Capítulo 2 - La carta

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Ya sé, no es correcto leer correspondencia ajena, pero las reglas no se aplican a mí ya que como narradora y creadora puedo hacer lo que me plazca. Estoy bajo la araucaria y tengo la carta en mis manos, Acaso ustedes también no harían lo mismo si estuvieran en mi lugar, De todos modos, el sobre no tenía un nombre de destinatario y no estoy invadiendo la propiedad de nadie, es un bosque, nada más que esto. Como sea, quiero leer en voz alta la epístola para que ustedes también se enteren del contenido.

Hola, No sabes cómo me sentí al recibir la respuesta de mi carta, En serio, te juro que jamás me imaginé que alguien iba a encontrar esa carta que guardé con tanto cuidado aquí. Aquel día me sentía bastante desesperada, necesitaba desahogarme y contar todas las cosas que me pasaban. No quise causarte sufrimiento, ni cargarte con mi pena, pero me alegro muchísimo de que puedo confiar en ti, que puedo confiar en alguien. Ahora mismo he pasado por situaciones muy complicadas, pero me quedé mucho más tranquila al leer lo que me dijiste sobre poder contarte lo que sea si eso aliviaba mi pesar. Muchas gracias. En la carta anterior hablé un poco sobre mi pérdida de memoria, pues te cuento que me ha vuelto a pasar lo mismo. Este hombre tan malvado que cree ser digno de llamarse mi padre, estuvo borracho varios días, y cuando se pone así no encuentra otra diversión más que la de lastimarme y amedrentarme. Es un psicópata que busca el modo de no solo causarme miedo sino un horror sin límites, Como conoce muy bien todas mis fobias, las usa para aterrorizarme y disfruta de mi miedo como si verme así le hiciera feliz. Si mi mamá estuviera viva seguramente me defendería, pero pensar eso es inútil ahora, mi madre falleció cuando yo era muy pequeña y ni siquiera me acuerdo de cómo era ella. Sobre lo que me decías de intentar escapar, eso lo he intentado centenas de veces, él siempre me encuentra y luego debo ser castigada por ello. Bueno, volviendo a lo que te iba a contar, este hombre me obligó a tomar dos botellas de cerveza, y luego recuerdo haber huido, después sé que pasó siete días completos y me desperté en mi casa nuevamente sin tener idea de lo que sucedió. Él ya no estaba en la casa, como trabaja en la caza ilegal de pumas, muchas veces pasa varios días afuera, Aun percatándome de su ausencia, me sentía tan mal que no me atreví a salir de allí. Ayer cuando por fin vine a caminar un poco encontré tu carta donde había dejado la mía, Me sentí muy aliviada al leerte, pero quisiera saber dónde vives, las casas por aquí son tan distantes unas de las otras, y no conozco a los vecinos porque tengo firmemente prohibido acercarme a quien sea que viva en los alrededores. Cuéntame un poco más de ti, Espero que lleguemos a ser grandes amigas. Estoy segura de que una amistad verdadera me ayudaría mucho a sobrevivir en medio de todo esto.

No, ella no ha firmado su carta, seguramente no quería que nadie supiera su nombre, o tenía miedo de que su padre la fuera a encontrar. Como sea, no creo que un nombre pueda cambiar nada de lo que ella es, de lo que ha pasado, de lo que siente. Limpio mis lágrimas y vuelvo a poner la carta en su sitio, Aunque quisiera salir corriendo a buscar esa chica para rescatarla de todo, también me intriga el hecho de que otra joven haya encontrado su carta y de que le escribiera también. Creo que lo mejor que podré hacer es esperarla, ya que solo así podremos saber los dos lados de la historia. Por mientras les cuento que yo igual pienso que la amistad puede ser el mejor escape cuando no existe una salida. No digo cualquier amistad, no se trata de tener miles de seguidores en las redes sociales que están totalmente ausentes en nuestra vida real, Hablo de amigos verdaderos, de esos que casi están extintos, Tener a alguien en quien confiar es tan único como imprescindible. Ojalá la otra chica vuelva a visitar este lugar, ojalá no se confunda de araucaria y responda esta carta del mismo modo empático que al parecer contestó la primera.

La araucaria  Where stories live. Discover now