【 015 】

10.3K 1.1K 2.1K
                                    

xv. not that saint

 not that saint 】

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

omnisciente

Heaven siguió caminando con la furia acumulada, empujando a varios estudiantes de tercer año que recién salían de sus clases, sin la mínima intención de disculparse.

Para poder bajar las escaleras, dobló el último pasillo sin fijarse, chocando con alguien.

—Fíjate por donde vas...—el tono de la voz de Draco disminuyó cuando se dio cuenta que era Heaven Potter.—Ah, eres tú.

Heaven alzó el rostro lentamente.—Si, soy yo.

Draco analizó su rostro. La Ravenclaw traía el ceño ligeramente fruncido, sus orejas estaban algo rojas y sus ojos tenían un destello diferente al habitual.

Si, Draco pasaba mucho tiempo observándola.

—¿Pasa algo?—preguntó Draco, sorprendiéndose a si mismo, cuando las palabras salieron de su boca.

—¿Te importa?—cuestionó Heaven alzando una ceja.

—En lo absoluto. Solo quise ser educado.—dijo Draco.—Ahora si me disculpas...—murmuró el rubio tomándola de los hombros y apartándola de su camino.

Heaven se giró para verlo irse, pero una idea se atravesó por su mente.

—¡Espera!—gritó Heaven y lo tomó de la muñeca, ocasionando que el rubio se sobresaltara.

—¿Qué quieres, Potter?—preguntó mientras se soltaba de su agarre.

—¿Vas a la sala de Menesteres?—Draco asintió levemente.—Voy contigo.

Draco rodó los ojos, sin embargo, para sorpresa de la rubia, no se negó, con un ademán con la mano y dejo que Heaven liderará el camino.

Al llegar, Draco fue el encargado de hacer aparecer la puerta para poder adentrarse a la Sala de Menesteres.

Una vez dentro, Draco caminó a su lugar habitual. En medio de toda la habitación llena de todo tipo de objetos, había un vacío, con solo un pequeño sillón abarrotado de libros viejos con polvo; y al lado, lo que parecía un pequeño armario cubierto por una manta.

Draco se acercó al sillón, tumbándose en él y tomando uno de los libros.

Heaven sin saber qué hacer con exactitud, se sentó en el suelo alfombrado, frente a él, recargándose de lo que parecía un viejo reloj.

Sin decir mucho, Heaven se quitó cuidadosamente la túnica, doblándola con paciencia. Tomó su mochila, comenzando a sacar un cuaderno y un par de lápices; junto a un paquete de galletas que su padre, James, le acaba de mandar.

Se recostó sobre la alfombra y abrió el cuaderno, comenzando a dibujar una mariposa, con la que había soñado la noche anterior.

Draco apartó la mirada del libro para observarla. Su cabello rubio atado en una media coleta, adornado con un listón, caía sobre sus hombros y parte de su espalda alta. Sus ojos verdes olivo estaban centrados en aquel cuaderno, mientras mordía su labio inferior por la concentración.

heaven's in your eyes; draco malfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora