Capítulo 18 √

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Hans está perdido en sus pensamientos, ¿Qué clase de monstruo podría haberle hecho eso a Brielle?

Por veces el oxígeno se le va. La preocupación es mucha, la idea de que su mejor amiga, su hermana afectivamente, no respire más, lo agobia.

Un sonido de tono de llamada molesta a Hans y su cabeza, es el móvil de Terry.

Terry se aleja de Hans, y responde:

-McKali, ¿pasa algo? -pregunta confundido.

-Claro que pasa algo -dice en un tono arrogante, cómo siempre-. Necesitamos que venga. Ahora -El castaño, cansado, rueda los ojos.

-Vale, ya estoy yendo -miente.

Camina hasta donde su novio.

-Amorcito, me tengo que ir, ya sabes cosas: de mi estúpido trabajo.

-Cuando me dijiste "amorcito", me dio un aire a Mariale, Brielle y yo cuando teníamos catorce, nos encerrábamos horas a ver sus videos -sus ojos se llenan de lágrimas.

-No pienses cosas malas -dice Terry agarrando las llaves-. Ella estará bien.

Se dan un beso dulce, de despedida.

Es hora, Hans está preparado. Encontrará a quien le hizo eso a su amiga.

Va a la mansión Volcof y, cuando llega a la biblioteca la ve.

-Lidsy, ¿sabes con quien estaba Brielle antes de que se desmayara?

Lidsy se queda pensando, había oído un nombre... Ella cierra el libro que leía: El principito.

-No... o sí... Estaba con un chico llamado Jev, creo. ¿Porqué? -pregunta volviendo su vista al libro.

-Oh no, nada -responde Hans y saca su teléfono para hacer una llamada.

Terry se dirige a su trabajo, su estúpido trabajo.

Abre la puerta de la oficina y ve a McKali ahí mirándolo con desdén.

-Oh, comandante Jackson. No llega a tiempo si se da cuenta -McKali lo mira disgustado.

-Perdón, estaba con mi pareja, uno de sus familiares enfermó.

-Qué mal, dígale a su novia, de mi parte, que ojalá su familiar se reponga pronto -dice como fingido pésame.

-Novio, y es su hermana -corrige sin darse cuenta y McKali lo mira con una sonrisa, fingida, y con cara de asco, el castaño sólo lo ignora.

-Como sea. Usted sabe que se ha estado planeando la misión, ya sabe en qué consiste, y quienes están implicados. Habíamos tomado un tiempo para investigar y tomar información sobre la mafia Volcox -dice McKali escribiendo algo en el ordenador.

-Volcof -vuelve a corregir.

-Sí, eso. El tiempo ya pasó, y ya se está preparando todo.

- ¿To- todo? -pregunta, con miedo, Terry.

-Eh... todo para la redada que se hará en unas semanas -dice McKali extrañado por el tartamudeo del chico. Terry abre los ojos como llantas, él sabe cosas, y no podría hacer eso, sabe lo que pasará.

-Pero no podemos hacer eso - exclama.

- ¿Por qué no? Tenemos lo necesario, y sabemos todo -dice McKali levantándose.

-No creo que estemos preparados.

-Pues lo estamos -replica McKali pasando su mano por las hebras de su negro cabello-. Aunque usted dice que no. Al parecer tiene miedo de lo que pueda pasar al enfrentar a uno de los grupos criminales más peligrosos de América -Terry sabe que no es eso, pero asiente

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