xxii. sábado; victoria.

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Llegadas las diez de la noche, por fin, anunciaron los resultados de Guerra de Bandas.

Ante ellos, Jeongwoo estaba... ¿Furioso? ¿Decepcionado? ¿Picón? ¿Una mezcla de todas las anteriores?

Se supone que sería sólo un concurso entre bandas escolares, no un espacio en el que los más ricos demostrarían su capacidad adquisitiva para cubrir su carencia de talento.

Y es que la banda ganadora había sido un conjunto llamado Ghost Papers, quienes montaron un show verdaderamente espectacular, incluidos los artificios como luces, efectos visuales y vestuario. Pese a todo eso, ni siquiera contaban con un baterista, todo había sido fabricado por el encargado de sonido del fondo, quien actuaba como un DJ.

— Se llaman Ghost Papers por los papeles fantasma que pagaron como coima para ganar. —se mofó Hyunjin, fastidiado.

— Bueno, admitamos que montaron un buen show... —sumó Ryujin, la que al parecer mejor estaba llevando la pérdida del primer puesto, inesperadamente— Deberían llamarse Ghost Talents, porque no se ve su talento.

Sus compañeros rieron apenas se le pasó el comentario amable, ya que todos se encontraban igual de ardidos.

— ¿Qué criterio usaron este año? —cuestionó Jeongwoo, dirigiéndose a su novio— ¿Tu mamá no sabía nada de esto?

— No es parte del jurado, pero seguro sí tuvo que ver, porque tiene pésimo gusto. Al menos en hombres.

Con eso, Jeongwoo resopló, comenzando a pensar en la curiosa relación que tenía Haruto con su familia, hasta que...

— Lástima que heredé eso de ella.

Y, al escuchar ese indirecto insulto, lo empujó con el codo, hasta que ambos se encontraron riendo, en su pequeño mundo, pese a estar sentados en la misma mesa que el resto del grupo.

En conjunto, habían llegado a un restaurante abierto las 24 horas para culminar el día en una nota positiva, después de los resultados del concurso. The Sheiks consiguió el segundo lugar, nada mal, aunque no era precisamente la ansiada medalla de oro que les hubiese gustado a todos.

El lado egoísta de Jeongwoo estaba feliz de tener la oportunidad para llevarse el primer puesto el año siguiente, cuando no esté accidentado y sea capaz de tocar en vivo a la perfección junto al resto de la banda. Tras lo ocurrido ese año, no había forma de descuidarse.

Pero, al igual que sus compañeros, sabía que Hyunjin estaba por graduarse, y las reglas dictaban que las bandas participantes debían limitarse a integrantes que se encuentren cursando la secundaria. No estarían completos en su ausencia.

El mayor juraba que estaba bien, que los apoyaría desde el público el año siguiente, y que se encargaría de ayudar a quien tome su puesto. Jeongwoo esperaba haber convencido a Junghwan para que se una como el nuevo bajista, pero no dolía que el propio Hyunjin sea quien le cuente sobre todas las bondades de ser parte del proyecto.

— ¿Y si vamos todos a un karaoke? —sugirió Jeongin de repente, con el entusiasmo desbordándose de su cuerpo. Le habían puesto mucho azúcar a su malteada.

El resultado fue una aplastante victoria a favor del sí.

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La barahúnda del local podría haberse anticipado, considerando que se trataba de un sábado por la noche, pero no era precisamente lo que el grupo deseaba. Como solución, pidieron un karaoke box dentro del cual todos podían expresar sus talentos vocales.

Jeongwoo esperó casi hasta el turno final para tomar el micrófono y deslumbrar a sus amigos con una canción que le gustaba mucho, Paint de MoonMoon. Por supuesto, su atención estaba principalmente en su novio, cuya mirada le bastaba para saber que su voz le gustaba, al menos un poquito.

ninki; hajeongwoo (Treasure)Where stories live. Discover now