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Estaba en la arena mientras Nía e Iván se sumergían en el mar, al igual que hace un año  habíamos decidido volver a Canarias, el hogar de mi amiga. En un principio me había negado a realizar este viaje pero Iván me convenció de venir, se habían encargado de subirme el ánimo y la ansiedad estos días había disminuido.
No había vuelto a saber de Hugo, la última vez fue la noche en que lo llamé, ahora sin darme cuenta me encontraba desbloqueando su perfil de Instagram, en seguida me aparecieron varias fotografías y mi atención se enfocó en las dos últimas publicaciones. Aparecía Hugo en una prueba de sonido en México con una chica rubia a su lado...Miriam; en la segunda era una selfie donde se mostraban ambos mordiendo un trozo de pizza.
Bloqueo mi teléfono y lo lanzó sobre la toalla para meterme al mar, no iba a permitir que un ataque de celos me afectara, menos estando a miles de kilómetros y sin una razón para reclamarlo. 

La tercera noche en Canarias estaba siendo de compartir con mis amigos, muy distinta a las últimas que habíamos tenido donde volvíamos de madrugada por irnos de fiesta hasta altas horas de la noche.
- ¡Hey chicos! Miren lo que tengo - dice Nía agitando una botella de vodka en el aire.
- Esta noche no paro hasta ponerme borracho - dice Iván y Nía suelta una de sus contagiosas carcajadas - Y tu también amiga - me abraza quedando con mi cabeza apoyada en su cuello.

No estaba acostumbrada a beber incluso creo recordar que la última vez fue durante la gira de OT.

Me siento más contenta de lo normal, Iván y Anaju están en un directo por Instagram y yo me estoy bebiendo lo último que queda de vodka, busco mi teléfono en mis bolsillos pero no lo encuentro por ningún lado, miro por toda la habitación y lo veo sobre la mesita de noche, el camino hasta allá significa pasar por detrás de mis amigos y al mismo tiempo tener que mantenerme en línea recta, tarea que ahora se me hacía difícil.  Camine cuatro pasos manteniendo un pie delante de otro pero todo se mueve y termino en el piso, veo como Nía me observa divertida y luego sigue respondiendo preguntas a los conectados al directo.
Me concentro en un punto para llegar lo más digna posible y creo ir bien, mi vista se fija por un momento en la pantalla del teléfono y pierdo mi línea recta tambaleandome a ambos lados aferrándome al borde de la mesita de noche para no caerme.
Me siento en el piso para desaparecer del plano donde estaban mis amigos y mi pantalla se ilumina.

Me siento desilusionado, estas borracha y no por mis chupitos.

Enfoco mi vista en el destinatario del mensaje y sin leerlo ya se de quien viene...Hugo.
Decido escribirle.

¿Me estás siguiendo? Puto psicópata.

No era el mensaje que planeaba escribir pero tampoco el que esperaba recibir, estaba enojada por la fotos que vi en la tarde y lo insulte sin razón alguna. ¡Bravo Ana Julieta!

Te acabo de ver por el directo de Nía e Iván.

No puede ser...Me muero de la vergüenza.

Texteo avergonzada por mi rapida aparición y me peino mi ondulado cabello con la ayuda de mis manos.
Espero su respuesta pero no llega más, gateo hasta la puerta de la cabaña donde nos estamos quedando y salgo al exterior. La noche esta un poco fría y me abrazo para mantener mi temperatura.
Mi teléfono vibra en mi bolsillo trasero y el nombre del rubio aparece, las mariposas en mi estómago deciden revolotear como hace mucho no lo hacían y después de soñar varias veces decido responder.

- No te mueras de la vergüenza...los demás no tienen idea de lo divertida que eres con alcohol en el cuerpo.
- Hugo no mientas, la última vez te aburrí mientras bailaba a tu alrededor - lo recuerdo con sus ojos cerrados acostado en mi cama de aquel hotel en Madrid mientras yo bailaba a su alrededor sin parar.

- Jamás me aburriría de ti, verte bailar es un privilegio.
- Espera, necesito sentarme - digo mientras apoyo el teléfono en el piso y me acomodo en el tibio asfalto.
- ¿Donde estás?
- Estoy sentada en medio de la nada y no sabes lo bonito que se ven las estrellas desde acá...un momento - recuerdo las fotos de su instagram - ¿Porque estás hablando conmigo si deberías estar con Miriam?
- Veo que la psicópata eres tú - se ríe y yo acabo de darme cuenta que me dejé en evidencia.
- Da igual, no tienes que responder.
No le doy tiempo a que diga algo y corto la llamada, veo como vibra un par de veces más pero no contesto.

                                  ~

Tengo un dolor bastante fuerte en mi cabeza y Nía se encarga de contarme una vez más como fue que me encontró durmiendo en el patio a las 3 de la mañana, Iván se ríe y me pide disculpas al mismo tiempo que vuelve a ahogarse en un ataque de risa.
Estamos pasando la tarde comiendo juntos en un restaurant que nos gustó bastante el primer día que llegamos.

- Anoche también hablé con Hugo - confieso al mismo tiempo que me meto un trozo de carne a la boca para evitar responder la avalancha de preguntas que no tardaban en llegar.
- ¿Con Hugo? ¿Porqué ? ¿ Él te llamó? - Iván pregunta sorprendido.
- Me vio en el directo de anoche, me llamó y hablamos un poco.
- ¿ Pero ya esta todo arreglado? ¿ Ahora se llevan bien? - vuelve a atacarme con preguntas.
- No somos amigos, solo hablamos ayer y eso es todo...no es la gran cosa -digo encogiendome de hombros.
- ¿ Y tu porque estás tan callada? - pregunto a Nía que nos mira atenta.
- Porque ya sabía que habían hablado...hable con Hugo esta mañana, me pregunto por ti y quería saber que estuvieras bien.
- ¿Hizo eso?
- Que no te sorprenda Anaju, sabes bien que él nunca ha dejado de preocuparse por ti - miro a Nía esperando a que no siga pero no es así - No entiendo porque no tomas un puto avión y te vas a donde esta él.
- No quiero hablar de eso.
- Lo siento amiga pero si alguien tiene el deber de decirte la realidad son tus amigos - mira a Iván y este asiente - Todos sabemos que tu y Hugo se separaron por razones sin peso.
- ¿Sin peso? Me abandonó cuando todo mi mundo se cayó a pedazos Nía - me estaba comenzando a enojar - me dejó y siguió adelante como si nada de lo que paso le hubiese afectado.
- Anaju no todos lidiamos con los problemas de la misma manera, Hugo es de las personas que no se deja morir y llora cuando lo tiene que hacer, lo asume y sigue adelante.
- No estamos hablando de un problema...estamos hablando de perder a nuestra hija - me aferro al borde de la mesa con fuerza para no llorar.
- Y solo ustedes saben lo que es pasar por eso, sé que probablemente no tenga ni la menor idea de como es perder a una personita que esperas con ansias pero Hugo no se lo toma a la ligera, el te ama Anaju y nunca ha dejado de hacerlo.
- No necesito hablar de esto ahora.
No estaba preparada para tener esta conversación con mis amigos, no ahora. La herida seguía sin cicatrizar y ni el dolor de cabeza ni mi estabilidad emocional me lo permitían.
Salí del restaurant dejando a mis amigos allí, caminé hasta la cabaña y me metí a la ducha, necesitaba refrescarme y dormir. Ya mañana estaría de vuelta en mi departamento en Barcelona.

SOMOS NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora