Capítulo 3 √

200 20 49
                                    

En la carretera...

Lidsy está confundida, pero al mismo tiempo preparada para defenderse en caso de que Jonathan se ponga violento.

-Sólo quiero hablar, Lidsy -susurra, levantándose lentamente.

- ¿Ah, sí? Pues yo no quiero hablar contigo. Largo -ordena la pelirroja.

Jonathan asiente y se gira para irse.

Lidsy se gira también camina hacia su casa. De repente, un peso cae sobre ella derrumbándola.

- ¡Idiota! -grita, molesta.

Así. Tumbada boca abajo y con un hombre sobre ella es cómo está Lidsy.

Tratando de desprenderse de él y de los recuerdos que esto le provoca.

-Suéltame -ordena tratando de moverse aún más pero el moreno la aprieta contra sí.

-Sólo trato de decirte que la abuela ha muerto -habla fuerte.

Pero claro, eso Lidsy ya lo sabe. Ella fue quien lo hizo arder todo. Y disfruto verlo todo, sin perderse ningún mínimo detalle.

-Ya lo sabía -replica, irritada-. Ahora sal de aquí antes de que te dé un balazo entre...

- ¿Con qué? -pregunta Jonathan y saca una pistola, la de Lidsy cabe decir, y la coloca en la frente de la pelirroja-. ¿Pretendías matarme?

-Ahora mismo quiero matarte, sí -admite la pelirroja.

Antes de planearlo el chico se levanta y, dejando a Lidsy confundida se va.

Ella está tan sorprendida que no hace amago de levantarse para matarlo o darle una simple paliza como quiere hacerlo.

- ¡Nos volveremos a ver, copper!

Y claro, ella no puede replicar porque desde pequeña la llamaba así.

Al día siguiente...

El coche de Kaos se detiene frente a una casa de madera vieja y suspira viendo en las condiciones en las que la chica vive.

Si tan sólo no fuera un maldito mafioso podría ayudarla...

Deshecha esa idea directamente. No puede ayudarla de ningún modo. Ella tiene su vida y si un mafioso se entromete en ella ya se acabaría lo único bueno que hay en ella.

Una castaña con un mirada apagada baja por las escaleritas de madera hacia la calle.

Kaos baja del coche y la sigue.

- ¿Te llevo a algún lugar, dulzura?

La voz suena por todo el vecindario haciendo que Aurore se tense para después girarse un tanto asustada.

Es decir, un mafioso la había seguido. Aunque eso ella no lo sabe, todavía.

¿Y si quiere vengarse? Sí, seguro quiere acabar lo que empecé.

En un segundo lo tiene en frente de ella sonriente. Ella da un paso hacia atrás por impulso y susurra:

-Si quieres vengarte... -

- ¿Qué? -pregunta, desconcertado-. Oh, sí. Lo del otro día estuvo mal. Muy mal.

Afirmativo, quiere matarme. Quizá se apiade y no me torture antes.

-Es que no me gusta..., no era prostituta y me ofendiste... - «eso no ayuda»-. Perdón.

-No te preocupes. No soy rencoroso -miente, descaradamente.

-Entonces, ¿qué quieres?

--Invitarte a desayunar -propone, sonriente-. Doy por hecho que no has desayunado así que...

Misma vida, distinta mierda ✔️Where stories live. Discover now