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Ese día se había levantado de buen humor, se había dado una larga ducha, desayuno, escucho las noticias y se permitió ser ocioso por un momento. Todo iba de maravilla hasta que su padre le llamó diciendo que necesitaba de su presencia en la editorial.

Había gritado agotado de tan sólo saber que tendría que dejar su día de ocio para después, así que se vistió, perfumo y alistó sus cosas en el maletin junto a la laptop.

Y ahora estaba en un salón de juntas junto a sus padres esperando uno de sus socios. Su madre era un real fastidio, una vieja bruja desde que tenía memoria. No la soportaba, no después de todo lo que se había enterado.

Ama a sus padres, claro que los ama, después de todo son las personas que le dieron la vida y lo cuidaron, pero su madre es un verdadero dolor en el culo. Siempre presionandolo para hacer cosas que no quiere, ya ni siquiera podía verla con el respeto que solía tenerle.

Llevaban en ese jodida sala desde las 10:00am y ya están cerca de las 1:00 pm. Tres jodida horas sentado esperando a uno de los socios de la Editorial.

Y como si fuera poco, debia aguantar a su madre durante quien sabe cuanto tiempo más hablando sobre nietos, bodas y cosas para las que aún no esta listo, ¿Pará qué quiere nietos? ¿Acaso quiere un certificado de vejez diaria diciendole "abuela"? Porque él con gusto se lo puede recordar cada día. Y ni que decir del discurso sobre que se sentirá mejor cuando tenga una familia.

Su padre Masaru, solo está sentado en medio de ambos sonriendo leve ante las palabras de su esposa y las réplicas de su hijo, siendo el hombre pasivo y calmado que siempre ha sido, era la imagen del cariño paternal.

Son tan parecidos los dos. Pensaba Masaru con cariño.

Por fin, a las 1:16pm la puerta de la oficina se abre y entra el gran socio de la Editorial. Todoroki Shoto, hijo menor de un amigo de la familia, el menor de los cuatro hijos del matrimonio fallido entre Enji y Rei Todoroki. Bastardo Mitades, le dice él.

—Bienvenido Joven Todoroki, un gusto que llegara — saludo su padre de manera amable, dejando pasar olímpicamente el hecho de llegar tres horas y 16 minutos tarde. Pero su madre es cuento aparte.

— Algo tarde, ¿No crees? — dijo sería, recalcando la obvia tardanza — ¿Podría decirnos el porqué de su retraso?, si no es molestia, claro —. Agregó sarcástica a lo ultimo.

Pero como siempre, el estúpido no se da cuenta del sarcasmo en las palabras de su madre, porque el bastardo estaba tan traumado que era demasiado denso.

Parpadea dos veces seguidas para luego tomar asiento —No es molestia, Señora Bakugou — dice con voz neutral y la misma cara apagada de siempre. No puede creer que este tipo le llegó a gustar a su amiga Mina en algún momento de su adolescencia. Veo la olímpica cara de fastidio de la vieja y me regodeo en ella —. Mi vuelo se retraso, cuando pidió mi presencia yo me encontraba en EU, un amigo me hizo el favor de traerme en su Jet al cancelarce mi vuelo — Explicó.

— Oh, ya veo — dijo, asintiendo en entendimiento de que su vuelo se cancelara —. Entonces será mejor que empezemos de una vez, tenemos quejas del sector laboral sobre la paga, especialmente en el área de traducción — comentó la rubia.

— ¿Traducción? — musito confundido — ¿Qué es lo que quieren hacer al respecto? —

—Quieren que les suba la paga, o que les den más días libres, bastardo — habló por primera vez desde que llegó el bicolor — Era obvio que no iban a estar felices toda la vida con dos fines de semana libre al mes — comentó.

— Oh, entonces deberemos llegar todos a un acuerdo — puso una mano en la barbilla, pensando en ideas para que sus trabajadores estuviesen satisfechos.

Y así pasaron las cosas, hablando entre los cuatro para llegar a un acuerdo con beneficios para ambas partes.

....

En otro lado, en una casita de zona residencial en Chiba, se encontraba un peli verde saludando a su madre después de años de estar en el extranjero. Había aprovechado que su mejor amigo necesitaba un aventón a Japón para ir a visitar a su madre, lo acompañó en el viaje con el solo propósito de darle el aventón e ir a visitar a su madre.

— Izuku, cariño, es un gusto verte — saludo la rellenita mujer

Izuku sonrió, entrando a la casita y tomando asiento en lo que su madre buscaba té y galletas.

— No sabía que vendrías, así que no prepare galletas de mantequilla — se disculpo avergonzada.

— No te preocupes, mamá — le resto importancia —. Solo quería venir a verte y aproveche que Todoroki necesitaba un aventón hasta acá.

Inko sonrió complacida, tenía un hijo tan lindo, fuerte e inteligente. Su pequeño ya no era como cuando tenía dieciséis, había dejado de lado sus actitudes toscas y malas palabras, sacando su bondad y amabilidad.

Sin embargo recordar el quiebre que sufrió su hijo la hace entristecer, aún si fue perdonada, saber que por su culpa su bebé sufrió mucho le encogia el corazón.

Pasaron el rato hablando de sus vidas, de cómo se habían extrañado tanto y se querían, al final Izuku tuvo que irse, tenía ya un sitio apartado en lo que esperaba a Todoroki para ir de vuelta a New York.

...

Conducía con calma por las transitadas calles de Japón, había tenido una recarga emocional por hablar con su madre, estaba al cien y aún así estaba somnoliento, quería llegar y dormir.

Por todo el camino vio diferentes carteles publicitarios, en muchos salían artistas nuevos, en algunos otros podía ver a sus antiguos compañeros de clase y también, a Katsuki.

Suspiro triste, aún si habían pasado años, recordarlo era hacer que su corazón se derritiera, sólo pensar en él hacia que algo se re moviera dentro de él. Lo extrañaba tanto y le dolía todos esos años de indiferencia.

— Solo han sido... ¿Siete años? — murmuró confundido, no recordaba la cantidad exacta desde la última vez que lo tuvo frente a él.

Sacudió la cabeza agotado, no servía de nada pensar en él ahora, Katsuki ni siquiera estaba en Japón y no se lo toparia, además de que se prometió no volver a molestarlo.

Nuestro secreto | Dekukatsu | Terminada Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon