Capítulo 9

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—¡Papá! ¿¡Qué mierda hiciste!? —posó ambas manos a los lados de su cabeza viendo incrédulo la escena ante sus ojos.

—¡Lo que tuve que haber hecho desde el inicio, maldita sea!

—¡ESTÁS LOCO! ¡LLAMARÉ A LA POLICÍA! —intentó voltear y salir de aquel lugar pero una mano llena de sangre se lo impidió, aferrándose a su antebrazo.

—Tú no irás a ningún lado. —dijo en un frío susurro—. A menos que quieras terminar así también...

—N-no... no lo harías... soy tu hijo... —tartamudeó mirando el arrugado rostro de su progenitor.

—¿No lo haría? —rió sin gracia—. Mira el suelo, mocoso, tal vez te ayude a pensar mejor las cosas.

Tuvo un segundo de shock, en el que sólo miraba la fría expresión en el rostro de quien lo engendró, sin remordimiento alguno por lo que acababa de hacer ni por amenzarlo. Pronto las lágrimas comenzaron a bajar por su rostro, furiosas, perdiéndose en su barbilla. Estaba llorando.

Lo siguiente que sintió fue una bofetada.

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El sonido de llamada era acallado por el constante sonido de piel chocando y pequeños jadeos ahogados, el sudor corría por sus pieles y sus bocas se devoraban con hambre. Las grandes manos del mayor apretaban con deseo las caderas del más bajo, dejando rojas marcas allí donde ejercían presión a la vez que, aquel que se encontraba debajo, mordiendo la almohada por el desbordante placer, aruñaba las sábanas que habían bajo de ellos.

—Alguien te llama, duraznito. —dijo divertido mientras seguía deslizando dentro y fuera de su interior.

—Puede... puede esperar... ¡OH, POR DIOS, AHÍ! —esta vez le fue imposible contener el alto gemido que le provocó la intromisión del pelinegro dentro de él.

—Puede ser una emergencia. —rió por lo desesperado que podía llegar a ponerse Jimin mientras lo jodía.

—Sigue, sigue. —murmuró cerrando los ojos. Jungkook esbozó una sonrisa y bajó pegando su pecho contra la espalda del menor, dejando besos sobre la piel nivea.

—Eres una delicia.

El sonido que había parado volvió a comenzar, anunciando otra llamada. Jimin bufó molesto. ¿Quién osaba a interrumpirle?

—En serio deberías contestar. —comentó Jungkook parando en seco y saliendo de su interior—. Puedo esperar.

—Maldita sea, Jeon. —gruñó, ganándose una palmada en el trasero.

—¿Cómo me llamaste?

—Que te den, acabas de parar de follarme, así que ahora eres Jungkook de nuevo. —respondió molesto, estirando su mano hasta su mesita de noche para alcanzar su teléfono y contestar la llamada. Pudo escuchar una risita del pelinegro a sus espaldas—. ¿Hola?

Mimi, me tenías preocupado, anoche no contestaste el mensaje de Hobi y hoy tuve que llamarte dos veces antes de que me contestaras. Pensé que pudo pasarte algo. —habló un preocupado Taehyung. Jimin bufó.

—Tete, son las... —alejó su mano para ver la hora y la devolvió para continuar hablando— diez de la mañana. Ayer llegué muy cansado y me dormí apenas toqué mi cama.

Jungkook volvió a reír y Jimin volteó su cuello para hacerle una seña de que hiciera silencio. Seguía postrado en la cama, con su culo levantado hacia el mayor y sus codos apoyados en la inestable superficie para darse equilibrio. De pronto, las manos de Jungkook rodearon ambas de sus nalgas y las apretaron con fuerza, tomándolo por sorpresa.

Corazones Mentirosos | kookmin 국민Where stories live. Discover now