Douze

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Para el fin de la última clase tuve que correr hacia mi dormitorio con Diana para poder cambiarme y ponerme mi uniforme de porrista. Se trataba de un top color rojo con bordes negros y rayas blancas, al igual que la falda. Era un lindo, pero incómodo conjunto de animadora.

- Esa falda se ve diminuta. –Comenta Diana mirándome a través del espejo.

- Es mi primer juego, estoy nerviosa. –Le digo.

Ashley, la capitana del equipo, me felicitaba en cada practica y quedó convencida que sería quien la sostendría para que ella sea la punta. Es lógico, ella es la capitana.

Ella se había convertido en una buena maestra, aprendí muchas cosas nuevas. Ella también conocía a Diana y no la odiaba, como yo, le parecía una chica súper buena onda y bonita.

- Vamos, se hará tarde. –Me dice Diana.

Diana hizo el intento de no reírse cuando comencé a caminar como pingüino pero fracasó, la falda estaba un poco demasiado ajustada para mi gusto.

Pronto la acompañe riéndome también, creando una risa sumamente escandalosa que resonaba en todo el pasillo del dormitorio.

- Todos nos miran. –Le comento a Diana mientras seguimos caminando con los brazos entrelazados. Había parado de reír.

- Error, cariño. –Diana me sonríe.- Todos te miran a ti, ese uniforme se te ve de infarto.

Estuvimos bromeando por un rato hasta que llegamos al campo de la universidad.

Diana me dio un fuerte apretón de manos y se fue a sentar en las gradas del estadio. Cuando finalmente logró apartar un espacio alzó ambos pulgares arriba en mi dirección.

- ¡Olivia! ¡Por aquí!

Ashley me llamaba eufórica así que corrí lo más rápido que mis piernas me permitieron por la diminuta falda.

- Niña, niña, llegas cinco minutos tarde. –Me dice cuando llego a estar a su lado.

- Lo siento. –Le digo.- No pensé que nos demoraríamos tanto caminando.

Ashley gira los ojos y luego, prácticamente, me arrastra hasta el grupo reunido en un gran círculo.

- Llegó Olivia ¿no falta nadie más?

- No, nadie más. –Dice Donna, amiga y co-capitana del equipo.

- Bien, junten sus manos en el centro chicas. –Dice Ashley.- A las tres gritaremos ¡Vamos monos!

Todas juntos nuestras manos en el centro y gritamos, sentí en la voz de todas una pizca de emoción y miedo, lo entendía completamente.

El entrenador de los chicos corrió desde el extremo de la cancha hacia nosotras. Era un tipo gordo y con manchas de hamburguesa en su camiseta.

- Hola, Ashley.

- Buenas noches, entrenador Luke. –Lo saluda educadamente Ashley.

Él nos repasa tres veces con sus ojos de abajo para arriba, como si tuviera puesto lentes que pudieran ver la ropa interior. Que tipo más desagradable.

- Uh, que asco. –Chilla Donna.- ¿Viste cómo nos miró?

- Si, que desagradable.

- No podemos reportarlo porque él es amigo del director de la universidad y también quien nos provee estos uniformes.

- ¿Quieres decir que él elige los uniformes por nosotras?

- Cada año. –Contesta Donna.

Antes de que pudiera agregar algo más todas escuchamos nuestro llamado por el micrófono y corrimos hacia nuestra parte correspondiente del campo.

- ¡Vamos monos! –Gritamos todas al unísono.

La música comenzó a sonar y con ello el público comenzó a animarse un poco más. Ese era nuestro objetivo de la noche: animar.

En medio de un split en el centro pude divisar a Harry entre el público, me miraba entre serio y divertido. De todas formas él seguía con las palmas a la gente.

Para finalizar la coreografía Candice me subió en sus hombros y en los mío se subió Ashley, la punta. Cuando acabo la canción toda la gente enloqueció y comenzó con los aplausos que retumbaron en todo el gimnasio.

Todas corrimos nuevamente dentro de nuestro lugar de descanso y festejamos alzando a Ashley en el aire, después de todo ella había hecho esta coreografía posible.

- ¡Salió increíble! –Chilló Donna.- Para ser tu primera vez animando en grupo lo hiciste muy bien.

Después de festejar con ellas camine hacia el dispensador de agua y refrescos, deposite mi moneda y apreté el botón mágico para que cayera mi agua embotellada.

El bolsillo de mi falda comenzó a vibrar, entonces saque mi pequeño celular de ahí y me estremecí por completo al leer el nombre de quien había enviado el mensaje.

De: Harry.-

Tenemos que vernos hoy.

Le había dado mi número a Harry desde hace ya una semana, lo veía en su clase, pero hasta ese momento no me enviaba ningún mensaje y ya habían pasados días considerables desde que fuimos juntos a la casa de mis padres.

Para: Harry.-

¿No es usted mi profesor?

Cuando pase a guardar mi celular este vibro automáticamente.

De: Harry.-

Sin disfraces de santa.

Me reí fuertemente.

Para: Harry.-

¿Cómo me escapo?

De: Harry.-

Te esperare en el estacionamiento.

La noche recién comenzaba.

Olivia |Harry Styles| Dk!Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang