EXTRAÑOS

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¡Olita de mar! 

Espero se encuentren bien. Yo debería estar dibujando pero tuve una epifanía sobre esto y decidí escribirlo, la verdad pensé que me tomaría menos tiempo porque es muy cortito y esta muy X pero recién termino. 

Esto es lo primero que publico aquí del 2021 ¡es emocionante! espero que se entienda la intención X) sino pues chale para mi. 

Muchas gracias por leer (: 

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Era la primera vez en años que subía esa escalerita de piedra, gastada y llena de musgo fresco. Era también la primera vez en años que volvía a esa ciudad. El verde bonito de los árboles en primavera le trajo el recuerdo de un vientecillo juvenil que hacía décadas no experimentaba, dándole la bienvenida a la sensación de que su cuerpo recordara y su cabeza desempolvara viejas memorias que las mismas vivencias sepultaron bajo más recuerdos. Sonrió y terminó por subir la escalerilla con los ánimos renovados.

En la cima estaba el templo, habían renovado la pintura roja de los pilares, los turistas y las familias abundaban. Nada comparado a hace años, en que casi nadie subía esa montaña curiosa a mitad de la ciudad. Al lado del templo, un poco hacia atrás había un café que siempre estuvo, que sin temor a equivocarse se veía igual que antes. Un halo melancólico se paseó sin permiso por su pecho, agitándolo, removiendo el polvo de su cabeza, liberando un poquito más la sensación de que se elevaba sobre suelo y flotaba, allá, lejos, en el pasado. Suspiró menos seguro y jugueteó con el cordoncito suelto que colgaba de su mochila, mientras caminaba en dirección a la puerta.

No estaba ahí para rezarles a los dioses. Solo buscaba un café y un lugar donde trabajar en paz en el ocaso de una tarde de primavera.

Naruto subió la siguiente escalerita de madera, que conectaba a un balcón con sombrillas donde las parejas y los amigos se reunían. La puerta era la misma, de marco negro y cristales transparentes; todo se parecía, todo seguía donde mismo. Puede que quizá, aquella maceta al fondo estuviera al frente en otro tiempo y que la perilla gastada de la puerta fuera más brillante hace años, solo eso, nada había cambiado.

Sucede que, a donde sea que fuera, solía llamar la atención. Apenas cruzó el umbral de la puerta las miradas fueron hacia su persona. Lo sabía, porque era guapo, porque era alto, porque Naruto poseía una fuerza de atracción que inevitablemente te obligaba a orbitar a su alrededor. Como un astro, como el sol. Un poco apenado sonrió, se talló el cabello y fue hacia el mostrador. Una señora lo reconoció de inmediato, porque puede que fuera más alto, que sus facciones se endurecieron y sus ojos se cansaran, que su cabello apenas fueran hebras chiquititas y tupidas, seguía teniendo la sonrisa de un muchacho.

La mujer conoció a su madre, también a su padre. Como todos, como siempre, lo comparó con él, le envió saludos que él prometió entregar. En medio de una charla cordial y pequeñita, lo guió hacia el balcón, a la mesa más alejada del ruido de la gente, con la vista más amplia del templo, le entregó el menú y quedó a su servicio. Naruto asintió.

Dejó la mochila en la silla al lado derecho. Se sentó e inmediatamente sacó el móvil para responder algunos textos. La vida se le iba lentamente detrás de la pantalla del teléfono o del ordenador. Apenas lo descuidaba un momento, el aparato sonaba y vibraba sin compasión.

—Que latosos... — masculló enviando las últimas respuestas.

Un par de minutos después una chiquilla tomó su orden, pidió lo de siempre, lo que hacía años no probaba y apenas recordaba el sabor. La muchacha se fue avergonzada, con algún brillito esperanzado en su mirada. Naruto sonrió negando, enternecido hasta cierto punto « son cosas de jóvenes» pensó sacando la laptop.

One, Two, Three, Shots N/SWhere stories live. Discover now