•Capítulo 4: La llegada del príncipe•

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—Dime Fraudrin, ¿de casualidad eso que usas es un cuerpo humano? —habló Melascula, ignorando la duda existencial de Hendrickson

—Así es, usar este cuerpo ha sido muy sencillo. —respondió el Fraudin, el mandamiento del desinterés, el cual poseía a Dreyfus

—¿Y cómo es que solo nosotros logramos salir? —cuestionó Gloxinia

—Pues lamentablemente no tenía más sangre del clan de las diosas, así que solo la utilicé para liberar el sello de ustedes, los Mandamientos. —explicó Fraudin— Me disculpo.

—Ya no se puede hacer nada, pero aún así liberaremos a nuestra gente sin importar qué. —añadió Zeldris— Lo haremos cuando recuperemos todo nuestro poder mágico y se vuelva estable.

—Esperen, no puedo sentir la presencia de Tn. —comentó Derieri— ¿Y ustedes qué?

—Yo tampoco, pero creo que es porque ella aún no tiene sus poderes completos. —explicó Monspeet

—Entonces va a dificultar la búsqueda de Meliodas para encontrarla. —dijo Gloxinia— Qué conveniente.

—Y yo quería jugar un rato con ella. —hablo Derieri fingiendo tristeza— Igual esperaré a que Tn recupere su máximo nivel, igual que yo.

—A causa de la guerra de hace tres mil años, perdimos la mayoría de nuestro poder, incluyendo los príncipes Zeldris y Meliodas, que son los más fuertes. —añadió Fraudin— Así que, básicamente, ahora los humanos gobiernan Britania.

Hendrickson respiraba agitado, sin saber qué hacer ante tan desbordante poder, que según ellos, aún faltaba recuperar.

—Increíble. —soltó Melascula con molestia— La raza más frágil y desafortunada ahora gobierna sobre la tierra.

—Sí, es realmente decepcionante. —apoyó Galand— Deberíamos ir y demostrarles quién es el que en verdad merece gobernar entre todas las razas, ¿no creen?

—No cuenten conmigo, estoy cansada. —respondió Derieri— Iré por más almas nuevas para recuperarme, así que no molesten.

—Voy contigo. —avisó Monspeet, arreglando su bigote rápidamente

—Pero iré más tarde donde Tn. —agregó Derieri, deteniendo su andar

—Yo también quisiera ver cómo está nuestra querida amiga actualmente. —dijo Monspeet con cierta indiferencia

—Antes que nada, nuestra prioridad es descansar. —interrumpió Zeldris— Los efectos del maldito sello de las diosas han debilitado nuestros poderes mágicos.

—Ese maldito clan... Pero ya me vengaré. —habló Galand con odio

—Igual no podemos quedarnos aquí por mucho tiempo. —añadió Gloxinia— Tenemos que movernos, ya que el humano nos ha visto.

—Estoy seguro de que Meliodas nos encontrará, sin necesidad de avisarle hacia dónde nos fuimos. —dijo Zeldris con una expresión seria— Así que síganme.

—Sí, capitán.

—Y más te vale no tocarle ni un solo pelo a Tn, Meliodas... —murmuró Zeldris para sí mismo, frunciendo su ceño

Narra Tn

—Eh, Mael. —lo llamé— ¿Puedes comprar los ingredientes para hacer una pizza?

—Claro, capitana. —respondió dejando la escoba a un lado, pues hoy le tocaba la limpieza junto con King— ¿Quieres acompañarme, Hawk?

—Meh, prefiero quedarme a verificar que esta tonta no queme nada.

—¡Oye, sigo aquí! —exclamé fingiendo enojo

Ella Es Mía (Meliodas y Tu)Where stories live. Discover now