Capítulo 4 - Amistad

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Han pasado varios días y la chica de gorro verde volvió a venir por aquí aunque la única carta que seguía bajo la araucaria era la que ella misma había escrito. Ella vino al menos tres veces a revisar si la chica de polera negra le había dejado algo, pero como su carta seguía allí, ella empezó a sentirse un poco desilusionada, aunque de todos modos seguía con su esencia siempre alegre. Cuando estaba sentada bajo la araucaria, de repente ella miraba hacia arriba y sonreía, y yo también sonreía, porque como dije antes, las araucarias transmiten esa felicidad.

Volviendo al tema de la carta, para mi sorpresa, hoy vi que se aproximaba la chica con la polera negra, llegó corriendo, se tropezó con un tronco y se cayó al suelo justo a mi lado, Menos mal que casi no se lastimó, pero por su cara se notaba que no estaba bien, sus ojos estaban rojos e hinchados, había algo de miedo en ellos, pero era un temor que se mezclaba con esperanza. Cuando se volvió a enderezar y llegó a la araucaria, no tardó nada en sacar la lata y abrirla. Imagínense cómo cambió su rostro cuando observó que allí había una carta, No tuvo dudas de que le pertenecía y de que calmaría todo su pena.

Ella también sacó del bolsillo un bolígrafo y un papel y escribió la respuesta aquí a mi lado. Ahora se ha marchado y por eso aprovecho la oportunidad para contarles qué sucedió y obviamente leerles su carta. Antes de leer quería mencionar que la letra de las cartas son totalmente diferentes una de la otra, De seguro porque sus personalidades son opuestas. Bueno, ya no les hago esperar más, la carta dice lo siguiente,

Querida amiga,

Tu carta llegó en un momento muy oportuno y no sabes cuán feliz me hiciste al llamarme amiga. Todo lo que dices es cierto y estoy totalmente de acuerdo contigo, aunque no sea fácil no pensar en las cosas que me pasan, trataré de concentrarme solo en lo lindo que hay a mi alrededor, y también intentaré escribir, Siempre me ha gustado escribir pero nunca me puse a pensar que podría dedicarme algún día a ello, porque en realidad nunca creí posible soñar con un futuro mejor, Pero ahora que te leí se dibujó una sonrisa en mis labios y pude imaginar un lugar distante de toda mi actual vida, un lugar donde algo me resulte y donde yo pueda ser feliz. Muchísimas gracias. En serio, te agradezco con todo mi corazón. Y no te preocupes en decirme dónde vives, porque es verdad que aunque yo lo supiera no podría visitarte y sería muy complicado encontrarte algún día. Perdóname por tardar tanto en responderte, es que me ha pasado algo como lo que te he mencionado antes, Ni siquiera sé exactamente todo lo que sucedió como para explicarte y es mucho mejor así porque no quiero hablarte de mis problemas. Ahora debo volver a casa, pero así que pueda te escribiré más. Un abrazo grande de quien ya te aprecia mucho...

No sé por qué esas palabras me llegan tan profundo, quizás porque compartimos el mismo gusto por la escritura. Bueno, tengo tantas preguntas en mi mente sobre esa chica, pero algo que me queda claro es que la amistad es sanadora para todos nosotros, y que no importa el paisaje que nos rodea, de todos modos fijarse en eso no es algo que sucede automáticamente, hay que enseñar al cerebro a buscar lo lindo, A veces nos pasan mil cosas malas, pero tenemos cinco mil cosas buenas cada día, que de algún modo nuestros ojos no pueden ver. Una amistad es como una medicina que nos ayuda a mirar este lado de la vida que sigue siendo bello. Al menos a mí me ha pasado esto varias veces, Seguro a ustedes igual. Me pregunto si será posible que una amistad así resulte sin siquiera conocerse personalmente, Pero a veces para algunas personas es más fácil confiar en alguien que nunca han visto, alguien que de repente nunca podrán ver. Yo ya estoy ansiosa por leer la próxima carta, sea cuando sea que la dejen aquí.

La araucaria  Où les histoires vivent. Découvrez maintenant