Capítulo 14

4.7K 402 172
                                    

—¿¡SE PUEDE SABER QUÉ ES ESTO!? —el gritó iracundo de Lisa fue tan potente que logró despertarlo asustado, sentándose de golpe en la cama.

Jungkook miró a ambos lados y por fin pudo distinguir el rostro deformado por la rabia de su esposa. ¿Y ahora qué?

—¿Qué...? —habló con voz ronca por el sueño y su garganta seca le hizo carraspear—. ¿Qué sucede?

La mandíbula de Lisa estaba apretada tan fuerte que se notaba la tensión en sus mejillas y las venas de su cuello parecían que pronto explotarían.

—¿Quién mierda te hizo esas marcas en el cuello, Jeon? —no gritó tanto como la primera vez pero igual habló con dureza y rabia.

Jungkook por fin cayó en cuenta y fue cuando soltó un gruñido molesto. ¿En serio le había despertado por eso? Rodó los ojos y se dejó caer de nuevo sobre la almohada.

—Un mosquito. —murmuró volviendo a arroparse.

Y los gritos de Lisa no se hicieron esperar.

—¡Eres un maldito! —volvió a gritar furiosa—. ¡Un desalmado! ¡Hijo de puta! —despotricaba mientras golpeaba con toda su rabia la espalda fornida del hombre, cubierta por su pijama de satén.

—Sí, sí, Lisa. Haz como que somos un matrimonio, pero luego de que despierte. Déjame dormir por ahora. —dijo con aburrimiento intentando recuperar su sueño.

Con un movimiento rápido y brusco levantó toda la camisa de pijama, teniendo una vista completa de la espalda llena de rasguños de su esposo, consiguiendo sólo aumentar su ira.

—¿¡CON QUÉ MALDITA PERRA ESTABAS!? —preguntaba a gritos.

Si sigue así pronto quedará ronca. Pensó Jungkook.

—No me dejarás dormir, ¿cierto? —suspiró con derrota. Se levantó de su lugar y caminó hasta el baño de su habitación, cerrando la puerta tras de sí con pasador, evitando así a Lisa gritándole mientras hacía pipí.

Mas no evitó que continuara gritando al otro lado de la puerta, dando golpes a ésta.

—¡RESPÓNDEME, COBARDE!

La ignoró por completo en lo que se daba una corta ducha y cepillaba sus dientes. Salió a los minutos del baño, envuelto de las caderas para abajo en una toalla y se encontró con que su esposa había abandonado ya la habitación. ¡Genial!

Se vistió lo más cómodo que pudo, con unos pantalones de chándal grises y una camiseta larga de mangas largas que le quedaba más grande de lo que debería. Su cabello húmedo caía por su cara, llegando a alcanzar casi su boca, debía cortarlo pronto. Se puso unos tenis deportivos y tomó su billetera de la mesita de noche de su lado de la habitación junto a su teléfono. Bajó dando saltitos las escaleras y se topó con todo el piso de abajo vacío, exceptuando una de las trabajadoras que iba pasando por allí.

—Hey, Minhye... —murmuró en su dirección. La nombrada se detuvo inmediatamente en espera de lo que su jefe tendría por decirle—. ¿Has visto a Lisa?

—La señora Jeon se encuentra desayunando frente a la piscina con el señor Taemin y la señorita Soyeon. —respondió servicial—. ¿Qué querrá para su desayuno, señor Jeon?

—No, no comeré aquí. Es más... tú no me has visto, ¿de acuerdo? —señaló a la chica y ésta asintió captando.

—Estoy viendo fantasmas en esta casa. —dijo la muchacha mirando hacia el suelo—. Tanto trabajo me tiene agotada, ni siquiera sé bien lo que estoy viendo. —continuó con su acto haciendo reír al pelinegro.

Corazones Mentirosos | kookmin 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora