Capítulo once

144 23 0
                                    

Narra XX:

Ella ingresa al despacho y con voz calmada informa—Mi señor todo va según lo planeado—dice con una sonrisa —pero aún no entiendo porque esta tan obsesionado con ese joven—concluye él.

Habiendo tantos especímenes en el mundo. ¿Porque tiene que ser él en concreto?—cuestiona la mujer muy confundida.

La razón es más simple que lo que ella puede imaginarse.

—Es MUY claro—le digo con una sonrisa—El es él más fuerte.

Me acerco hasta ella y le levanto el mentón obligándola a mirarme fijamente a los ojos—¿Y sabes que es lo que les pasa a las personas más fuertes?—pregunto.

Me mira seriamente y contesta—No

—¿Qué es lo que es pasa?—pregunta.

Es más fácil romperlos y mucho más satisfactorio hacerlo—respondo moviendo mi mano restándole importancia a mi comentario—¿Acaso no has imaginado el rostro que pondrá después de verte?—le pregunto riéndome

Ella se queda callada, no parece entenderlo.

Y es mejor que no lo entienda.

El futuro que unos esperan con ansias, simplemente yo espero que no cambie, no puedo esperar a ver la cara que pondrá cuando me vea a mi junto a ella.

De solo imaginarlo, no puedo evitar que una sonrisa se forme en mis labios.

—Tengo que admitir que yo, si lo he pensado, incluso lo he imaginado—le susurro alegremente—Llevo toda la vida esperando para esto—le confieso a la dama—Es fácil romper a las personas.

Y él no es la excepción—digo.

Dicen que los monstruos no tienen debilidades, eso es cierto, los monstruos deben aprender a caminar por encima de cualquiera sin preferencia. Pero al parecer se olvidó eso—le doy un puñetazo al suelo, ella se estremece y cierra los ojos—necesito que aprenda, que sea fuerte.

Tan fuerte, tan fuerte, para que la caída duela mucho más,

Mucho más fuerte que ningún otro ser vivo—me incorporo de pie y me dirijo a la salida de la habitación—Nada puede salir mal.

Tengo mucha confianza en este plan.

Todo saldrá a la perfección.

No siempre se gana

Eso es algo fundamental en las reglas del mundo.

Cuando todo en lo que pensaste, en lo que creíste y lo que te dio esperanza, desaparece... Uno solo se rompe.

—Te vas a quedar sin nada—susurro antes de cerrar la puerta, dejando a la joven dama en el despacho.

Una ley fundamental para nosotros es que los sentimientos no están permitidos.

Las emociones son capaces de debilitar hasta a la persona más fuerte, por ello hay que mantenerlos a raya, tenerlos en control evitara desastres y perdida de autoridad, así mismo del poder.

Los demonios crecen con el miedo y a ti ya no parecen temerte.

Bendita la hora en que todo inicio, la hora en que ese sujeto te traicionó, de no serlo posiblemente yo no estaría hoy aquí.

La gracia del universo me ha dado esta oportunidad.

Es la ley de la jungla, la ley de la supervivencia.

Aún te falta mucho por aprender y tan poca vida por recorrer.

Narradora:

Los pasos del hombre se alejan del despacho hasta perderse por el pasillo completamente oscuro, el plan perverso en su mente no puede evitar dejar de planificar, aquella vida llena de tranquilidad en algún momento se ha de terminar.

El príncipe del Inframundo[#4]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora