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El cementerio al cual Ai había decidido llevar a Tenko era uno que estaba bastante escondido de la civilización. A pesar de que aún había casas alrededor, no se veía como un sitio donde las personas caminaran de forma recurrente. La albina, aún así, se paseaba por él como si fuera el vecindario en el que había crecido. 

Tenko, que llevaba puestos unos guantes negros que cubrían solo su meñique y estaban asegurados por su muñeca, caminaba silenciosamente; girando su mirada ocasionalmente a la caja que Ai cargaba con su mano derecha, teniendo la izquierda ocupada con su pequeña mano infantil. 

Sus azabaches cabellos revoloteaban con el viento del día nublado, y un escalofrío recorrió su espalda cuando llegaron a las rejas oxidadas que indicaban la entrada de la necrópolis. Sin quererlo sus ojos se pusieron llorosos. 

¿Qué hubiera sucedido si Ai Yoshida no hubiera estado ahí para él? ¿Qué hubiera pasado si la joven adulta no le hubiera tendido una mano, ayudándolo cuando ni siquiera los héroes lo habían hecho? Probablemente ahora no recordaría los rostros de aquellos a los que llamó familia durante casi cinco años. Era un niño, sí, pero eso no le quitaba la inteligencia que había desarrollado gracias a los malos tratos de su padre. Estando en su hogar había comenzado a aprender cosas que un niño no debería. 

Aún despertaba en las noches, estando agitado y con respiraciones erráticas se acurrucaba más cerca de la chica que ahora caminaba a su lado.

La Yoshida apretó suavemente su mano para darle a entender que estaría ahí para él.

El infante dejó escapar un sollozo, señal de la pena por la que pasaba actualmente. Ai soltó su mano unos momentos, yendo al lugar de la administración para conseguir un espacio. No fue un problema, el dinero era algo que podía solucionar la mayoría de los contratiempos del mundo contemporáneo, y la Yoshida tenía tanto que no escatimaba en gastarlo. 

Tenko secaba sus lagrimas con el dorso de su mano. 

[...]

La tierra caía sobre el pequeño féretro que habían obtenido del administrador del cementerio. Había mandado a alguien a comprarlo.

Tenko fue quien metió cuidadosamente las extremidades a la caja, en todo momento quedándose cerca de la calidez que la mujer a su lado ofrecía. Sus miradas se conectaron varias veces, y Ai en cada ocasión le brindó una sonrisa sincera. 

La Yoshida ya podía imaginarse las terribles consecuencias que hubiera tenido el mundo si a este niño no le hubieran ofrecido una mano cuando más lo necesitaba. Su amnesia temporal acerca del incidente de su familia se lo había demostrado. 

Aunque todavía quedara lidiar con All For One, ella estaba segura de que podrían arreglárselas de alguna manera. Era consciente de sus propias fortalezas, y también de sus debilidades. La confianza con la que caminaba diariamente no era un sentimiento vacío, y las víctimas que había tenido en su trabajo a lo largo de los años eran la prueba de ello. 

Cuando el niño terminó por cerrar el objeto, ella cuidadosamente lo tomó entre sus manos, colocándolo en el agujero de tierra en el que descansaba la lápida con los nombres de sus familiares. 

Las personas que ella solía contratar trabajaban rápida y eficientemente, por lo que todo estaba listo cuando llegaron. De ahí que el féretro fuera del tamaño exacto, con acolchonado de seda en color vino, y un acabado hecho de ébano reluciendo delicadamente en color negro. 

Ai fue quien terminó el proceso; manipulando la tierra con su mano extendida cubrió la superficie del agujero. Girando su muñeca, un ramo de lirios blancos cayó suavemente sobre las manos de Tenko, él las dejó encima de la tierra. La joven adulta dejó un ramo de rosas color rosa al lado de los lirios. 

Luego de unas horas llenas de tranquilidad pacífica, con el niño mirando afligidamente a la tumba y lágrimas rodando por sus ojos mientras era abrazado por la Yoshida, ambos caminaron hacia su departamento.

Tenko se quedó dormido nada más salir del cementerio, por lo que Ai lo cargó suavemente en su espalda durante el trayecto de regreso. 

[...]

Cuando llegaron al departamento, Ai dejó el pequeño cuerpo de Tenko en su cama. Dejarlo dormir seguramente era la mejor decisión por ahora, pensó. Lo cubrió con las suaves mantas, y salió con cuidado de la habitación. 

Suspirando, tomó su celular y tecleó un mensaje rápido a uno de sus contactos. 

Tras unos momentos de espera su celular sonó indicando una llamada entrante. 

Sonrió antes de responder- Aún recuerdas que me debes un favor, ¿Cierto?- Habló sin siquiera saludar

La voz femenina del otro lado de la línea suspiró pesadamente- Como podría olvidarlo. Me persigue diariamente la carga de no saber qué es lo que me pedirás- 

Ai rió ante lo dicho- No te preocupes, solo necesito ayuda en un pequeño asunto legal- 

-No creo que sea pequeño si eres tú quien lo necesita- 

Eso solo hizo reír aún mas a la Yoshida. Se cubrió la boca con la mano para evitar hacer mucho ruido. Tenko seguía durmiendo- No me hagas hacer ruido- Dijo entre risitas ahogadas

La voz femenina se quedó en silencio durante unos momentos-Espera... ¿ quieres evitar hacer ruido, teniendo la oportunidad perfecta para burlarte de alguien más?- 

Un momento después, Ai lanzó su celular hacia el sofá, intuyendo lo que sucedería. Atrajo con un movimiento de muñeca los cojines de los sillones al suelo. 

A los pocos segundos de que la chica con la que había estado hablando se quedara en silencio, el celular que lanzó al sofá resplandeció, y de él salió una figura femenina. Ai detuvo con sus dedos la daga que iba directamente a su garganta e inmovilizó a la mujer, dejándola caer sobre los cojines del suelo, y sentándose encima de su espalda, jugando distraídamente con el arma ajena en su mano.

-No te atrevas a hacer ruido, niña- Murmuró 

-Veo que en realidad si eres tú- Se quejó desde abajo, Ai sonrió y se levantó del cuerpo de la chica

Cuando ambas se pusieron de pie, la otra se estiró hacia atrás, haciendo sonar los huesos de su espalda. Ai lanzó de regreso la daga que había tomado antes. La joven la atrapó en el vuelo. 

-¿Se puede saber hace cuánto tiempo no salías de tu cueva, Kyoko?- Preguntó divertida, sentándose en el sillón de cuero blanco individual. 

-¿Quién está en tu habitación?- 

-Tan directa como siempre. No esperaba menos de ti- Respondió con voz cantarina, su mirada tan seria como siempre- Pero no te atrevas a cruzar la línea- La sala donde estaban se enfrió repentinamente a causa del aura que la mayor desprendía, resultado de los años que llevaba en su trabajo.

La menor bajó la mirada, nerviosa. 

-Lo que necesito son papeles de adopción. No puedo hacerlo de la forma correcta, así que ahí es donde entras tú. Hazlo bajo el agua- 

La castaña asintió-...¿Habrá alguna retribución?- Murmuró 

-Dime mocosa, ¿Quieres que te rompa las piernas?- Sonrió la Yoshida 

-¿Cuál era su nombre original?- Preguntó, cambiando el tema.

-Shimura Tenko- 

-Te lo enviaré en unas horas, nos vemos- Agitando su mano, Kyoko Azuma salió de la escena. 

Ai negó mientras recogía los cojines del suelo. 

[...]

Cuanto tiempo... Espero que les agrade jajaj (Y perdonen la hora en la que actualizo 😬)
-Star

Nesta [BNHAxOc]Where stories live. Discover now