O3

433 38 1
                                    

— ¿Por qué no te recibe el portero encargado? Así te ahorrabas la molestia de abrir la puerta. — Cuestionó la más alta mientras observaba a su menor abriendo dichosa puerta.

— Oh, el encargado de supervisar quién entra y sale del edificio está enfermo, según el dueño. No viene desde hace días...— Una vez logró abrirla ingresando un código, el cuál Ryujin supervisó bien, se hizo a un lado para que entrara.
— Pase, por favor. — Ryujin entró e hizo una reverencia de agradecimiento, observaba el interior de el piso de entrada mientras escuchaba la anécdota de T/N.
— Entonces, desde ese entonces no hay quien supervise. Igual, no es molestia para mí abrir la puerta. Para los vecinos tampoco, quiero pensar. — Murmuró.

— Oh, ya. Esperemos que el encargado se mejore o pronto lo reemplacen. — Ambas chicas se adentraron en el pasillo del edificio, dirigiéndose al departamento de T/N. Al cuál no tardarían en llegar, después de subir unas cuantas escaleras y pasar por pasillos, llegarían a su destino.

— Ryujin, es aquí. — Gritó T/N, ya que sin darse cuenta, Ryujin se estaba dirigiendo a otra dirección errónea. Cosa que se le figuró tierno.

La mayor reaccionó mirando a T/N para dirigir su palma a su frente, dando significado a que se había avergonzado.

Corrió hasta llegar a T/N.

— Lo siento, me distraje. Pensé que te tenía conmigo. —

— No se preocupe, suele ocurrirme, y eso que llevo un tiempo viviendo aquí. — Ambas rieron por el comentario de T/N. — Pase. —

— Permiso. — Ryujin nuevamente hizo una reverencia y entró en el departamento ajeno. Dentro de este podía presenciarse un aroma floral, si es que no se equivocaba, era perteneciente a Sándalo. Tal fragancia era sumamente agradable para las fosas nasales de Ryujin. — Tu departamento es precioso, T/N. —

— Muchas gracias, me halaga... — Suspiró. — Si gusta puede tomar asiento ya sea en el comedor o en la sala. Como usted se sienta más cómoda. —

— Gracias, T/N. Creo que optaré por la sala, mi espalda realmente duele. — Colocó su mano en su cuello. — ¿No quieres que te ayude en algo? —

— Claro, en la sala entonces. Y, no, no. Yo puedo, ya mismo los hago. — Sonrió.

— Está bien. —


Ryujin tomó asiento en el blanco sofá, era realmente suave. Soltó un suspiro lleno de alivio, desde ya hace unos días tenía ese tormentoso dolor en la espalda. No podía pensar en nada más que en su placentero descanso.

Después de unos 5 minutos, T/N llevaba consigo los dos cafés y galletas en una bandeja. Olía delicioso, a Ryujin se le hacía agua la boca.

T/N reposó la bandeja en la mesa de centro y le acercó a Ryujin su café. — Aquí tiene. — Ryujin lo tomó con sutileza agradeciéndole a T/N. De inmediato tomó un sorbo.

— Muchas gracias, T/N. —

— No es nada. — Rió nerviosa. Ryujin inclinó su torso para dejar la taza en su perteneciente lugar, sin antes soltar un quejido. — ¿Está bien? —

— Si, luego se me pasará. — Miró a T/N con una leve sonrisa. — No te preocupes. —

— Bueno, yo..— Apretó sus puños. — Yo.. — A kilómetros se podía notar lo nerviosa que estaba. Ryujin interiormente moría de ternura, podía admitir que le gustaba poner nerviosa a T/N.

— ¿Tú?.. — Ryujin posó su mano encima de la de T/N, que estaba hecho un puño. T/N internamente había sentido un revuelo de sensaciones, era muy temprano para pensarlo, pero al sentir el tacto de Ryujin juraba que sentía una tranquilidad y calma que con nadie más había sentido.

❝ 𝙿𝚂𝙸𝙲𝙾𝙿𝙰𝚃𝙰 ❞ || shin ryujin & you.Where stories live. Discover now