✰ Capítulo treinta y cuatro: A priopi II

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Habías estado en silencio en todo momento desde que entraste en la sala de reuniones — la cual como dijo la oficial Chen estaba vacía, cosa que agradeciste en completo silencio para no molestar a Nines —. Estabas demasiado concentrada en quitar — sin lastimar al androide — con una pinza los pedazos de la cerámica de la taza incrustados en la mano derecha del RK900 frente a ti, para luego depositarlos en un recipiente de metal, te sentiste realmente aliviada cuando observaste que estos no se habian enterrado demasiado profundo, no dañaron ninguno de los sensores o terminaciones extremadamente delicadas de aquel biocomponente, por lo cual no tuviste que buscar o pedir alguno compatible para reemplazarlo.

Pero de todos modos era entendible que, tanto Connor como Nines habían sido creados para ser más resistentes que otros androides, al ser los prototipos — únicos, en todo su esplendor — más avanzados de Cyberlife, capaces de volver a reparar daños en sus biocomponentes, — daños leves o de un grado no tan grave, claramente, no eran inmortales o indestructibles como muchos podrían pensar — eran las perfectas máquinas asesinas, equipadas con tecnología de punta y un reciente humor sarcástico que ambos androides habían adquirido tanto gracias a Gavin, Hank y — muy a tu pesar —  de ti también.

No te atreviste a hablar o a mirar a Nines en ningún momento, no porque estuvieses molesta o no te importará su estado... Es solo que, no sabías que se suponía que deberías de decir o hacer para reconfortarlo, el aterrador RK900 parecía un ser formidable e indestructible, — tanto física como emocionalmente — mantenía una expresión seria en su rostro la cual te dificultaba a ti — y a todos los que tratasen — leer alguna emoción que estuviese ocultando, pocas veces llegaste verlo sonreír o reírse por alguna tontería que ustedes hicieron, razón por la cual cuando lo viste quebrarse frente a todos en la estación, una parte de ti te obligó a salvarlo de alguna u otra forma, al sentir su dolor tan solo con verlo, es decir, ¿Quién no se sentiría de ese modo al verlo temblando, manteniendo la cabeza agachada mientras que su led se mantenía encendido en un potente y preocupante rojo, siendo observado y tal vez juzgado por todos?

Se vio tan frágil, tan vulnerable y tan pequeño que tuviste la necesidad de llevártelo lejos del mundo que lo miraba con crueldad sin hacer nada por ayudarlo; aquello fue nuevo para ti, un sentimiento "maternal" y protector que nació justo en ese momento, pocas veces se había asomado o manifestado en tu persona, pero jamás de ese modo.

Y eso te aterró.

Rosangela había llegado unos segundos después de que Nines y tú entraran en la enorme — y muy pocas veces usada — sala de conferencias, había traído todos los artículos existentes que encontró en la estación para la reparación de los androides junto a sobres de thirio para Nines, quien los recibió y agradeció con un débil asentimiento de cabeza sin atreverse — tal vez por la vergüenza o por lo vulnerable que se sentía en esos momentos — mirarla a los ojos, para luego tomar con un sorbete especial para ingerirlos aquellos sobres en completo silencio.

La azabache te informo que Fowler había dejado pasar las cosas por esta vez, además de que luego se encargaría de conversar tanto con Gavin y Nines para ver qué ningún incidente parecido ocurra en el futuro, el hombre no tenía mucho conocimiento de la relación que mantenían ambos, pero esperaba que aquello no interfiriera con los asuntos laborales y que si tenían algún problema, hablarán con calma y si se requería con un especialista, para no arruinar el ambiente en el trabajo o dañar la salud mental de estos.

Tu solo le agradeciste la información y al ver que Nines no parecía tener intenciones de hablar, la llevaste a la puerta y le preguntaste si deseaba quedarse a ayudarte, pero ella dijo que iría a ver a Gavin, puesto que deseaba ayudar a Connor y a Hank a calmarlo o hablar con sobre el por qué había tenido esa reacción y si es posible golpearlo por haber dañado al androide, obviamente dijo todo eso en un tono de voz bastante bajo — y burlón con tal de aligerar el estrés que tenían ambas — que pudiste percibir por pura suerte, ya que no deseaba que Nines escuchará aquello y se sintiese mal, sabía que el androide poseía el sentido de audición bastante desarrollado, pero esperaba que este no haya escuchado nada, o por lo menos eso parecía ya que el ahora nada aterrador RK900 se mantenía quieto observando un punto fijo en el suelo mientras acababa de ingerir el segundo de los cuatro sobres de thirio que le entrego la azabache.

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⏰ Última actualización: May 01, 2023 ⏰

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