Haikyuu ~ Lemmons ~

≈ Suna Rintarou

@Kiratorrws

Su severa mirada yacía sobre la figura de la fémina. Intentaba descifrar el enigma creado en el transcurso de los día, a causa de ese sentimiento de ser ignorado, apartado, o dejado de lado también servirían para describir lo que sentía.

El chico estaba sentado en el borde del sillón, recostando su espalda en el respaldar y jugando con sus dedos en el apoya brazos. Su mano alejó el cigarrillo de su boca, para que segundos después de esta saliera un espeso humo.

Al terminar el cigarro lo apagó y tiró. Se encaminó al cuarto de la chica, examinó el lugar, estaba todo en sus respectivos lugares, nada estaba desacomodado. Se sentó en la cama. Esta estaba a solo centímetros del escritorio donde _____ pasaba horas. Sus ojos no se despegaban por nada del mundo de las hojas de su carpeta o su computadora. Ni siquiera se inmaculó cuando su pareja se sentó a su lado, tampoco habló, solo siguió con su trabajo.

Suna exhaló fuerte. No sabía la razón del por qué ya no había contacto de ella hacia él.

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El sonido de las teclas paró, al igual que se escuchó el caer de un bolígrafo.

____ pataleo como si de una niña pequeña se tratase. Después de su ardua investigación -que por cierto le llevó días- y trabajo, terminó su tesis.

Guardó unas 10 veces los archivos, para estar segura, y luego corrió a la cocina. Su semblante era de pura felicidad. Este cambió al notar que Rintarou no estaba allí, pero no bajó los brazos y lo siguió buscando.

Se quedó estática en el centro de su pequeño hogar, él no estaba.

Miró el cenicero. Al tocar la colilla esta estaba fría. Se fue hace horas. Caminó a la entrada. Sus zapatos tampoco están. Examinó el baño. La ducha estaba mojada. Salió a algún lugar.
Aplicó todo lo que estudió en sus años de criminología. Llamó a los Miya, pero ninguno sabía de él. El hecho de que tenga entrenamiento con su equipo ahora era totalmente descartado, eran casi las 12 de la noche.

Había solo un lugar en el que quizás él llegara a estar, anteriormente se lo había mencionado varias veces, por lo que había una leve probabilidad de que se encuentre allí.

Llamó a un taxi de confianza, pero este la rechazó,

"Lo siento, pero no te puedo llevar a este tipo de zonas _____"

Se vistió abrigada, afuera hacía -1° y debía hacer el trayecto caminando, para su mal augurio, era muy lejos, casi 5km.

Tiritaba del frío. Sus manos estaban congeladas, su nariz y pómulos rojos, y su boca comenzaba a tornarse en tonalidades de azúl y violeta. Con sus temblorosas manos sacó su teléfono y miró la temperatura, había bajado mucho.

Después de caminar por tanto tiempo, llegó a su destino. Un bar nocturno. Afuera había algunas personas, claramente bajo los efectos de diversas sustancia, algunos se besaban y manoseaban, otros solo estaban sentados contra la pared, probablemente alucinando y otras solo se iban de allí.

Dudaste en si entrar o no. En todo los asuntos correspondientes al consumo de drogas de Suna jamás te metiste, ni él tampoco quería hacerlo. Si algo pasaba no quería que te sucediera algo, dentro de ese mundo nunca se sabe qué clase de cosas ocurren.
Armandote de valor entraste al local. Las luces eran bajas, había una gran cantidad de personas allí dentro. Te sentías incómoda e intimidada, el lugar no era de tu agrado, en lo absoluto.