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La joven mujer regresaba a su hogar luego de haber sido encargada de atrapar a unos cuantos criminales. Los estragos de haber luchado contra ellos seguían estando presentes en su cuerpo, y eso la ponía de mal humor. 

Prendió el cigarrillo que tenía en el bolsillo trasero de sus jeans negros. Sentía la penetrante mirada que los varones a su alrededor le daban, y sonrió cínicamente. 

Contoneó sus caderas sensualmente mientras seguía con su camino. 

Sabía que era hermosa, y siempre que podía se lo hacía notar a los demás. Pasó su mano libre a través de sus largas hebras albinas, y le guiñó un ojo al hombre que pasó junto a ella. 

Una vez que avanzó unos pasos, escuchó cómo una chica le gritaba al varón de hace unos segundos. Soltó una risilla burlona, sabiendo lo que seguramente había provocado. 

Ai siguió avanzando, mientras le daba las últimas caladas a su cigarrillo observó cómo repentinamente el aura de la calle había cambiado. Eso la extrañó bastante, siendo un sábado por la mañana en uno de los lugares más concurridos del área, se le hizo raro que las personas caminaran apresuradamente, evitando la mirada de todos a su alrededor. Tiró la colilla al suelo, y la pisó con su fino zapato.

Ver cómo una abuela pasaba prácticamente corriendo a su lado prendió la última alarma en su cabeza. 

Analizó con su atenta mirada los detalles del lugar, notando que el punto fuera de lo común era un pequeño infante de no más de cinco años que caminaba erráticamente frotando sus ojos, parecía realmente perdido, y a juzgar por las reacciones de la gente que pasaba a su lado, no era alguien común. 

La curiosidad le ganó a la Yoshida, además del repentino sentimiento de querer proteger algo que hacía mucho no sentía. 

Caminó haciendo resonar sus distintivos tacones rojo sangre, su paso era rápido pero no apresurado, si no tan lleno de confianza como su porte usual. 

Una vez que se postró frente al niño de cabellos celestes, se agachó a su altura. 

- ¿Sucede algo, cariño? - Habló suavemente, poniendo su mano encima de la cabeza del chiquillo. 

Cuando el niño levantó sus ojos, Ai entendió porque todos se habían alejado. Conocía demasiado bien esa clase de mirada. Así que le sonrió, le sonrió con toda la confianza que portaba en ese momento, y soltó las palabras que, curiosamente, el infante necesitaba escuchar. 

- Todo estará bien, te lo prometo

La mirada rojiza del niño se aguó, dejando soltar las lágrimas que tanto habían estado esperando por salir. La gente a su alrededor los evitó como si fueran una plaga. 

- E-Ellos - Balbuceó 

- No te preocupes, cariño, primero vamos a un lugar más tranquilo, ¿Sí? - Dijo amablemente, haciendo el amago de tomar la pequeña mano con suavidad. Recibió una reacción inusual, con la fuerza que su delgado bracito podría tener, rechazó el contacto - Cierto, los niños no deben ir con extraños - Asintió la chica - Bueno, yo me llamo Ai Yoshida, ¿Cómo te llamas, pequeño? - 

El infante sorbió su nariz, limpiando con el dorso de su mano las lágrimas que habían dejado de caer - Shimura Tenko - Susurró con miedo - L- Lamento haberla rechazado, pero mi-mi - 

- Bueno, Tenko, podemos hablar de ello en la banca de ahí, ¿Te parece? - Preguntó con una sonrisa, señalando una banca en el parque a unos metros de su posición actual. 

Tenko asintió emocionado, aún con su mirada cargada de sentimientos, acompañó a la extraña al lugar señalado. 

Una vez que llegaron, Ai ayudó al niño a subir a la banca, era muy pequeño para hacerlo solo. 

- Bueno, ahora que estamos más tranquilos, ¿Por qué no me cuentas qué ha sucedido? - 

La Yoshida sacó un pañuelo del bolsillo de su chaqueta blanca, y limpió con suavidad el rostro del pequeño. 

Tenko la miró significativamente - Lastime a mi familia - 

Ella asintió, sin inmutarse mucho ante lo que dijo - Supongo que habrás despertado tu particularidad repentinamente, ¿No? No debes preocuparte por ello, cariño, eso le pasa a muchos - 

El infante negó con su cabeza, bajando sus ojos hacia sus manos - Lo-lo hice sin querer, no era mi-mi intención hacerlo - 

Ai sonrió comprensivamente, tomando sin aviso la mano del pequeño. Él se asustó, y la mano de la chica comenzó a desmoronarse. Se mordió la lengua para evitar soltar un quejido por el dolor causado. 

Al ver cómo su extremidad se hacía polvo poco a poco, deslizó la afilada daga que tenía en su antebrazo izquierdo y cortó desde el bíceps. Tenko veía todo aterrorizado. 

- Tranquilo, no fue tu culpa, fue mía por no haber preguntado antes de tocarte - Sonrió para evitar que el niño se sintiera mal - Además mira este truco - Dijo con voz cantarina, al mismo tiempo que su brazo se regeneraba de nuevo. 

Tenko jadeó sorprendido, sonriendo por primera vez desde que había visto la foto de su abuela. 

- ¿No-no te lastime? - Preguntó 

- No puedes hacerme daño, Tenko. Y no dejaré que nadie te haga daño a ti tampoco, lo juro - 

Shimura Tenko sonrió hacia ella, asintiendo. Procedió a relatarle a la chica lo sucedido, entre tartamudeos, hipidos y sollozos, Ai Yoshida se prometió a sí misma, proteger al niño a cualquier costo. 

[...]

Tenko rascaba su cuello efusivamente, su cabello aún seguía húmedo por el reciente baño que había tomado al lado de la extravagante mujer. 

Ella se había presentado como Ai Yoshida, una funcionaria pública de 22 años de edad. 

O al menos es lo que le dijo al niño cuando caminaban de regreso al departamento de la mujer. 

Cuando llegaron, lo primero que ella hizo fue tomar un baño con el pequeño, a pesar de que este siguiera bastante afectado por lo que había sucedido, ella estaba esforzándose genuinamente para distraer su atención.

Ai comprendió, o al menos se hizo una idea, de qué era lo que había sucedido con la familia del chico. 

Aún no sabía si eso sería bueno o malo pero lo hecho, hecho estaba. Y ella decidió que era momento de sentar cabeza. 

[...]


Nesta [BNHAxOc]Where stories live. Discover now