43. Parte 1 Gracias Mamá

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43. Parte 1 Gracias Mamá

Como lo pensé, mamá salto de contenta cuando supo que Louis se mudaría con nosotros. Sabía que era feliz de saber que habría más personas en casa, más personas con quien hablar y eso la hacía sentir mejor, menos sola a pesar de saber que no lo estaba.

Decidí que era hora de volver a mi antiguo dormitorio del segundo piso, en primer lugar, ya estaba en condiciones de subir escaleras y en segundo porque allí mi cama era mucho más amplia.

Todo allí estaba en su lugar a excepción de mis dibujos que antes pegaba por las paredes, los mismo que ilustraban a Tom en mis momentos de inspiración anteriormente. Agradecí que mama los hubiera dejado en el cuarto de abajo, ya no me parecen tan bonitos desde que había encontrado al ser más hermoso y maravilloso del universo entero.

Las paredes continuaban siendo de un celeste pastel exacto al que habían pintado cuando yo había nacido, la cama seguía en el centro de la habitación, entre el closet color caoba y la puerta que daba al baño. Sobre la cabecera seguía el Collage de fotos que había armado el último año de la secundaria y al que iba agregando algunas. Quité las que me mostraban con Tom y las tiré a la basura, tenía pensado reemplazarlas por otras mejores y más actuales.

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Louis se separó de mí y se dirigió al balcón aun lado de la cama mientras yo guardaba mi ropa en el closet de modo que quedara espacio para sus cosas. Ocupe solo uno de los tres cajones y la mitad de la barra de las que colgaban mis camisas.

Cuando me gire hacia Louis, se encontraba observando el cielo, con las manos sobre los bordes del balcón, la luz de la luna lo bañaba en todo su costado derecho acentuando su silueta, el cabello castaño se mezclaba con el manto del firmamento y las estrellas lo hacían ver como la ilusión que parecía ser. Una ilusión en mi cuarto.

Me quede contemplándolo embobado con la cabeza recostada contra la pared y los brazos cruzados a la altura del pecho, cualquier movimiento de su pelo hacía que me sintiera de lo más afortunado.

-Es una vista hermosa –musito mirando el cielo. Sonreí al mismo tiempo que me acercaba a él.

Coloque una mano en sus mejillas sonrosadas y acaricie su piel con la yema de los dedos, memorizando el color de sus ojos, su brillo y el número de pestañas que enmarcaban tan encantadora mirada.

-Si, es hermoso –coincidí no refiriéndome al cielo con exactitud. Él sonrió - ¿Sabes? Cuando no podía ver pensaba que no podía amarte más, ahora me doy cuenta de lo equivocado que estaba.

Louis se estiró para unir sus labios con los míos y mi mano se encontró cómodo descendiendo por la lana de su suéter blanco hasta su cintura donde se instaló. Nuestras bocas jugaron a nuestro juego favorito, aquel en el que cada uno daba lo mejor para terminar estremeciéndonos de amor.

Mis manos bajaron un poco más, hasta su cadera mientras las suyas se anclaron en mi pecho y la noche fresca de invierno pasó a ser una cálida de primavera en un segundo. Lo agarré con más fuerza, alzándolo ignorando sus advertencias, no me importaba que acabara de salir del hospital, y lo llevé hasta adentro sin dejar de besarlo, sentí sus labios sonreír bajo los míos y los mordí juguetonamente.

Louis cayó de espaldas sobre el colchón, el peló contrastaba con el celeste claro de mi edredón y me invitó a acompañarlo con una mano tendida hacia mí.

No podía decirle que no ante su belleza por lo que me incliné sobre el con suavidad, acoplando mi cuerpo al suyo, unimos nuestras frentes y nos dedicamos a sentir el aliento del otro en nuestros rostros. Su calidez me abrazaba, y los latidos de su corazón se iban acompasando al ritmo de los míos.

Acarició mi mejilla con su nariz y cerré los ojos mordiéndome el labio inferior. ¡Con tan poco podía volverme loco!

- Te amo -susurró en mi oído con una cadencia sensual que logró erizarme la piel.

Me dio un beso a un lado de la oreja y sentí que sus manos frías se colaban bajo mi ropa haciendo que una descarga se deslizara columna abajo y retrocediera hacia mi estómago. Me ahogué con mi propio oxígeno. Asalté su boca una vez más y sin pedir permiso mi lengua comenzó a inspeccionar su paladar en busca del exquisito sabor del que era fuente.

Se escucharon dos golpes en la puerta en ese momento y la burbuja de pasión se pinchó como si le hubiera rozado la punta de una aguja. Nos quedamos congelados en nuestro lugar con los corazones latiendo a mil por hora.

- ¿Chicos? -preguntó la voz de mamá.

-Ya voy mamá -me las arreglé por contestar mientas me acomodaba las prendas que traía puestas.

-Como Louis no ha traído sus cosas todavía, supuse que necesitaría algo para dormir más cómodo y Jay me hizo el favor de darme esto -explicó ella inocentemente cuando le abrí la puerta. Louis se había sentado aparentando tranquilidad, tenía los labios hinchados y más rosas que de costumbre, mientras yo me sostenía contra el costado del closet para recuperar la cordura.

Louis se río de mi expresión antes de responderle a mamá.

-Gracias Anne -dijo y tomó la bolsa de papel que mi madre le tendía.

-Bueno... -musitó mamá mirando a su alrededor -Los dejo solos. Avísenme si necesitan algo -agregó ahora si incómoda y haciendo nudos con sus dedos -Que tengan buenas noches.

-Tú también, mamá -deseé mirándola. Mamá nos dedicó una sonrisa antes de salir. Louis se había entretenido con la bolsa de papel.

En mi interior rogaba porque dentro no hubiera una de esas pijamas gruesas y grandes por el frío de enero. Me imaginaba a Louis con algo más pequeño quizás. Sacudí mi cabeza antes de avanzar en mis pensamientos.

-Creo que iré a ponerme esto -Avisó mi novio, me dio un beso corto que me supo a poco y desapareció detrás de la puerta que daba al baño. Aproveché para ponerme mi pijama y cerrar la ventana, por alguna razón la brisa fría me resultó más fría sin él.

Apagué todas las luces y dejé encendida sólo la lámpara de una de las mesas de luz para que el ambiente se volviera más cálido. Me metí entre las tapas y esperé a que Louis volviera mientras pensaba en la inmortalidad del cangrejo.

-Cierra los ojos- gritó desde el baño.

-Ok -canté desde mi lugar y me coloqué el antebrazo sobre los ojos con una sonrisa de oreja a oreja.

Escuché al abrir de la puerta con un sonido ligeramente metálico y que alguien que no hubiera estado un año privado de la vista no habría escuchado, las pisadas de un par de pies descalzos sobre la alfombra que terminaban frente a mi, al final de la cama.




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Corto, pero por subir algo, ya estoy escribiendo la otra parte para subirla lo más pronto posible, espero les guste.

*Corazones Geis*

LUZ DE MEDIANOCHE [Larry Stylinson] {Adaptación} TERMINADAWhere stories live. Discover now