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Desperté sintiendome aturdido, observe a mi alrededor y ví a un costado de la camilla a mi madre, tenía una expresión que muchas veces ví dirigidas a mi cuando la decepcionaba.

— Que bueno que despiertas, Katsuki. Así podremos hablar sobre como planeas solucionar esto.

La observé curioso, y ella me dirigió una mirada dura que años atrás me habría congelado del pavor.

— ¿De que mierda hablas, anciana?

— Hablo, Katsuki, de que estás embarazado

Me quedé helado al oírla. Yo ¿Qué? No podía ser cierto. Dirigí mi mano a mi vientre, asustado. Diablos, estaba embarazado, voy a tener un bebé, de Deku.

— Estoy embarazado — murmuré,aún consternado por la noticia, sin embargo el hecho se realizó frente a mis ojos y una felicidad abrumadora me golpeó.

— El doctor vendrá en unos minutos para hablar sobre la interrupción del embarazo, obviamente no voy a permitir que traigas un bebé al mundo y tú vas a obedecerme.

— ¿Qué? — la ira se apoderó de mi de inmediato — ¿De que mierda hablas, bruja? ¡No voy a abortar, estás loca!

— ¡Cállate, Katsuki! ¿Crees que criar un niño es muy sencillo? ¿Crees que podrás hacerlo solo? Pues no, creiste que no sabía de tus pequeños deslices con el hijo de Inko, pero no fuiste cuidadoso, Katsuki y ahora que te ofrezco la salida a este lío se te ocurre negarte.

Me levanté de la camilla, soltando la vía que estaba pegada a mi brazo — Escúchame bien, Mitsuki, y pon atención — la jale del brazo haciendo que se levantara de la silla — ¡No puedes pasar por sobre mi y decidir lo que es mejor para ti misma! Estoy harto de ti, gracias a ti papá está muerto, Eri está en un orfanato y no sé siquiera si Masaru es mi padre.

— ¿Que dices? — su voz salió tambaleante, y la maldita mirada en sus ojos me hizo sentir gigante.

— ¡Por culpa de tus deseos egoístas arruinaste la vida de quienes te amaban! Eras mi ejemplo, y ahora no eres más que una mujer a la que veo y solo recuerdo todas las cosas asquerosas que hizo — gruñí molesto, apretando más el agarre en su brazo — ¿Dime, Mitsuki, que tan miserable hay que ser para arruinar el matrimonio de Inko, la única persona que aún sabiendo la mierda que eres estuvo a tu lado? ¿¡Eh!?

— No sabes nada, todo lo hice por ti, por Masaru, ¡Por nuestra familia!

— Esas mentiras no se las cree nadie, ni siquiera tu, mamá — siseé.

Pronto la puerta de la habitación donde estábamos se abrió, entrando Kirishima junto a Nejire junto a un par de policías.

La joven se acercó a mi madre tomandola de la mano para darle la vuelta.

— ¿Que demonios?

— Mitsuki Bakugou, está bajo arresto por negligencia maternal, fraude fiscal, sobornos a funcionarios de la ley, evasión de impuestos, secuestro, y posible muerte de Midoriya Hisachi. Tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga será usado en su contra, tiene derecho a un abogado.

— Están equivocados. Katsuki, hijo, diles que se equivocan — observe a la bruja gritar mientras los dos hombres se la llevaban escoltada, y al verla desaparecer sentí un peso salir de mi espalda.

— ¿Estás bien? — observe a Kirishima, y me di cuenta de que todo esté tiempo estuvo a mi lado y las lágrimas se me salieron — Oye ¡¿Sucedió algo malo?! ¡No llores!

— Estoy embarazado — solté, viendo su rostro pasmado por la noticia convertirse en una expresión de emoción.

— ¿¡Seré tío!?

— ¿Ah? — me impresione al ver su reacción, estaba hablando por los codos sobre ser un gran tío y... Diablos, en verdad tengo buenos amigos.

Sonreí, debía aprovechar este momento de tranquilidad porque cuando amaneciera y otro día empezará tendría muchas cosas que hacer, la editorial, la casa donde crecí, testificar, debía pedir las cenizas de mi padre. Suspire agotado, y aún no había empezado.

...

Habían pasado tres semanas desde que papá murió, me entregaron sus cenizas al ser el único pariente vivo y limpio de antecedentes que podía recibirlo. Sus cenizas estaban reposando en una pequeña urna de oro que tenía sobre una repisa, el altar que usaría para hacer su Santuario estaba en Londres, había decidido junto a Kirishima que era hora de dejar Japón atrás.

De acuerdo con la editorial, Todoroki Shouto siendo el socio principal era quien se haría cargo de la editorial, aún así yo iba a postular en los papeles como el dueño oficial, había sido difícil ya que Mitsuki tenía que firmar una acta donde me cedía el edificio completo, sin embargo ahora todo iba bien y junto a Todoroki teníamos planeado construir una sede en Londres cerca de la zona donde viviría.

La casa donde crecí la puse en venta. Si lo que quería era cortar lazos, lo mejor era deshacerme de las raíces que me mantenían atado por completo, para lo único que fui a ayudar fue para sacar las antiguas pertenencias de papá y la vieja, todo acabo en un pequeño departamento que mi madre utilizaba en Tokio una vez al año y que permaneció a su nombre incluso después del juicio, ese había sido otro drama. Ella al enterarse que su propio hijo le había traicionado casi se volvió loca, y después de que Eri paso a dar su versión de los hechos casi se convulsiona.

Al final, la muerte del padre de Izuku no se pudo resolver, habían demasiadas incógnitas sin resolver y no tenían pistas, por lo que mi madre se mantuvo limpia de un asesinato en su expediente, sin embargo, eso no quería decir que no lo llevaría en su conciencia toda la vida de ser ella la culpable. Los demás delitos que cometió fueron suficientes como para pasar un buen tiempo en prisión.

— Bakugou, aquí está Eri con los del servicio social — volteé a ver a Kirishima, tomé la computadora de mis piernas y la dejé sobre la mesita de té para levantarme.

— Hermano Katsuki — sonreí al ver a Eri, que sostenía una mochila roja en sus manos mientras que la mujer del servicio social hablaba con Kirishima — Estoy tan feliz de saber que serás como un padre para mí ahora.

— A mi también me alegra tenerte aquí, Eri, perdón por tardar tanto en traerte.

Ella me sonrió y me recordó tanto a la sonrisa del viejo Midoriya, la misma sonrisa que Izuku.

—Te pareces tanto a tu familia paterna, Eri — le murmuré —. Tienes la misma sonrisa risueña que tú hermano y tu padre.

Los ojos rojos de Eri brillaron ante mis palabras — ¿En serio? — asentí — ¿Cuando podré conocerlos, Katsuchan?

Suspire ante la pregunta. Ni siquiera sabía si volvería a ver a Deku.

— No lo sé, Eri. Pero prometo que algún día podrás conocerlos, te van a adorar, Inko en especial.

— Señor Bakugou, disculpe ¿Podría firmar  aquí? — tome el bolígrafo que me extendía la mujer y firme donde me indico —. Muy bien, pues todo listo, Eri cuenta con un pasaporte al parecer, por lo que no debería haber problema para salir del país.

Asentí, yendome a la sala con Eri y dejando a Kirishima lo demás. Estaba socialmente agotado.

Al cabo de un rato apareció Kirishima junto a un plato con galletas y té.

— Para la futura mamá — bufé por lo bajo al escucharlo, aún así tome una galleta y la mordí, jamás le diría que eran mis favoritas —. Nuestro avión sale mañana, Todoroki dijo que usará su jet privado para tu comodidad de embarazado.

— Algo bueno que hace el bastardo en toda la historia.

Eri me miró confundida — ¿Qué?

Sacudí la mano restándole importancia — Nada, ¿Quieres galletas?

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..

...

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Katsuki rompiendo la cuarta pared nmms ...

Cómo creen que reaccione Izuku al saber todo lo que le pasó a Mitsuki y la familia Bakugou? Cuando se entere que Kats se mudo a Londres?

Solo dos capítulos para terminar esta historia... Yupi 🎉

Nuestro secreto | Dekukatsu | Terminada Where stories live. Discover now