Nesta [BNHAxOc]

6

Los días pasaban con bastante tranquilidad, luego de ir al parque de diversiones, Ai se había propuesto llenar un álbum con fotografías de Tenko siendo un niño alegre.

Ai entendía al pequeño, tal vez era por eso que sentía que debía protegerlo de todo mal.

El sistema de Japón estaba bastante jodido. Que ella existiera era la prueba viviente. Por eso debía cuidar de Tenko tan bien como pudiera, su particularidad no era lo que los adultos de Japón querían para su tonta sociedad perfecta de héroes.

Ella suspiró, alzando el cobertor sobre el pequeño cuerpo dormido del niño. Ambos estaban recostados sobre su cama. Aún no iban a comprar muebles adecuados para Tenko.

«Desintegración... ¿Qué tan mala hubiese sido su vida si All for One lo encontraba antes que yo? Ese rufián tiene una mente tan retorcida como el sistema que tanto jura odiar»

Tocó con suavidad la frente del niño, y varias imágenes empezaron a llegarle a la cabeza.

En su mayoría eran de su pequeño siendo un poco más grande, tal vez 8 o 9 años. Estaba riendo, con un niño de cabello blanco a su lado. Ella aparecía detrás de ellos, corriendo llena de harina.

«¿Quién será?»

Le reconfortaba saber que el futuro de Tenko sería brillante. Sería una infancia feliz. Al parecer con un hermano.

Por ahora solo sé preocuparía por Tenko. Lo demás se aclararía con el tiempo, pensó mientras se acomodaba a su lado y cerraba los ojos.

Dejó un beso en la cabeza del niño antes de quedarse completamente dormida.

[...]

El sonido de la puerta fue lo que los despertó a ambos. Tenko miraba con curiosidad a Ai.

–¿Te llevas bien con los vecinos?

Ella gruñó, entreabriendo los ojos solamente para jalar a Tenko hacia ella. El niño rió al sentir como lo abrazaba para no despertar.

–¡Para!– Chilló entre risas al sentir como le hacía cosquillas

Ai soltó una risita al verlo retorcerse– Bien, bien. ¿Por qué no vas a lavarte la cara mientras yo veo quien molesta?

Tenko asintió, saltando de la cama– ¡No debes tratar mal a los vecinos!

Ella alzó una ceja– Pero si soy un ángel.

El niño la miró por un segundo, con toda la poca credibilidad que podía tener un niño, y salió corriendo hacia el baño luego de gritar un "¡No es verdad!", y Ai sonrió viéndolo irse.

«No, el ángel es otro» Pensó divertida

Se puso de pie con desgane, odiaba levantarse temprano. Se puso una bata de seda rosa claro, y caminó descalza hasta la puerta.

La abrió sin siquiera mirar por el visor, y frunció el ceño al ver de quién se trataba.

–¿Se puede saber qué haces en mi casa?

La figura frente a ella sonrió rascándose la nuca– No era mi intención venir tan temprano.

Ella intentó cerrar la puerta con un golpe, pero la persona frente a ella puso su pie para impedirlo.

–¡Me enteré de qué adoptaste a un niño!– Gritó desde afuera, en un intento de que lo dejara pasar

Ai gruñó– ¿Y qué?– Seguía intentando cerrar la puerta, aunque fuera consciente de que el pie del hombre estuviera ahí