𝕆𝕟𝕖-𝕊𝕙𝕠𝕥

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Problemas

3/3 Final

-Rusia relajate es solo un inofensivo minino- trata de calmar al de sombrero para el invierno quien estaba ahora mismo a nada de tener un ataque de pánico.

Sostenía su cabeza con sus manos como si se cubriera de un bombardeo, tratando de calmar un extraño y molesto dolor que sentía en toda la parte de su cráneo, es un diferente dolor al estrés o tensión, es como un chillido, un grito... no

Un disparo, una serie de disparos que solo él lograba escuchar al parecer, sus parejas estaban tranquilas y tratando de calmarlo cayendo a su lado para acunarlo en sus brazos como usualmente lo hacían cuando tenía pesadillas de su entrenamiento furtivo a corta edad.

La sangre, los disparos, los asesinatos a sangre fría, los golpes, los castigos todos volvían a presentarse frente a él.

Creía que con la edad lo iba a superar, que era algo del pasado, algo que solo lo construyó como quien es ahora.

Alguien fuerte, duro, frío y protector.

Pero no, sabía que al final todo lo que había hecho eso era romperlo poco a poco, darle una visión impropia de su entorno, una irreal, una que solo su padre le convenía que viera.

No lo iba a dejar ver lo que en realidad era la vida, no todo era matar, ejercitarse, pelear, matar...

Había algo más que eso en la vida y los dos europeos lo dejaron claro, era el amor, sea romántico o amistoso estaba también ahí, y de este salían diversas formas de tranquilizarse.

Estaba tratando de reemplazar todos los recuerdos agrios y horribles que erizaban su piel con los recuerdos recientes que alemania e italia había cosechado en su interior en los pasados meses.

Alemania vio a italia con una mirada única que solo entre ellos dos entendían y les permitía saber qué es lo que había que hacer ahora.

El ruso había dicho que no quería ayuda, los quería lejos, pero saben cómo acercarse lentamente a la cueva del gran oso gruñón sin recibir un rugido en la cara.

Italia soltó lentamente al gato quien se quedó en su lugar viendo atentamente como ambos europeos más pequeños se agachaban lentamente y acercaban al lado del quejoso ruso que trataba de calmar esos pensamientos agresivos y peligrosos con recuerdos dulces y tiernos que había tenido con sus parejas.

Llegaron a su lado, el alemán se sentó cerca de la cabeza del ruso y se acomodo para no tener dolores, él iba a ser la almohada esta vez.

El italiano se sentó a su lado y quitó lentamente una de sus manos para que el ruso lo viera a él.

Podia ver en sus ojos color purpura la viva imagen de un niño traumado como si hubiera visto un asesinato, la cruda realidad no estaba tan lejos de la metafora de como se veia.

Estaba lagrimeando y al ver al italiano a los ojos inmediatamente empezó a llorar y se dejó derribar en las piernas del alemán.

Ya bien acomodado el osito el alemán le quitó su gorro para ponerlo a un lado y seguir consolando al eslavo que lloraba sin parar en sus piernas.

El de lentes acariciaba sus cabellos blancos cual nieve recién cayendo de manera delicada al viento suave invernal.

Peinaba sus cabellos con delicadeza y con la punta de sus dedos hacia un leve masaje en su cabeza para calmar el dolor que lo invadia y suponia que era peor por el llanto.

Afortunadamente habia llegado el italiano, ni sabe cuando fue y vino con una bolsa de hielos para la cabeza del ruso que esta a reventar.

-Recuerdas esa tarde en el lago...- susurra el alemán viendo que el dolor se ha reducido y es posible calmar de manera pacífica los pensamientos del ruso.

-Nuestra primera cita...- continúa el italiano riendo al recordar tan preciado momento que le cambió la vida para bien.

-Fue un desastre...- ríe recordando las locuras que pasaron en menos de seis horas.

-Recuerdo como perdí mis lentes cuando el ave se los llevó-ríe de manera hermosa, esos recuerdos son más que divertidos, son hermosos.

-Recuerdo cuando no podía quitarme la camisa- habla ahora el italiano.

-Estaba a nada de usar el cuchillo para la comida y arrancarmela-sigue platicando la experiencia.

El ruso va dejando de llorar poco a poco para que así sus llantos ahora son pequeñas carcajadas para ahora continuar contando desde su perspectiva la anécdota compartida.

-Recuerdo que te quite el cuchillo, y del impulso caí al lago- las carcajadas de los tres es el único sonido del ambiente.

Ambos de habla alemana e italiana se acercan para abrazar al eslavo que se había calmado.

Pero no son los únicos dispuestos a dar apoyo por medio de acciones.

el pequeño minino que fue la chispa que empezó la explocion del problema se acercó a los europeos para posicionarse en las piernas del más grande y suavemente lamer una de sus manotas llenas de heridas y con venas marcadas de su fuerza y complexión.

Un pequeño maullido avisa que está ahí también, además de acompañar los pequeños jadeos suaves de felicidad que los tres países dejan ir expresando que están mejor emocionalmente.

Ya mejorando el estado del ruso sonríen y lo toman de sus manos, palabras sobran y arruinan el ambiente por ahora, hasta qué piensa que es necesario el alemán habla.

-Rusia... se que no querías ir al principio con nosotros a ver a Logía pero... realmente el te ayudara mucho- sugiere tomando con algo de fuerza su mano decidido a empujarlo con el guia a un camino mejor, recién empieza su vida y quiere que vaya por el camino correcto.

-Y no iras solo... estaremos ahí a tu lado siempre hasta donde no se pueda- aprieta ahora el italiano.

-Nunca te dejaremos solo...- finaliza para luego acariciar su mano con su pulgar suavemente.

el ruso se recarga en el hombro del italiano, el alemán en el hombro del ruso mientras ven por la puerta corrediza de su patio trasero el sol abandonar su presencia de la vista de la tierra para dar paso a la luna, llevándose igual los malos recuerdos del ruso y trayendo de vuelta lo necesario para que siga adelante junto a los tres a un camino desconocido pero pacifico dejando lo que le hizo daño y las enseñanzas inhumanas de su padre atrás enterradas lejos de él y quienes ama.

𝑹𝒖𝒔𝑮𝒆𝒓𝑰𝒕𝒂 / 𝑹𝒖𝒔𝑨𝒍𝒆𝑰𝒕𝒂 [𝘕𝘎𝘈]Where stories live. Discover now