Nesta [BNHAxOc]

7

El desayuno pasó sin ningún incidente más, con Ai teniendo bastante controlado a Saevel, y Tenko siendo un buen niño en general, no tardaron mucho en encontrar temas de conversación. 

A la Yoshida parecía alegrarle el hecho de que Tenko estuviera interesado en temas normales para los pequeños de su edad, cosa que no pasó desapercibida para su rubio compañero. 

–¿Entonces tu particularidad es como ser un shinigami? 

Saevel miró a Ai, preguntándole con la mirada si estaba bien responder a eso o no, pensando en cómo los niños usualmente no tomaban el tema de la muerte con tanta tranquilidad como el espécimen frente a él lo estaba haciendo. 

Ella se alzó de hombros, y eso fue indicativo suficiente para que el siguiera su explicación, no sin antes hacer una nota mental de que cualquiera que viera a Ai como una buena persona estaba igual de cuerdo que ella  (no mucho). 

–Mmmmm... básicamente, sí. 

Ai alzó una ceja hacia él por ser tan vago, pero esta vez fue su turno de restarle importancia con el mismo gesto que ella. 

–¡Eso es asombroso! ¿Puedes ver a los muertos? ¿Tienes una guadaña? No, no, no, espera, ¡¿Le quitas la vida a las personas?!

El rubio se quedó en silencio por un momento, sorprendido por la efusividad del infante. 

–Sí, sí y tal vez. 

La albina bufó ante la ironía de la escena frente a sus ojos. 

Cualquiera de sus superiores mataría por estar en el lugar de Tenko. 

[...]

Para Tenko, Saevel era un misterio. 

Al principio parecía ser alguien espeluznante, pero sabía que si Ai confiaba en él, entonces no le haría daño. 

Después de unos minutos, todas las dudas que tuvo cuando lo conoció se esfumaron. ¡Era increíble!

Era muy alto, y Tenko nunca había conocido a alguien tan guapo. Y su particularidad era interesante. ¡Y sus ojos eran como los suyos! Y eso no parecía afectarle en absoluto. 

Ai, por otro lado, parecía estar calmada por fuera, pero el comentario inicial de Saevel la había dejado pensando. Pero la idea de preocupar a Tenko por algo así, por lo que había estado evitando mencionarlo frente a él.

Además, verlo tan alegre por encontrar a alguien con características similares a las suyas, era más gratificante de lo que esperaba. 

Cuando el niño tuvo que ir al baño, ambos sabían que era el momento. El aura despreocupada de los adultos cayó en un segundo. 

Ai habló primero– ¿Quién mierda te dijo sobre Tenko?

Saevel sabía que debía escoger con cuidado sus palabras cada que hablaba con esta mujer, y aún más cuando no tenía el ceño fruncido, si no esa fría ira que hacía que sus ojos se vieran de otro color. O tal vez era el efecto secundario de una particularidad. Nunca estaba seguro. 

–Los rumores de Thief  yendo a misiones con un compañero, y el hecho de que fuiste vista comprando ropa infantil dejan ver mucho, Ai. 

Ella suspiró– ¿Por qué son tan entrometidos?

Saevel conectó su mirada con ella– Los dos sabemos que eso no es todo. 

–Si me muevo ahora, lo estaré poniendo en peligro. 

–Entonces no lo hagas tú misma. 

–Tener compañeros es una debilidad, y con Tenko la ventana se ha abierto lo suficiente.