colores, lápices, gomas de borrar, regla, rotuladores, de todo.

Había terminado de arreglar todo y comenzó a buscar a Suneul con la mirada en la cafetería. Claro; había millones de chicas persiguiéndolo, así que seguramente llegaría un poco tarde. De repente vio en la entrada a un Suneul saludándola mientras se acercaba. Al estar más cerca, Sook pudo ver cómo había gotitas de sudor en su frente, lo cual le llamó la atención.

—Perdón por llegar tarde...—se disculpó con la voz entrecortada.

—No te preocupes.—contestó tranquila la chica.

—¡Wow!—exclamó con la respiración más tranquila, mientras veía todo los materiales sobre la mesa.—¿Necesitamos todo esto?—señaló los útiles escolares.

Sook solo asintió en respuesta, cohibida.

—Vaya, ahora entiendo el porqué detrás de tus hermosos apuntes.—río un poco, causando que ella también riera, y se pusieron manos a la obra.

Estuvieron mucho tiempo estudiando y repasando, pero hubo momentos en los que él se le quedaba viendo y no prestaba atención, desviando a la misma Sook de lo que estaban haciendo.

No entendía porque no le incomodaba; suponía que era por la costumbre de estar cerca de Tae y el tener algo de contacto físico con él. Tal vez esa era la razón por la cual las sonrisitas y miradas del nuevo no le incomodaban. De hecho, le gustaban.

𝒰𝓃𝒹ℯ𝓇 𝒯𝒽ℯ ℛ𝒶𝒾𝓃 [ᴷⁱᵐ ᵀᵃᵉʰʸᵘⁿᵍ] ❥ completaWhere stories live. Discover now