43. Parte dos Todas las noches de mi vida

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43. Parte dos, Todas las noches de mi vida.


Las manos donde las vea, cochinas.

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Destapé mis ojos y me senté sobre el colchón al ver semejante deidad de pie a un metro de mí, vestido con únicamente una camiseta blanca suelta y un par de Calvin Klein negros que dejaban nada (y me refiero a nada) a la imaginación.

Fijé la mirada en el rostro de Louis y se ruborizó al instante, se veía tan tierno, como si aquello no fuera lo suyo y no tenia idea de lo bien que le quedaba ni de la avasalladora imagen que barría mi consciencia por dentro.

Le sonreí y le tendí una mano para que me acompañara, el se acercó tirando del borde inferior de la única prenda que la vestía en su afán de esconder un poco más de carne.

-Tranquilo -murmuré cuando estuvo a mi alcance, lo decía tanto para el como para mí. Necesitaba la tranquilidad -Te ves... -pronuncié buscando una palabra en mi diccionario mental que al menos abarcaba uno de los sentimientos que producía en mi -ni siquiera puedo describirlo -me rendí luego de un minuto.

Louis rio bajito -tonto -tenía la piel erizada por lo que supe que sentía el frio del ambiente. Esa camiseta y lo Calvin podrían quedarle perfecto y arrebatadoramente sensual pero no abrigaba y no estaba dispuesto a que mi Louis pescara un resfrió sólo por quedármele contemplándolo.

Abrí las sabanas y lo invité a refugiarse en mis brazos. El se acurrucó en mi pecho y soltó un suspiro sonoro.

-Debo agradecerle a mamá por esto -musité entre risas.

Lo observé concienzudamente en todo el espacio que el edredón me permitía. Luego volví a abrazarlo y en su oído susurré.

-Me ha dejado sin aliente, Señor Tomlinson.

Louis se estremeció y giró el rostro para que sus labios estuvieran a mi alcance. Iniciamos con un beso suave, delicado y tierno, continuamos acelerando el ritmo con un beso tan osado que si tuviéramos público se escandalizarían.

Mi mente rápidamente se llenó de su aliento mentolado y pronto no podía siquiera pensar, las neuronas no hacían sinapsis y mi cabeza parecía haberse sumido en una anestesia. Nuestras lenguas se acariciaban llenas de pasión y mis manos se deslizaron por sobre su piel cálida rogando por más de algo que no me atrevía a decir en voz alta.

Lo quería a él, a su cuerpo. Quería sentirlo tan mío que olvidara mi propio ser y pertenecer también a él, entregarle una vez más mi alma con cada suspiro y mi cuerpo con cada gota de sudor.

Nos separamos un segundo para algo tan vital como respirar y el clavó sus pupilas en las mías con preguntas que respondí a fuerza de besos.

'Si soy tuyo' gritaba en mi mente. El lo entendí al instante.

Sus manos delinearon los músculos de mi abdomen y su boca a recibía mis gemidos, ahogándolos y evitando que el resto de la casa se enterara lo feliz que era. Feliz en sus manos y feliz de sentirme tan vivo

Feliz, que fácil era serlo con él a mi lado.

La timidez de su previa exhibición se iba diluyendo conforme nuestras ropas desaparecían. Solo él se mantenía vestido con aquella prenda oscura que osaba cubrir su piel tersa. Pronto dejaría de ser una molestia.

MI camiseta gris decoró el suelo a los pocos minutos de habérmela puesto y sus labios depositaron besos húmedos desde mi cuello hacia abajo, por mi pecho, entre mis pectorales, en mi abdomen que subía y bajaba al intentar llenar mis pulmones del aire que parecía haberse vuelto más espeso.

AL llegar al borde de mi pantalón corto (y de mis fuerzas) se detuvo y también se deshizo de el con un rápido movimiento, dejándome indefenso, vulnerable a nuestros instintos, tan libre como había nacido, pero con las ansias de mas aumentando a cada segundo.

Me miró a través de sus largas pestañas antes de sentarse sobre mí y regalarme una de las mejores vistas, sino la mejor desde que me había reencontrado con la luz hacia una semana.

Una que no incluía lo Calvin Klein negros que ahora descansaban en alguna parte del alfombrado que no me preocupe por descubrir. Una vista que la luz de la luna que se colaba por la ventana cercana solo intensificaba haciéndolo mil veces mas sublime. Lo veía en blanco y negro, como en las antiguas películas, pero tan sensual que debería ser ilegal. No podía concebir algo más bello que él. Que mi Louis vestido solo por su propia piel.

El olor a perfume invadió mis vías respiratorias de su aroma cuando el se inclino a besarme con creciente calor, mordisqueo mis labios llevándome al cielo con los movimientos ondulantes de su cuerpo como si fuera un baile al son de una canción compuesta solo para nosotros dos. Vagamente recordé una fiesta, la música vibrando en mis tímpanos y a el bailando frente a mi casi con el mismo erotismo.

Me uní a el en se instante en el que ya no me sentía dueño de mi mismo, ya no era capaz de manejar mis pensamientos y mis acciones. Sus uñas se clavaron en mi pecho y mis dedos parecían encastarse en sus muslos como si hubieran hallado su lugar en el mundo acompañados por gemidos de gloria al unisonó y estremecimientos que iban a la par de las repeticiones de él.

A mi me nublaba la mente frases como 'tocar el cielo con las manos' y 'sin ti no soy nada', que sentía, incluso, escasas para describir aquel momento.

El era mi cielo, si, pero también era mi cable a tierra. Podía ser tan fácilmente mi cordura y volverse mi locura un segundo después.

El lo era todo y cuando lo sentía así, tan mío, podía comprobarlo tangiblemente, robándome la vida, bebiéndomela con cada beso, obsequiándome la suya con cada suspiro, con cada exhalación de su boca.

Louis tenso su cuerpo sobre mi y el mundo parecía haberse congelado en ese instante en el que todo acababa, en el que el frenesí parecía explotar desde nuestro interior y cayo pesadamente con el rostro en mi hombro y las manos flácidas entre mi pecho y el suyo.

Yo mientras tanto, intentaba controlar mis temblores al mismo tiempo que quería abrazarlo estrechamente, agradecerle una vez mas por su sola existencia.

Ya medio dormido y ambos con la respiración un poco mas regular que hacia un minuto antes, lo deposite de espaldas a mi lado, lo arrope y con la tenue luz de la lampara detrás de mi cabeza lo vi sonreír con los ojos entrecerrados y llenos de brillo.

-Te amo -susurró mientras me acomodaba lo más cerca posible.

Su pelo estaba revuelto y parecía un nido de pájaros que resaltaban sobre la almohada. Se veía como un niño exhausto después de correr. Le bese la nariz.

¡Diablos! Soy todo un romántico ¿o qué?

-No tienes idea de cuanto lo hago yo, amor. Un te amo no alcanza -confesé y el se acercó a mí y rozó sus labios calientes con los míos.

Se removió entre las sabanas y suspiro sonoramente antes de caer en brazos de Morfeo.

Le coloqué un mechón de cabello por sobre la frente y me dediqué a contemplarlo tan frágil como hermoso, tan delicado y tierno a su vez no podía quitar mis ojos de su figura tranquila.

-Ni, aunque te regalara todas las noches de mi vida lograría demostrarte lo importante que eres para mi -susurré acariciando su mejilla sonrosada.

Mi Louis sonrió entre sueños.

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Holi, decidí subirlo en dos partes por que hace una semana mientras estaba escribiendo se me apago el computador y se quedo guardado solo una parte :(

Entonces primero publique lo que tenia guardado y termine de escribir el resto y también que me dio pereza subir todo en un solo capitulo jajajaaj

Le da más intriga.

El próximo capitulo lo dedico, así que espero sus comentarios para tenerlos en cuenta.

Espero que les guste, quedan tres capítulos, así que espero publicarlos pronto.


*Corazones geis*

LUZ DE MEDIANOCHE [Larry Stylinson] {Adaptación} TERMINADAWhere stories live. Discover now