•Capítulo 9: ¿Liz?•

1.9K 137 26
                                    

Merlin nos transportó a Camelot y nos hizo aparecer frente a un albion de gran tamaño.

—¿Qué es esa cosa? ¡Incluso es más grande que mi mamá! —exclamó el cerdito sorprendido

—No conozco a nadie de la raza gigante que se parezca a él. —comentó Diane con algo de miedo

—Detecto múltiples acciones mágicas dentro de su cuerpo, pero no señales de vida. —informó Merlin

—Entonces ni siquiera puede ser un demonio... —dije seria

—Y es posible que sea un golem.—habló la maga nuevamente

—Esa es la bestia albion. —confirmó Meliodas

—¡¿Bestia albion?! —gritó Diane

—Fue creado por la raza demoniaca antiguamente. Pensaba que ya no existían más de ellos. —agregó Meliodas por lo bajo

—Meliodas, si vas a venir con nosotros, te recomiendo deshacerte de esa ropa y la marca demoniaca. —le advertí— Te meterás en problemas si te descubren.

—Pues por mí no hay problema en deshacerme de mi ropa. —me respondió Meliodas con cara chibi— Pero mejor vayamos a tu habitación, ¿no crees?

—Se ve que quieres otro golpe. —susurré haciendo un puño con mi mano

—Tus amenazas no me dan miedo, cariño. Sé que no te atreverías a golpearme en serio.

—¿Ah, sí? Pues puede que esto si te dé miedo, hijo d-

—Por favor, capitana. —me detuvo Merlin— Mida sus palabras y concéntrese en la misión.

—Bien. —a pesar de tranquilizarme, mi rostro demostraba mi molestia

Escuché a Meliodas chasquear sus dedos, cambiándose de ropa mágicamente y a la vez, haciendo desaparecer su marca demoníaca. Sonreí complacida.

—¿Y? ¿Qué tal me veo? —el rubio me vio esperando aprobación

Tenía un ligero sonrojo natural en sus mejillas y vestía unos pantalones holgados, complementados con un saco blanco que dejaba un poco de su pecho al descubierto.

—Está horrible. —mentí sin querer perder mi orgullo

—¿Ah, sí? —se acercó a mí, provocando que mi rostro se calentara un poco. El rubio sonrió triunfante

—Esa cosa está al mismo nivel de cuando Hendrickson se convirtió en demonio... —Slader interrumpió el momento

—Elizabeth, resguárdate dentro de la taberna y permanece con la mamá de Hawk. —ordené alejándome de Meliodas para luego desenfundar mi espada

—Pero señorita Tn...

—Estoy segura de que nos ayudarás, pero no por ahora. —respondí sin verla

—Bien... Iré cuando vea que necesitan ayuda. —dijo la albina entrando a la taberna

—Suerte esperando que eso ocurra, rata con alas. —murmuró Meliodas entre dientes— Conmigo basta y es más que suficiente.

—¡Esperen! ¡Este poder es superior al de Tn! —habló Hawk. Yo lo miré asombrada— ¡Incluso está igualado con el de Meliodas!

—¡Hey! No me analices, aún no tengo mi poder completo. —gruñó Meliodas con orgullo— Además, si me uno con Tn, estoy seguro de que podríamos derrotarlo fácilmente.

Cierto, los dos teníamos un sello que limitaba nuestro poder.

—Tch, el sello de las malditas diosas me afectó más de lo que creí. —se quejó el rubio

Ella Es Mía (Meliodas y Tu)Where stories live. Discover now