Capítulo I

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Un nuevo día se asoma en National City, el despertador de Kara comenzó a sonar a las 5:00 A. M. Su rutina empezaba levantándose temprano para salir a correr una hora—lo hacía a diario—, de forma tranquila desactivó la alarma, se levantó de su cama y dando pequeños estiramientos se dirigió a su closet para sacar su ropa deportiva. No pensó mucho para seleccionar alguna, eligió un conjunto azul que resaltaba el color de sus ojos, eran azules con bellos destellos grises. Ingresó al cuarto de baño para cepillar su cabello rubio, dejándolo atado con facilidad y posterior a ello lavó su perfecta dentadura. Al mirarse al espejo, se le formó una pequeña sonrisa recordando que dentro de unas horas su hermana, Alex, iba a llegar trasnochada del hospital. Ambas habían llegado a un acuerdo, cuando le tocara horario nocturno se quedaría en su departamento, ya que Kara vivía relativamente más cerca del Hospital Luthor, el mejor y más completo de la ciudad. Salió ya lista para seguir con su rutina de ejercicios, no sin antes dejarle el desayuno hecho a Alex, una porción de frutas y unos pancakes con la miel de maple —aparte para que ella le pusiera al gusto—, también le dejó puesto el café para que se sirviera cuántas veces quisiera. Tomó las llaves de su departamento metiéndolas en la pequeña bolsa de su short comenzó a bajar por las escaleras del edificio. Así sus músculos aprovechaban para entrar en calor, a su paso saludó a algunos vecinos que se encontraban saliendo de sus hogares rumbo a sus labores. Algo que le causaba gracia, era que cuando salía sin lentes, muchos no la reconocían hasta que les dirigía la palabra se daban cuenta de quién se trataba. Solo usaba sus lentes porque pasaba mucho tiempo al frente de su portátil, por eso su oftalmólogo le recomendó usarlos siempre que utilizara un dispositivo con luz azul. Pero ella ya estaba acostumbrada en usarlos siempre, eran parte de su día a día, tampoco le molestaba.

Le puso play a su música apenas llegó al parque, comenzó a estirar sus piernas un poco más y brazos para evitar algún tipo calambre o lesión en su cuerpo. Miró a su alrededor, amaba mucho ver como comenzaba a salir el sol. Así como el sol, en su rostro se formaba una sonrisa pero con cierta tristeza. Recordaba que ella hacía las mismas rutinas con su fallecida prometida,  despejó su mente para comenzar antes de empezara a recordar un poco más de la cuenta. No quería abrir esa gran herida que tenía grababa su corazón, mientras daba la primera vuelta después de atravesar todo el parque, varios ojos se posaron en ella reconociéndola como la rubia atractiva que acababa de salir en la portada de su propia revista —por petición de sus propios lectores—, querían conocer más a fondo a la mujer se encontraba detrás de aquella revista y, por supuesto, ella no se negó a hacerlo.

Entre más vueltas daba alrededor del parque, su mente le jugaba malas pasadas, escuchaba la voz del amor de su vida, pero ya no derramaba lágrimas. Llegó al punto de estar resignada, ya sabía que nunca iba a volver a verla, cerró unos segundos ojos respirando agitadamente ante ello. Sus amigos siempre le decían que debía cambiar el parque por uno diferente donde ella misma no se atormentara, porque por más que quisiera evitarlo siempre le sucedía. Existían momentos distintos en ese sitio, cuando iban a comer un helado e inclusive, en las citas con Alex y Maggie, la ex novia de su hermana, pasaban bromeando jugando como cuatro niñas pequeñas mientras hacían una competencia de quién volaba más alto la cometa.

Flashback

El día estaba muy soleado y caluroso, las cuatro se encontraban en el departamento de Alex. Se estaban preparando para hacer una maratón de películas, porque era turno de Star Wars —importante saga que amaban—, pero hacía tanto calor que a Maggie se le ocurrió la fabulosa idea de ir al parque a disfrutar del día. Todas habían aceptado que esa era una buena idea, así podrían comer helado cuántas veces desearan. En el transcurso comenzaron a hablar de la vida que llevaban y de alguno que otro chisme del trabajo, esos que siempre se generan. Las dos parejas iban de la mano sin temor alguno, se sonreían entre risas dirigiéndose miradas amorosas.

Cuestión De Amor [En Edición]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang