08

873 80 31
                                    

Viktor observaba todo sin decir palabra alguna, desde hace unos segundo se vio obligado a apartar la mirada del pelirrojo pues el hermano de este le dirigía una mirada asesina al superintendente. Debía admitir que le sorprendía y divertía a partes iguales que aquel humano no hubiera escapado y continuará haciéndole frente a Conway, como retándole a que intentará algo.

- Pará empezar, los dos deben ser conscientes de que no todos son como nosotros, capullos. - Empezó a explicar el mayor de todos, buscando entre sus bolsillo un encendedor y extrayendo un cigarro de la cajetilla oculta en uno de los pequeños cajones del escritorio. - deben ser muy cuidadosos y no ventilar esta información, si alguien no muy abierto a que nuestra especie se involucre con los suyos se entera, los matarán.

Viktor observó como ambos hermanos intercambiaron miradas, aliviado al ver que el rubio logró controlar los crecientes nervios en el pelirrojo. Horacio era un hombre bastante grande y fornido, aún no podía creer que con ese aspecto todo chungo fuera así de tierno. Pensar aquello casi le arrancó una sonrisa y por unos segundos se imaginó al de cresta en unas situaciones bastante inadecuadas para lo que sucedía en el despacho del superintendente aquel día, preguntándose si mantendría aquella ternura en una situación y muy deseoso de averiguarlo.

Tanto Greco como Jack desviaron la mirada al ruso cuando sintieron el cambio en su aroma, la excitacion en este era casi palpable y terminó por incomodar a ambos hombres que observaban la manera en que devoraba al crestitas con la mirada. Horacio, por el contrario, era ignorante a la situación hasta que escuchó la risita por parte de su hermano, lo miró curioso pues no consideraba nada divertida la situación ; el rubio miraba entre divertido y molesto al ruso, era normal para él que su hermano recibiera esas miradas, pero no sabía cómo tomar el que uno de esos seres se haya fijado en él.

Horacio observó en la misma dirección que Gustabo y cuando dio con aquellos ojos plateados fijos solamente en él, ahogó un jadeo. Rápidamente sus mejillas se vieron teñidas de un ligero rubor y, aunque estaba sumamente avergonzado, se vio incapaz de apartar la mirada; sin embargo, eso no lo detuvo de repasar con lentitud el cuerpo de este, deteniéndose a observar con atención casa detalle, la forma en que su pequeña cabeza estaba ladeada, el como la respiración de este se había acelerado al notar el creciente deseo en el humano, la forma en que la camisa se tensaba en sus bíceps pues tenía ambos brazos cruzados sobre el pecho.

- Hey, capullo. - Espetó Jack cuando la tensión sexual de ambos capullos logró impedirle respirar con tranquilidad.

Aquello sacó del trance a Horacio, haciéndolo brincar en su sitio. Notó la mirada divertida de su hermano puesta en él y solo optó por bajar la cabeza en un pobre intento de ocultar sos mejillas sonrosadas.

- Bueno... - Continuó Conway, una vez la atención de Volkov se centro nuevamente en él. Llevó a sus labios el cigarro ya encendido, tomándose unos segundos entre cada calada antes de volver a hablar. - Dadas las circunstancias, ambos pasan a estar bajo el paraguas del CNP.

- Estuvimos investigando a quien le atacó, Horacio. - Explicó el ruso, tomando ahora la palabra. - Su clan es uno de los más respetados y temidos de la ciudad, llevamos algunos meses intentando capturarlo pero las pruebas nunca son eran suficientes.

- Ahora saben que murió y buscan a los culpables, su pareja está dando una jugosa recompensa por cualquier información que lo lleve a los culpables. - Comentó Greco, observando cómo el curioso pelirrojo se ponía pálido tras sus palabras. Esbozando un pequeña sonrisa, dio un par de palmadas en su hombro intentando calmarle.- Tranquilo, macho. Si va a por alguien es Volkov, al final fue él quien lo mató.

Si, seguro y eso lo ayudó a calmarse. Horacio observó con algo de temor al ruso, ahora por su culpa estaba siendo perseguido por todo un clan de vengativo vampiros. Al contrario, Gustabo volvió a respirar tranquilo después de escuchar que el objetivo no era su hermano, gesto que no pasó desapercibido para el mayor de todos, que lo observaba divertido.

¿Presa o Cazador?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora