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Se encontraba observando por la ventana a los traunsentes pasar mientras suspiraba cómo colegiala, pero es que su sonrisa estúpida no se quitaba y sus mejillas estaban rosadas con solo pensar en el magnífico tiempo de calidad que pasaba junto a el pecoso, estaba tan mal por ese hombre.

— ¿Crees que este bien? ¿Lleva al menos, qué, diez minutos así? — cuchicheo la peli castaña a él teñido.

El contrario se veía confundido, esa actitud de Katsuki la había visto solo durante la época platino – cómo le apodaban –.

Se acercaron lentamente al peli ceniza dispuesto a descubrir que le sucedía.

— Oye, Kats

— ¿Si? — ante el tono de voz suave y chillon que había empleado se impresionaron.

Eijirou le miro fijamente, tomando la palabra — ¿Cómo te sientes? ¿Estás bien?

El suspiro largo que salió de los labios de Katsuki los saco de onda.

— Nunca había estado mejor, estoy mejor que nunca — respondió, dejando petrificado al par —. He pasado un fin de semana increíble junto a Izuku, fuimos a la playa y comimos helados ¿Puedes creer que recordaba cuál era mi sabor favorito? — suspiro sonriendo —, luego cenamos en la sala mientras veíamos películas en blanco y negro recostados en el sofá cama — soltó una risa suave

Mientras que él par de amigos se sonrojaba, al parecer no solo eso habían hecho, pero Katsuki no iba a contarles si tenía sexo o no con el pecoso.

Eijirou iba a preguntarle a su amigo si sabía bien lo que hacía cuando su teléfono vibró en la cocina, corrió para revisar de que se trataba y cuando leyó el nombre en contacto respondió con rapidez.

— Hola, Nejire — saludo, ganándose la mirada de la castaña y el ceniza —, si, nos vemos allá, no llegaré tarde, gracias por todo — cuando la llamada había finalizado se dió la vuelta, encontrando la mirada pícara de sus mejores amigos.

La primera en hablar fue Uraraka — Fu, ¿Quien es Nejire, eh? Pillo~

El cenizo soltó una risa ahogada — Te lo tenías bien guardadito, eh Kirishima

El pelirrojo se coloreo rápidamente ante las burlas de sus acompañantes.

— Basta~ — dijo con el ceño fruncido —. Si me disculpan, me retiro, tengo trabajo — se dió la vuelta, orgulloso.

— Claro, en la cama de esa chica — finalizó la peli castaña, riendo cuando Eijirou corrió velozmente por el pasillo a su habitación.

Se quedó observando a ese lado hasta que el celular del rubio sonó con una notificación.

— ¿Sucede algo? — pregunto al ver que su amigo dejo de estar alegre de repente. — ¿Katsuki? — repitió extrañada viendo como el cenizo se levantaba y salía del departamento en carrera.

¿Habrá sucedido algo? Fue lo último que pensó la castaña al ver a su amigo huir del lugar como alma que llevaba al diablo.

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Bajo rápidamente las escaleras hasta que llegó a la recepción y anuncio su salida. Cuando cruzó las puertas de vidrio observo el auto del peli verde del otro lado de la carretera, y sentado sobre el capo estaba el peli verde.

Se acercó a él a zancadas rápidas, y cuando el contrario se dió cuenta de su presencia levanto la mirada hacia él, esbozando una sonrisa sin dientes.

— Hola, Kacchan — le saludo, sin embargo, eso poco y nada importaba ahora.

— ¿Cómo que te vas? — le pregunto, su voz sonando dolida e incrédula —. Apenas... Apenas volviste ¿Ya te vas?

Nuestro secreto | Dekukatsu | Terminada Where stories live. Discover now