so ⇢ 𝒚𝒆𝒐𝒏𝒃𝒊𝒏

06

Capítulo 6: eternally

Sintió como si sus pulmones por fin recibieran aire de nuevo. Después de pasar un par de horas viéndolo dormir, su mirada volvía a chocar con la suya.

Sonrió con tristeza, notando como los ojos del mayor se volvían acuosos y apretaba su mano con débil fuerza. Acarició su mejilla evitando los raspones y las pequeñas heridas sobre su piel. Sentía su calor, aquella calidez por la que había corrido y correría siempre. Estaba tan asustado, a pesar de que los doctores habían dicho que lo más grave que tenía era una fractura en la pierna derecha.

Verlo en una cama de hospital lo aterraba, pero ahora que veía sus ojitos brillantes buscando los suyos sentía que todo estaba bien.

Yeon sonrió y el menor intentó imitarlo, sin embargo la tristeza que la mirada del joven le mostraba sólo lo preocupaba más. La mano tibia del rubio alcanzó a la suya sobre su rostro, acariciándola antes de hablar.

— Sentí como si todo dentro de mí se rompiera. — le resultaba estresante que las primeras palabras que soltaba no pudiera comprenderlas. No tenía ni menor idea de a qué se refería, así que optó por fruncir levemente el ceño y esperar por más información. — Cuando me fui, yo... sentí que no estaba bien. Que lo que estaba haciendo no estaba bien y yo tampoco.

El castaño suspiró y sonrió leve, ya captando en parte el mensaje que el recién despierto Yeonjun quería decir.

— Junnie, no es necesario hablar de eso ahora. Estás bien y eso es lo único que importa. Podemos resolverlo luego. — asintió, para él y para sí mismo, mientras acariciaba con sus yemas la mano que descansaba sobre su mejilla. 

— No quiero que te sientas inseguro respecto a lo que siento por ti. No me gusta esconderte cosas y...–

— Yo tampoco quiero que lo hagas, pero si vas a contarme algo espero que sea cuando te sientas cómodo. Ahora seguramente estás adolorido y cansado, lo hablaremos después, ¿está bien?

Yeonjun lo miró dudoso. Entendía su punto, pero realmente sentía que si no hablaba, si no contaba su historia en ese momento, no encontraría cuándo hacerlo. Y además, creía que no tendría mejor oportunidad que esa, encontrándose aún medio drogado, medio dormido. Hablaría sin pensar y eso significaba que no estaría calculando qué detalles mencionar y cuáles no. Mejor para él y mejor para Soobin.

— Hace dos años, conocí a Beomgyu. — quiso reírse ante el suspiro de su novio. Estaba seguro de que, en su mente, lo regañaba por no hacerle caso. — Él llegó a la escuela y nos hicimos amigos muy rápido. Era como de esos chicos que parecen tímidos al principio, pero cuando toman confianza y se relajan son una bomba con piernas. — Soobin asintió, atento por completo. — Me gustaba esa cosa suya. Nos divertíamos mucho en la escuela, aunque no tuviéramos demasiadas clases juntos. Era entretenido y, bueno, nosotros éramos niños.