X. un sueño

354 77 45
                                    

════ ∘◦♡◦∘ ════

Lo esperé.

De verdad, lo hice.

Estuve en aquella Línea 8 hasta que el último tren para Seokchon llegó y nunca apareció.

Sería un buen mentiroso si decía que no sentí nada por su ausencia, pero me quebré.

Lloré tanto. Mis lágrimas se agotaron por la madrugada, escuchando el sonido de los autos pasar, el ruido de la ciudad.

Más que enojado, estaba angustiado. No sabía cómo encontrarle, mi mente en medio de la ansiedad se preguntaba por su bienestar.

¿Había llegado a casa? ¿estaba bien? ¿se enfermó? ¿se olvidó?

«o quizá...»

No quería precipitar mis conclusiones, primero debía ser paciente, un poco más. Podían existir más razones para no estar aquí, por las cuales no venir hacia mí.

Realmente quise pensar de manera positiva, pero fue cada vez más difícil.

Porque no solo fue ese jueves, también fue el viernes, sábado, domingo y así empezaron a pasar más días e incluso semanas.

Y no supe nada, absolutamente nada de él.

Había desaparecido sin más, como si todo hubiese sido un maldito sueño del cual me despertaron antes de acabar.

«Quizá sí fui un pasatiempo para él»

🌟

Enero estaba pronto a acabar.

Mis esperas terminaron siendo la causa perfecta para que los dolores de cabeza llegaran más y más.

Mi humor estaba mal, muy mal. Atendía las clases, hacía mis trabajos, seguía andando por andar, pero todo... todo me recordaba a él.

Tal vez era un iluso por haberme creado expectativas tan altas. «Quizá esos meses que pasamos, no fueron más que un rato para él» era lo que me trataba de decir para olvidarle.

Pero... yo no era así.

Y él, aunque poco a poco fui recolectando detalles sobre su personalidad, era lo suficiente para saber que tampoco era esa clase de persona.

Eso hacía que mi pecho doliera con más intensidad. Me estaba enfermando del amor. De un amor que apareció en la estación de invierno y meses después, se escapó de mis manos, como el vapor del café americano que tanto detestaba, pero que ahora bebía para mantenerme un poco racional en esta monotonía.

La angustia me carcomía. Mis amigos lo notaron, más no sabía cómo explicarles lo que ocurría. ¿De qué manera les decía que mis llantos repentinos eran por una persona que desapareció así sin más? Para ellos sonaría cuan historia de ninfas o sátiros y seguramente reirían de mí.

Estaba empezando a perder la paciencia. Quería encontrarlo y a pesar de querer responderme esa necesidad de verlo, era imposible no sentirme egoísta. Porque sabía que una parte de mí lo estaba buscando sin rastros para ponerle un fin a este dolor que crecía cada vez más.

Deambulé por otras líneas de la estación, tratando de hallarle, me estresaba un poco más. No había nada. Ni una sola señal de su existencia.

Se sentía como un infierno. El tiempo pasaba tan lento, porque estaba agonizando en medio de la preocupación, dolor y tristeza.

Liebesträume ; soonhao Where stories live. Discover now