A FLOWER NAMED YOU

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¡Olita de mar!

El título de esta OS lo tomé de una canción de Asian Kung-fu Generation, pero la historia no va por donde va la letra, es una de mis comparaciones torpes y sin mucho sentido, y debo admitir que en mi cabeza se escuchaba mejor. Han pasado un montón de cosas de menor o mayor relevancia, entre ellas me quede sin computador (JAJA) gran chiste vida, así que ahogo mis ganas de escribir y terminar de corregir mis historias... ni pedo la vida sigue. Sin más por agregar.

Han pasado tres años desde los sucesos en De: Amigos Sexo y Familia, y el extra de Como humo, veamos cómo les va a los chicos.

Gracias por leer y siento mucho las molestias de los últimos meses  :)

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La luz del mediodía golpeaba con fuerza los cristales del estudio, entrando sin permiso y encandilando a los ojitos juguetones que lo observaban atento. Se limpió la frente y suspiró dando una pincelada más larga hasta que un poco de cobalto terminó tiñendo el ya manchado piso. Lo escuchó reír con más fuerza y luego lo llamó desde la mesita alta en la que apoyaba sus codos, manchada de tiza, crayones y pintura.

Mami...

Él atendió enseguida al llamado, completamente encantado de escuchar su vocecita y sin duda, no estaba preparado para lo que escucharía. No negará que gran parte de su vida tuvo la idea de que los niños eran seres muy curiosos e incomprendidos, y que con el tiempo esa magia chiquitita se vuelve amarga al paso de los años.

Pero èl solía sorprenderlo con sus cuestiones un tanto obvias para el adulto promedio y maravillarlo con comentarios de los que usualmente cuestionaba de donde provenían esas ideas. Bueno, esa tarde lo comprobaría nuevamente.

Su pequeño discurso terminó con una risita encantadora y traviesa, de esas que lograban enternecerlo hasta el fondo de su alma. Sonrió, entre conmovido y extrañado, tratando de asimilar las palabras, había escuchado perfectamente bien, era un hombre atento y de todas formas le pareció curioso. Ahí estaba él, al frente, con sus ojos grandes y sus mejillas redondas observándolo ,sonriente, vivaracho y seguro de lo que estaba pidiendo. Podía apreciar en sus ojitos cristalinos una chispa de vida tan igual a la que mostraba su padre, tan traviesa y única, que supo que aquello no era una broma.

— ¿Eso es lo que quieres? — cuestionó curioso dejando los pinceles de lado. Se limpió las manos y mientras caminaba se quitó la parte superior del overol manchado que usaba para el trabajo. Fue hasta él, que esperaba sentado sobre un banquito alto meciendo sus pies.

—Si — afirmó con simpleza el chiquito.

—Podrías ser otra cosa, no sé, ¿Qué tal un dinosaurio? Te gustan los dinosaurios — se permitió una burla mientras lo tomaba en brazos y se sentaba en el banquillo, con él en su regazo.

—Sí, eso quiero, estoy seguro — afirmó nuevamente sin dejar margen a dudas.

Sasuke todavía no lo entendía y si bien estaba habituado a escuchar las peticiones curiosas por parte de su hijo, esta era por mucho la más extraña que había salido de los labios del chiquito. Lo meció sonriendo y le acarició la frente. Menma se rio y balanceó sus pies sobre el regazo de su madre.

Así que una flor — comentó con cierta ironía, sabiendo que al fin de cuentas terminaría por cumplir ese capricho tan extraño.

—Sí ¡quiero ser una flor! — respondió el chiquito más emocionado.

One, Two, Three, Shots N/Sحيث تعيش القصص. اكتشف الآن