Capitulo 12

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Había pasado un mes y era la primera vez en días que Lali no vomitaba por causa de las drogas, iba al hospital dos veces por semana para tratarse y cuando podría se iba adonde su fiel escudero y amigo Peter. Se veía que la pequeña Lali estaba agotada de tantos momentos de su vida y en estas cuatro semanas no tuvo que esforzarse para continuar la lista, pero ahora estaba bien y dispuesta a hacer un punto más “importante”.

- ¿Estás segura de que quieres hacer esto? - Estaba muerto de miedo de que apareciera un guardia de seguridad y los sorprendiera en el acto.

- Deja de ser mujercita Lanzani - puso los ojos en blanco, miró de reojo disfrazadamente y puso la bolsa de doritos en la mochila de su amigo.

- Tantas cosas para conseguir acá y  obtienes Doritos? - se rió, fue muy divertido saber que estaba robando un supermercado y el producto era solo un Doritos.

- Si sigues quejándote ni siquiera olerás mi bocadillo - ya había tomado lo que querían y podría fugir - vamos - sonrió

- ¡Espera! - fue a las barras de chocolate, Lali parecía no entender - No me voy de aquí sin comprar nada - con énfasis en comprar.

- Ni siquiera pareces ser un hombre - ella se cruzó de brazos y fue con él al cajero - eres muy marica - Peter pasó por el cajero sin discutir con ella, no quería que lo tildaran de ladrón apesar de ser. En el estacionamiento, Lali seguía quejándose, maldiciendo a Peter por todos los nombres desagradables, desde marica hasta malas palabras.

- Tu boca está tan limpia como tus manos de ladrón- puso en marcha el coche y salió del estacionamiento.

- ¿Me estás llamando de ladra? - Peter la miró burlonamente - Ok - resopló - eres mi cómplice y si me arrestan te vas - sonrió victoriosa con la cara de miedo que lo hizo. Fueron al parque, se sentaron en el césped frente al estanque de los patos y comieron doritos con chocolate. Tenía muchas familias y parejas disfrutando de esa tarde soleada así como Peter y Lali, quienes se rieron y rieron a carcajadas llamando la atención de muchas personas que pensaban que la “joven pareja enamorada” era hermosa.

- Ese chiste fue tan estúpido Peter - se rió, se acostó encima de la tela a cuadros, Peter hizo lo mismo - ahora escucha esto - Se hornean dos panes de queso ...- ya riendo - horneando en el horno hasta que uno se vuelve hacia el otro y dijo:

- Dio mio, hace calor aquí, ¿verdad?

- Entonces el otro mira asustado y dice

- Dios mío, un pan parlante

Peter no entendía por qué no se reía, Lali lo miraba sin dejar de reír, porque siempre encontraba muy divertida esta broma.

- ¿Por qué no te ríes? - Ya con dolor en la barriga de reír tanto.

- ¿Qué es tan gracioso? - sin entender todavía

- Tenía que ser rubio - lo pedaleaba, que hasta entonces todavía no entendía, ese chiste era horrible, pero para Peter seguía siendo un misterio - sonrió.

- Mira la pelota- gritó alguien desde lejos, Peter como un jugador lo atrapó con un rápido reflejo, un niño que corría hacia él sonrió, porque quería que le devolviera la pelota - Lo siento - se disculpó avergonzado, estaba Dulce, un niño blanco de cabello negro y ojos claros, Lali se sentó en la toalla a cuadros.

- cuidado con esa pelota, campeón - devolviéndole la pelota - ¿alguna vez pensaste si golpeas una dama? Mira a Lali que sonrió tímidamente.

-  disculpa me, mademoiselle. - dijo un perfecto francés, besando su mano.

- Vamos, Pierre, gritó una niña muy parecida a él.

- Ok, ahora puedes volver a jugar - riendo, el niño corrió hacia la niña - qué niño tan travieso.

Yo soy tuyoWhere stories live. Discover now