XXXVIII

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Pasaron los segundos mientras esperaba que Lauren respondiera, que inventara una excusa y me dijera que estaba equivocada, pero no lo hizo.

Lo que sea que me había estado diciendo era mentira.

No me recordaba, no recordaba a la Camz que había llegado a amar.

- Ya ni siquiera sé quién eres - dije al borde de las lágrimas antes de salir de la habitación.

No podía avergonzarme más.

Me había jugado y lo había hecho bien. Me hizo creer que me conocía y que había sido una tonta al confiar en sus palabras.

Debería haber seguido mis instintos, los instintos que me dijeron la primera vez que la vieja Lauren se había ido para siempre.

- Camila, ¡escúchame! - Estaba justo detrás de mí, pisándome los talones.

Había salido cuando me agarró por la cintura y me tiró de regreso a su estudio.

Cerró la puerta detrás de ella, giró la cerradura y la bloqueó con su enorme cuerpo para que no pudiera salir.

- Mírame - dijo.

Me quedé mirando al suelo, así que me sostuvo la barbilla e inclinó mi rostro hacia arriba para encontrarme con su mirada.

- ¿Es esta otra de tus tácticas? ¿Soy solo un peón para ti en este juego como el resto de tu familia? Porque todo lo que tenías que hacer era decirme la verdad, Lauren, y yo te habría apoyado de todos modos - dije, dejando que las lágrimas cayeran libremente.

- ¡Te pregunté si te acordabas de mí y me mentiste en la cara! -

- ¡Tenía que hacer lo que pensé que era correcto en ese momento! Por favor, comprende -
Sus manos se extendieron para sostener mis hombros. - Me desperté confundida en el hospital, no mentí sobre eso. Te recordaba pero no de la forma en que crees que lo hago. Recordé caras, nombres, destellos de ciertos incidentes, pero no tenía ni idea -parecía estar preocupada, parecía que quería que volviera a confiar en ella.

Me negué a decir nada.

No había obtenido la respuesta que estaba buscando, y se dio cuenta.

- Imagínate esto. Casi me ahogo, y luego me despierto en mi auto sentada junto a esta hermosa mujer que parecía preocupada y lista para huir. Me tomó de la mano durante todo el viaje en auto como si estuviera tratando de salvarme de algo. No sabía quién eras, pero tenía visiones tuyas. Era como mirar estas imágenes en mi cabeza -

- ¿Qué visiones? -

- Visiones de ti bajo el sol sonriéndome, atrapada en el bosque, pidiendo ayuda - continuó. - Te vi vestida de novia. Te vi desnuda y retorciéndote debajo de mí, te vi pidiéndome que saltara del auto. Estaba confundida como el infierno porque no recordaba haberme casado contigo. Supuse que era parte del plan de Donovan, y no sabía si podía confiar en ti. Entonces vi el anillo en tu dedo -

- ¿Cómo sabías mi nombre si no recordabas nada antes del viaje en auto? -

Estaba jugando veinte preguntas con ella y no me importaba.

Necesitaba verla hacer una pausa o quedarse atascada en sus palabras y sabría que estaba mintiendo.

Parecía genuina.

- Yo también tenía un anillo en el dedo, comprobé el grabado en el interior. Tu nombre está en él. Decidí probarlo cuando te seguí a nuestra habitación y grité tu nombre. Respondiste y supe que eras mi esposa -

- Así que si sabías todo esto, entonces ¿por qué mentirme? Podrías haberme dicho la verdad desde el principio -

- Porque sabía que te rompería el corazón. Pude verlo, claro como el día que esperabas que te recordara, y no lo sé... simplemente no quería decepcionarte, supongo -

Blind MindWhere stories live. Discover now