Capítulo 8

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Slughorn terminó la larga perorata sobre sus mezclas favoritas y luego pasó a pedirnos que colaborarámos de dos en dos en una redacción sobre lo bueno de la poción Veritaserum en la sociedad mágica, una completa bobada. No entendía por qué tenía que ser en parejas, pero el profesor se había empeñado en que el trabajo en equipo era bueno, que teníamos que olvidar nuestras diferencias y demás rollitos moralistas baratos en los que preferí no intervenir.

- Tenéis que entregármelo antes del final de clase - fue la sentencia con la que dio por empezado nuestro período de trabajo.

Malfoy se puso a alisar su pergamino como para hacer tiempo y luego me miró.

- ¿Dejas de suspirar y empezamos ya? No querrás sacar mala nota, ¿verdad? - añadió eso último curvando la comisura del labio para luego humedecerlo.

- Obviamente no - rodé los ojos - ¿Se te ocurre algo para ir empezando? ¿Quién escribe?

Fue rápido al responder.

- Tú. Me gusta verte escribir.

Me sorprendió al principio, pero lo disimulé como pude, intentando no buscarle algún sentido equivocado.

- Entonces tú deberías ser el de las ideas.

- Suerte que hoy me siento inspirado - respondió subiendo las cejas, un gesto que le quedaba demasiado natural a su cara.

- Pensándolo mejor, déjame a mí. Me gustaría no suspender - añadí. Sabía que al príncipe de Slytherin no se le daban nada mal las pociones, pero también sabía que era capaz de arriesgar un pequeño porcentaje de su expediente solo por fastidiar.

Las primeras líneas de la redacción me salieron casi solas. Era siempre el mismo patrón, el mismo esqueleto intrínseco que usaba en los trabajos escolares y que parecía decir muchas cosas cuando solo le daba vueltas a una sola. Era un poco incómodo porque sentía que Malfoy me observaba escribir cada palabra y aunque me daba igual lo que pensara, tenía presente ese sentimiento que te empuja a hacerlo todo un poquito mejor.

- ¿Me dejas ver qué has puesto? - que lo dijera tan de repente hizo que mi pluma soltara una buena cantidad de tinta sobre el papel. Le miré con una cara que no debía de ser las mejores, pero él solo sé limitó a añadir algo más - Es también mi trabajo.

Le pasé el pergamino y le observé mientras analizaba mis recientes palabras con un dedo cerca de la nariz. Podía ver su mirada balanceándose entre las pocas líneas. Por un momento asintió, luego chasqueó la lengua.

- Vale, todo esto está muy bien, pero no es lo que nos está pidiendo - fue lo que soltó cuando hubo acabado de leer - "El Veritaserum es un suero de la verdad, poción incolora e inodora que obliga a quien la bebe a decir la verdad. Comúnmente utilizada en interrogatorios..." eso lo sabe todo el mundo, pero aquí el señor profesor quiere saber tu opinión acerca de la forma en la que se usa.

Lo lanzaba como un entendido en la materia, esperando mi reacción para probablemente decir luego otra cosa. Y lo extraño de aquello es que daba la impresión de decirlo no para dárselas de superior, sino que había algo entre cada palabra que me hacía pensar que hablaba en serio.

- Tiene que salir de aquí - señaló mi cabeza con el dedo - no de cualquier libro de pociones poco concreto.

- No hace falta que me tires el rollito moral, Malfoy - le solté - Sé perfectamente...

- Ya, ya sé que lo sabes, pero también es mi nota la que está en juego.

Decidí concederle una oportunidad tomándome un tiempo para pensar lo que decía. Había hecho trabajos como ese mil veces, pero tampoco creía que fuera a pasar nada malo por cambiar de técnica.

Si decides querer (Draco Malfoy)Where stories live. Discover now