EL MISMO ROSTRO

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¡Olita de mar!
¿Cómo están? Que bonito pasar otra vez por aquí.
Hoy es el Narusasu Day y queria hacer algo cul ( ya se que no se escribe así) pero ¿que creen? Que no lo logré y salió esto.

Estoy super lenta para todo, y la mayoría de esto lo escribí en el móvil a falta de PC,lo mismo sucede con Brothehood, pero ahí vamos, de que se actualiza, se actualiza (algún día).

Espero que disfruten el resto de su día y no sea tan X la lectura, nos leemos :)

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AMARILLO MOSTAZA

Sacó la última caja y cerró torpemente la cajuela de la camioneta, balanceándose sobre sus talones. Suspiró agotado al ver el cielo amenazante de lluvia. En julio llovía mucho y era constante, como la lluviecita eterna que dormía a su lado cada noche. Sonrió, pendiente de las primeras gotitas que se estrellaban contra el cristal. En el reporte del clima habían dicho que sería un viernes soleado, con poca probabilidad de precipitación, bueno, quizá el sujeto del clima necesitaba un nuevo trabajo. Atravesó el barandal de metal, con algunas hojitas enredadas y un par de florecillas moradas que de llover fuerte se marchitarian sin piedad.

Se dirigió al pasillo angosto de escaleras de madera que rechinaban a cada paso.

En el camino pensó en colgar los retratos en la pared, para verlos al subir y bajar, pensó también que quizá él querría cambiar el color de la pintura, que aunque le gustaba el azul el tono de las paredes era más bien grisáceo y apagado.

Dejó la caja con el resto, apilada en una esquina de la sala amplia y vacía a un lado del barandal de madera que servía de barrera para no caer hacia las escaleras.

—¡Traje la última! — gritó estirando sus brazos y dando dos saltitos sobre el suelo que crujió por el peso. Se preguntó si era que la madera debía acostumbrarse o definitivamente tendrían que cambiarlo todo y tembló al pensar en la cantidad de dinero que eso tomaría. Esperó una respuesta pero nunca llegó. — Bastardo — masculló bajito, sacudiéndose el polvo del overol de mezclilla manchado de blanco.

Vio por la ventana al cielo desatarse, poco a poquito el olorcito a tierra húmeda y hierbas mojadas se asomó a través de las paredes, aspiró contento buscando en el suelo cubierto de periódico su rodillo. Pasaba de medio día y por el clima parecía que era más tarde.

Se sentó sobre los diarios viejos que protegían el suelo, frente a la ventana, tomó el rodillo viejo y comenzó a pintar las paredes, dejando manchones largos y tendidos, un tanto descuidados. Encendió el reproductor en su teléfono y subió el volumen hasta que su voz se confundió con el sonido estridente de las guitarras y comenzó a cantar, alto y sin reparo, simulando tocar la batería con sus dedos sobre las rodillas. Uno, dos, tres, cuatro, cinco tiempos, y un golpeteo en su hombro lo interrumpió.

—¿Q- que...? — Balbuceo antes de quitarse los auriculares y lamentarse por perderse la mejor parte de la canción. Giró su cuerpo, aún con el rodillo en sus manos y el reproductor encendido.

Él estaba ahí, al frente, con esa mueca de seriedad característica de ser un día nublado y con llovizna. Tenía la mejilla derecha manchada de pintura amarilla, también los tobillos, las rodillas y el pantalón de mezclilla. Naruto sonrió encantado, al verlo tan desalineado, no era propio de un Uchiha y mucho menos de Sasuke mostrarse de esa forma.

—¿Qué es tan gracioso? — cuestionó curioso.

—Jeje tienes el rostro manchado — le señaló el lado derecho.

One, Two, Three, Shots N/SWhere stories live. Discover now