Soulmates [Donquixote Rosinante/Corazón]

III. Alma Solitaria

Capítulo 3
¡El sí es mi Soulmate!

La azabache miró con suavidad al hombre rubio mientras acariciaba suavemente sus cabellos y soltaba risitas tontas con una mirada embobada y los ojos brillantes de amor puro, estaba completamente cautivada por el rostro de su alma gemela y sus hermanos tenían la boca completamente cerrada sin saber que decir y solo podían mirara la escena con impotencia y totalmente confundidos.

¿Cómo llegó ese hombre a la casa? ¿Cómo había cautivado de la nada a su hermanita de esa manera? ¿Qué había sucedido?

Esa noche, como otras habían escuchado los gritos y lamentos de su hermana como las anteriores noches sintiéndose impotentes y tristes, hasta que de la nada no escucharon absolutamente ni un sonido y eso les preocupó, ni siquiera el sonido del reloj, sus respiraciones o cualquier movimiento del viento y entonces escucharon de la nada un gran estruendo, obviamente corrieron para ver el estado en el que se encontraba su amada hermanita menor y se encontraron la escena de la azabache gritándole a un guardia de seguridad mientras apretaba a una persona rubia contra su pecho.

Todo lo que pudieron escuchar fue a ella diciendo "mi alma gemela" y quedaron hechos piedra en su lugar, completamente en shock mirando expresiones que jamás pensaron ver en el rostro de su hermana, sabiendo que las personas que no tenían alma gemela solo podían sentir emociones negativas y ninguna positiva, por eso morían a los dieciséis o antes ya que no eran capaces de soportar el dolor en su cuerpo ni las voces que inundaban su mente, o se suicidaban o simplemente todos sus órganos explotaban simultáneamente.

Y si, las personas sin alma gemela eran tan extrañas que incluso sus cuerpos eran diferentes a los de un humano normal, su sangre era negra, poseían cosas que nadie más tenía, ya fuesen orejas élficas, alas, alturas anormales ya sean muy altas o muy diminutas, colores de ojos, cabello y piel exóticos y sobre todo, poseían habilidades que nadie más tenía.

Las personas sin alma gemela eran tan pocas en todo el mundo, que eran los más desdichados, pero lo compensaban con "cualidades" que no los olvidarían fácilmente.

Los hermanos de Alysia habían visto las habilidades de su hermana, ella era capaz de crear cualquier tela con solo pensarlo, su sangre cuando se cortó era negra, su altura era sin duda la más alta del mundo e incluso si la golpeaba un auto ella no sentiría dolor alguno a excepción del dolor de su alma y órganos a punto de colapsar en un desastre sangriento.

—Alysia... Es imposible que este hombre sea tu alma gemela... —habló su padre mirando afligido a su hija la cual miraba con adoración al hombre el cual estaba vendado y con riesgo vital—. Naciste sin una... sigues siendo anormalmente alta, sigues teniendo tus habilidades... él no...

—¡Te equivocas! —bramó la azabache mirando con sus ojos dorados brillantes a su padre el cual le miró triste— ¡Él lo es! ¡Es mi alma gemela! ¡Cayó del cielo a mis brazos! ¡Cayó porque le pedí al cielo que me lo envira! ¡El ser supremo de arriba, dios o quién sea quien nos ate a almas gemelas me concedió mi deseo! ¡El universo lo hizo para mí!

—Alysia...

—¡Es verdad! ¡Ahora mi cuerpo no duele nada! ¡No escucho las voces en mi cabeza! ¡No hay dolor alguno y no hay tristeza! ¡No hay malos sentimientos! —gritó alterada la azabache y tomó el bisturí que estaba en la mesita de noche que habían utilizado para operar al rubio y salvarle la vida.

—¡Alysia!

—¡Mira! —gritó la chica y apuñaló su muslo con fuerza, haciendo que soltase un gemido y lágrimas cayeran por su rostro, pero seguía sonriendo adoloridamente y sacó el filoso bisturí de su carne, mostrando como la sangre negra, ahora era roja carmesí y corría libremente por la carne desgarrada.

Él sí era su Soulmate