Haikyuu ~ Lemmons ~

Ushijima Wakatoshi

Más de una chica en la playa se le caía, prácticamente, la mandíbula al verlo. Internamente, _____ escuchaba las voces de algunas de sus amigas diciendo te lo dije. Pero no era algo de lo que se arrepentía, tampoco iba a negar que no le agradaba ver cómo otras miraban a semejante dios griego, el cual solo y únicamente ella podía disfrutar y no solo maravillarse viéndolo.

— estás listo? — se acercó al jugador. Él movió su cabeza dando a entender que sí.

Ambos tomaron sus tablas y se dirigieron al mar. El día era excelente, la temperatura y olas eran ideales para surfear.

Una vez explicados los conceptos básicos Wakatoshi fue por su primer ola. Cómo era de esperarse, cayó. Intentó encontrar la mirada de la joven, pero al darse vuelta, la vió saltando y dando un giro sobre el agua. Verla lo hacía parecer tan fácil, tan simple.

Un par de olas fallidas faltaron para que Ushijima lograra dominarlas. Qué más podía esperar? Este hombre era excelente en todo lo que hacía.

Frenaste a un costado para mirarlo, se veía tan bien, no solo por su físico, sino que su técnica parecía haber sido trabajada por años, pero esta era tan solo su primera vez.

Ambos nadaron hasta su encuentro. Una ola inesperada para él, hizo que caiga y tu reíste. Sus mejillas estaban sonrojadas por lo sucedido.

— te ves taan tierno — sonreiste mirándolo. Su mano se posó tras tu cabeza, aplicando una leve fuerza para atraerte y besarte. — y ahora tan sexy.... — reíste viéndolo sonreír de lado.

El atardecer se estaba asomando, por lo que decidieron salir y, de paso, comer algo. Antes de ir hasta el bar de la playa, cambiaste tu traje de neopreno a un bikini.

Esperabas a que te entreguen tu pedido, mientras tu acompañante iba al baño.
El lugar comenzaba a llenarse. Las decoraciones lo hacían ver mejor aún en la noche. Notaste algunas luces de decoración de un tono anaranjado.

Sentiste una mano pasar por tu cintura y escurrirse en el costado de tu traje. El dedo medio de la mano pasaba por debajo de la tira de tu parte baja de tu bikini. Pegaste un pequeño salto, a la par de un sudor frío. En tu cabeza los peores escenarios se reprodujeron. Pero al ver a un costado te tranquilizaste, al ver quién era y soltaste un suspiro de alivio, mientras cerrabas tus ojos.
Apoyaste tu cabeza sobre el pecho de Ushijima, quién no sacó su mano de aquel lugar. Al verte, besó tu cuello y cabeza, pareciendo haber comprendido el haberte asustado.

Ya con la comida en mano, caminaron hasta dónde estaba la camioneta.

— _____ — su mano sujetó la tuya — perdón por lo de antes, no era mi intención asustarte — con sutileza acariciaba tu mano sin soltarla.

Miraste su semblante, era tranquilo, pero parecía tener esa pizca, que muchos no llegan a ver, de tristeza.

Te sentaste en la cajuela de la camioneta, la cual estaba abierta. En el mismo lugar, habían extendido una manta y puesto algunas cosas para cenar allí.

Los últimos rayos de sol desprendían sus anaranjados colores, logrando un muy espléndido reflejo en el agua. La temperatura aún seguía cálida, por lo que solo te habías puesto un kimono ligero negro.

Ciertamente, tu pareja, robó tu atención. Se acercaba pasando una de sus manos por su cabello, despeinando las hebras del mismo, tenía el torso al descubierto y su traje de baño negro hasta la cintura.

Dejó a tu lado otra manta. Notaste algo raro en él, parecía pasarle algo.

— sucede algo — tu mano izquierda se apoyó en su mejilla, la cuál se dejó caer sobre esta.