Dreams oficial

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Nuestros pies están pisando el suelo de New York y aun no nos lo creemos. Esto va más allá de un sueño es una experiencia demasiado increíble que se merece vivir todo el mundo.

Dos días después de llegar firmamos el contrato, formalmente éramos una banda.

Dreams, música para cambiar mundos.

Ese fue el nombre que decidieron ponerle a nuestro primer álbum. Debía pasar el mayor tiempo posible componiendo. Tenía que escribir pero, no quería solo plasmar mi vida en canciones, quiero hablar de algo más, de otras situaciones, ver las cosas desde otro punto de vista, y que más inspiración puedo tener si no es caminando.

-vas a salir?.- me pregunta carlos mientras cruza sus piernas acostado en la cama.

Resulta que, quien será nuestro manejador nos ha asignado un departamento de su propiedad. Esto será por tiempo indefinido ya que estamos empezando y tenemos muchas cosas que ir aprendiendo y sobre todo canciones por hacer. El departamento solo tiene dos cuartos con baño cada uno, pero somos cinco. Al principio los chicos querían quedarse los cuatro en un cuarto y yo sola en otro visto que soy la única chica, pero les dije que estaba de acuerdo en que uno de ellos se quedara conmigo y luego de hablarlo decidimos que fuera Carlos.

-si, voy a buscar inspiración para componer.- le digo mientras me hago un moño alto.

-genial. Los chicos y yo haremos ejercicios. Ellos quieren tener mi sexy cuerpo.- se ríe de lado y yo lo miro alzando una ceja.


Voy caminando por la gran ciudad y varias cosas llamaron mi atención siendo un buen tema sobre el cual escribir.

Todos estaban aparentemente bien, y quise escribir de la falsedad de algunas sonrisas solo para que el resto no vean jamás lo rotos que estamos por dentro. Lo hermosa y atareada que se veía la ciudad también me dio varias ideas, algunos anuncios de las grandes pantallas, los rostros de las personas, en fin. Pensé que en verdad sería fácil escribir estando aquí, los temas no se acababan.

Me encontré lo menos esperado. Captó mi total atención una chica que a juzgar por su cara y su físico, tenía entre 9 y 13 años, no iba sola, un hombre mayor la llevaba de la mano y ambos iban cabizbajos; pero lo que más se notaba era que ella era calva. De inmediato supe de lo que se trataba y me imaginé todo lo que habría sufrido mientras los seguía con la mirada. Ciertos chicos pasaron por su lado y la apuntaban riéndose mientras el señor la abrazaba fuerte en lo que ella lloraba. Sentí un tirón en el estómago, mi psicóloga tenía razón, puedo encontrarme cosas muy malas aquí afuera. Lloré solo al ver esa escena y casi sin darme cuenta me estaba dirigiendo a ellos.

-hola!.- les saludo riendo y el señor me sonríe leve pero la niña no me mira.

-necesita ayuda?.- me habla muy amable el señor mientras la niña ya me mira pero muy tímidamente.

-no, vi lo que acaba de pasar- me agacho frente a ella- eres muy linda.- me mira con sus ojitos llorosos y morí de la ternura, no estaba mintiendo, ella era linda solo que no podía verlo si se centraba solo en su falta de cabello.- quieres que vayamos por un helado?.- le pregunto.

Ella escondió la cara apoyándose en el señor pero, más tarde ya estábamos tomando helado.

-así ha sido desde hace meses.- me habla el señor mientras la mira con pena y un cariño inmenso.

Razones para vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora