Capítulo XV

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El sol comenzó a ceder ante la noche que se asomaba de forma paulatina, cubriendo con sus últimos rayos los rostros de dos almas que se cortejaban en una bella cena. Donde las risas cálidas, pequeños apretones de manos y besos suaves, se convertían en su lenguaje del amor. Con solo mirarse transmitían lo que sus corazones dictaban al estar juntas y si alguien les preguntaba lo podrían describir con una palabra, lo llamarían: mágico. Kara miraba a Lena y sentía tantas cosas; la admiraba, admiraba su inteligencia, su belleza, su naturalidad y todas las características que podría pasar enumerando en toda la noche que apenas era joven. Del mismo modo la señorita Luthor, veía tantas cosas en la CEO Danvers que se quedaría sin aire, solo encontraba una palabra que podía encerrar todo lo que para ella es: extraordinaria.

Cuando terminaron de cenar y comenzaron a mirar las estrellas aparecer, esas estrellas que, metafóricamente querían darse les sonrían. Como si estuvieran orgullosas de apreciarlas, ambas brillaban con luz propia, pero que se intesificaba al unirsen.

— ¿Por qué me miras así? —  le pregunta dulcemente Lena al sentir su mirada intensificada. Kara humedeció un poco sus labios para sonreírle, a mi no me gustas, estoy enamorada de ti, admite dulcemente en su interior.

— Es imposible no admirar tu belleza — le dijo suavemente tomando su mano nuevamente para entrelazarla con amor. La pelinegra la tomó con ambas manos para acercarlas a sus manos y le dio un sentido beso.

— Se supone que yo debería enamorarte, Kara Danvers. Pero tu me enamoras con cada detalle — la rubia suelta una pequeña risa negando uniendo su otra mano a sus manos ya juntas.

— A mi no me gustas, Lena Luthor. No me gustas — la ojiverde frunció el ceño soltando sus manos sintiendo que estaba siendo engañada por la ojiazul — Me di cuenta que en realidad estoy enamorada de ti — le susurró admitiendo en voz alta su pensamiento a la vez riéndose un poco de la expresión que tuvo antes, sabía que la ojiverde sentía miedo y yo ella no lo negaba, también lo sentía. La pelinegra siente que su corazón estaba por explotar de la alegría.

— Bueno... Kara Danvers, siendo eso cierto te dejaré pasar el pequeño susto que me haz pegado — bromeó riéndose ella de misma por haber pensado lo peor por unos segundos. Kara se comenzó a reír tomando sus manos y se inclinó hacia ella para que se fundieran en un pequeño beso.

— No tienes por qué dudar de lo que siento por ti, Lena — le susurró suavemente acariciando su nuca y le ofreció su mano para comenzar a caminar con tranquilidad, hasta un punto determinado del mirador. La pelinegra bajó un poco su mirada avergonzada, nunca quiso que verse desconfiada, pero tenía miedo de que volviera a sucederle lo mismo y la rubia le levantó con cuidado su mentón dándole una caricia a su paso — Nunca, pero nunca bajes bajes tu rostro, hermosa — Lena se puso en pie para abrazar con mucho fervor a Kara que sonreía enterdecida sintiendo sus brazos — Es normal que tengamos miedo. Porque sí, también lo tengo, pero lo superaremos juntas como te dije — le susurró en su oído la pelinegra asintió sintiendo como su cuerpo tenía un pequeño estremecer por el pequeño roce y se sintió un poco mal, porque sabía que no lo había hecho con malicia.

— Eres de otro mundo, ¿sabías? — la rubia soltó una carcajada negando soltando el abrazo poco a poco para mirarla fijamente y Lena se mordió un poco su labio inferior — Me encantas, señorita Danvers — le confesó dejando sus manos en su cuello y la CEO Danvers puso sus manos en la cintura alzando las cejas asintiendo.

— ¿Ah sí?, yo también me encanto —bromeó ganándose un empujón de su parte, pero comenzó a reír retomando la pose de sus manos en la cintura — A mi también me encantas, Lena Luthor — se acercó lentamente para comenzar a rozar sus labios jugando inocentemente con ellos, pero se detuvo para profundizar los besos y la pelinegra no lo dudó en hacerlo también —  Eres especial, Lena y no me cansaré de decírtelo. No me importa tu pasado, me importa tu presente y más si en ese estoy a tu lado — le dijo al haberse separado de sus labios, poco a poco se iba haciendo adicta a su sabor. Lena asintió sintiendo que en cualquier momento podría flotar en el aire con una sonrisa enamorada. En ese instante se despertó de ese pequeño e íntimo trance cuando escuchó un pequeño chasquido  escuchando de fondo como una canción que conocía perfectamente comenzaba a sonar: A thousand years - Christina Perri — ¿Me concede un baile señorita Luthor? — se alejó un poco para hacer una pequeña reverencia con su vestido como la época media y Lena comenzó a reírse mordiendo su labio inferior asintiendo para tomar nuevamente su mano. Y se acercaron a un pequeño corazón también repleto de pétalos rodeado de unas pequeñas velas, ¿eso no estaba aquí o sí?, pensó confundida, pero no le dio más importancia.

Cuestión De Amor [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora