✨Capítulo: 43✨

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- Todos nos dimos cuenta, menos tú - dijo Hanna, entrando a clase de literatura.

- ¿Por qué no me lo dijiste? Si tú lo sabias - reclamó Jane.

- Eso no me correspondía a mi, sino a él.

- Ni siquiera me responde las llamadas. - dijo Jane sentándose en su pupitre. Suspiró pesadamente.

- Hey, tranquila - dijo Hanna, dándole una palmadita en la espalda - tendrán que hablar tarde o temprano.

- Sí, eso creo.

- Cambiando de tema... ¿Tu madre ya lo sabe? - dijo susurrando, Jane negó con la cabeza. - ¿Por qué?

- Por que James dijo que es muy pronto.

- Por Dios Jane, llevas 2 semanas de embarazo.

- Shhh - dijo callándola - estamos en la escuela, las paredes escuchan.

- Pero debes decirle - dijo susurrando.

- Lo haré.

- ¿Cuando?

- Pronto.

(***)

La campana de salida tocó, todos los alumnos salieron de sus clases.

Jane se encontraba sentada en la tribuna del campo de fútbol viendo la práctica de porristas, como las chicas corrían y bailaban dando vueltas por los aires. Suspiro resignada, eso te pasa por estúpida Jane.

Ahora Ally era la nueva capitana, ya que Hanna se rehusó a tomar el puesto de su mejor amiga, igual Camille, Emily, Michelle, y las demás, como le hubiese encantado estar en el lugar de ellas, animar era lo que más le gustaba hacer.

- ¿Por qué tan solita? - preguntó James sentándose junto a ella.

- Solo las veo practicar.

- Oh - dijo viendo a las chicas - ¿Quieres ir por un helado?

- No - dijo seca.

- Desde ayer estás muy rara. ¿Estás bien cielo?

- Sí James, lo estoy, quiero ir casa, no me siento bien...

- ¿Qué tienes? - preguntó preocupado - ¿Qué te duele? ¿Qué te pasa?

- James solo es dolor de cabeza- aclaró - ¿Qué tienes tú? Estás muy paranoico últimamente.

- Tengo que decirte algo y no sé como lo tomarás- dijo nervioso.

- Me lo dices en el camino, quiero ir a casa. ¿Me llevas?

Él asintió y ambos saliron camino al auto de James. Todo el camino ella lo pasó tranquila, no hablaba mucho, él trataba de hacerla sonreír, pero era muy difícil, algo definitivamente le había sucedido. Cuando llegaron, se estacionó frente a su puerta y ambos bajaron.

- Gracias por traerme, adiós.

- ¡Jane, espera! - la detuvo - tengo que decirte algo.

- Si, dime - dijo mirandolo a los ojos.

La voz le tembló, tragó saliva, sus manos comenzaron a sudarle.

- Mi amor... lo que sucede es...es que...

- ¡Jane, es hora de cenar ! ¡Adentro! - gritó Savannah abriendo la puerta.

- Ya - dijo Jane - me lo dices mañana en la escuela si.

- Pero es importante...

- ¿Podría esperar un día más? - preguntó la castaña. James suspiró resignado y nervioso.

- Sí.

- Vale - dijo Jane - adiós.

                                        (***)

Jane y su madre se encontraban cenando en la mesa, todo estaba en silencio.

Lo único que se oía eran los cubiertos sobre sus alimentos, se miraban una a la otra como queriendo desifrarse, el silencio comenzó a hacerse incómodo después de unos minutos.

- ¿Cómo te fue en la escuela? - preguntó su madre cuidando de no hacer el más mínimo ruido.

- Bien - dijo Jane seria mientras masticaba lentamente.

- ¿Y cómo te trata James?

- Bien - volvió a decir, porque probablemente sabía que ocultaba un gran secreto.

- De acuerdo - dijo su madre.

Y ahora otra vez, ese silencio incómodo invadió el comedor, calladas, sin decir nada, apenas observándose con miedo y nerviosismo.

Hasta que el estómago de Jane se revolvió, lo vió venir, sintió como un ácido fuerte subía por su garganta, quemando sus paredes, no pudo controlarlo, cubrió su boca y salió corriendo al baño.

- ¡Jane! - gritó su madre.

Ella se arrodilló frente al retrete y empezó a vomitar todo.

- ¡Dios mío! - dijo su madre al ver que lo que vomitaba su hija no era comida, sino sangre.

Cogió su cabello para que no se manchase, Jane terminó de arrojar lo que podía, entonces miró a su madre nerviosa.

- ¿Qué tienes? - preguntó su madre - esto no es normal - dijo preocupada.

- No, mamá...

- ¡Quiero saber que te pasa y quiero saberlo ahora!

Jane calló, porque comenzó a llorar, llegó el momento de ser sincera.

Levantó la cabeza como pudo, tenía mucha vergüenza, y al fin confesó, mirando los intensos ojos verdes de su madre.

- E-estoy... embarazada. - dijo sollozando.

- ¡¿Qué?! - gritó Savannah sin poder creerlo - ¡¿Qué dijiste?!

- Perdóname, mamá - dijo llorando.

- ¡Jane acabas de escupir sangre!

- Lo lamento...

- ¡Dios mío, no puede ser! - dijo Savannah al borde de las lágrimas - ¿Por qué? ¿Cuándo pasó esto?

- Hace 2 semanas...

- Por que hija... ¿Tienes idea de lo que estás diciendo?

- Lo sé, mamá perdóname, he sido muy estúpida...

- ¿Quién es el padre? - preguntó sollozando junto a Jane.

- James - dijo en un hilo de voz.

- ¡¿Cuándo ibas a decírmelo?!

- Te lo iba a decir...

- ¿Y como lo sabes?

- Por los síntomas, y por que James y yo vimos a un médico.

- ¿Qué médico?

- Un doctor conocido de James.

- No confío en James.

- Mamá...

- Vamos - dijo Savannah cogiendo su bolso.

- ¿A dónde? - preguntó Jane secando sus lágrimas.

- A mi ginecólogo.

- Pero ya he ido - dijo Jane.

- Y yo te he dicho que no confío en James, y quiero una segunda opinión.

Ambas salieron de la casa rumbo al ginecólogo de Savannah.

Esta vez James, era tu fin.

















Continuará...

UN NOVIO OBSESIVO Y AGRESIVODonde viven las historias. Descúbrelo ahora