Capitulo 21

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—No puedes morir... Dijiste que me llevarías a cenar, quiero cenar contigo, comeré comida picante por ti—Izuku se separó de él para ver su rostro, esa mirada llena de vitalidad estaba desapareciendo.

Hasta entonces se percató del escenario en el que estaba al buscar desesperadamente algo que lo ayudara, sintió sus manos húmedas, miro sus manos y sus brazos, estaban llenos de sangre, la desesperación lo invadió, miro el pecho de Katsuki, no había visto nada porque lo cubría ese suéter, levanto el suéter del demonio, Bakugo no quiso decirle, sabía que lo destrozaría y tal como imagino el llanto del ángel le indico que había sido así.

Al levantar su polera pudo ver un agujero debajo de su pectoral derecho, era un hueco enorme, vacío, sus órganos habían sido destrozados, su supervivencia hasta el momento había sido un tiro de suerte, no podía llorar más de lo que lloraba en ese momento, no podía creer lo que sus ojos veían, Izuku estaba destrozado, lo abrazo, pego su frente con la de él, no soportaría verlo morir, no quería verlo morir.

—Por favor...No me dejes—Bakugo cerro lentamente sus ojos, aunque se negaba a hacerlo su cuerpo ya no lo dejo, él tampoco quería dejarlo y saber que lo dejaba ahí, cuando su mundo se tornó oscuro Izuku levanto la mirada, una bola de cristal con una serpiente enroscada en una bola de cristal estaba frente a ellos—. Que ¿Qué eres?

La serpiente se desenrosco de la bola de cristal y comenzó a andar en círculos alrededor de ellos dos.

—No es común ver a un ángel y aun demonio enamorados—La bola de cristal hablo, Izuku dio un brinco de no ser porque seguía llorando incontrolablemente se habría molestado en poner más atención—. Me buscabas.

—E-El oráculo ¡Ayúdeme por favor! ¡Ayúdeme a salvarlo!

—Yo no puedo salvar vidas, eso le corresponde a un ángel, pero, si respondes a mi pregunta acertadamente, podrás salir de aquí, si no lo haces, no volverás a verme.

—Está bien—Era lo único que le quedaba, el pulso del rubio ya casi no podía distinguirse, su cuerpo frío y rostro pálido le indicaban que esa era su última oportunidad.

—Un sacerdote, un carpintero y un sastre se embarcaron en una misión, en su viaje el carpintero se aburrió y la primera noche que vigiló construyó el cuerpo de una hermosa mujer con un tronco, la segunda noche el sastre vistió su desnudez con la más hermosa tela, la tercera noche el sacerdote rezo durante horas para otorgarle un alma. Cuando la mujer cobro vida era tan bella que los tres querían tomarla como esposa, entonces dime ¿Quién merece a esa mujer como esposa?

No podía concentrarse, solo miraba la vida de quien más amaba escaparse lentamente, intento aquietar sus pensamientos para responder, no estaba seguro de la respuesta, pero al menos lo intentaría.

—Ninguno. Ninguno la merecía como esposa, porque no era un trofeo, y ella pudo no haberse enamorado de alguno, porque ser agradecido y estar enamorado son dos cosas muy diferentes.

Esa bola de cristal se abrió y se convirtió en una flor brillante muy hermosa, la serpiente dejo de andar en círculos y prosiguió un camino alejándose de ellos, Izuku estaba preocupado, no sabía si había respondido bien, no obtuvo nada más. Acerco su mano temblorosa a esa flor de cristal y en cuanto la toco fue cegado por una luz muy potente, se cubrió los ojos y se aferró a Katsuki, después de unos segundos de esa manera, no escuchaba nada, el lugar no se sentía frío, abrió los ojos lentamente, miro de un lado a otro con desesperación.

Estaba en su habitación del cielo, no tenía idea si era una ilusión o que estaba pasando en aquel momento, miro a Bakugo, estaban sobre su cama, ya todo se había ensuciado de sangre, se inclinó y subió sobre el rubio sin lastimarlo, se encontraba apoyado en sus manos y rodillas, extendió sus alas, había vuelto a su forma natural era de nuevo un ángel y la esencia de Bakugo también había vuelto a ser la misma pero aun no despertaba.

Corazón de Ángel Where stories live. Discover now