Capítulo XVII

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Huir del pasado no es la solución, hay que enfrentarlo o sino el destino mismo se encargará de que lo superes tarde o temprano. El pasado es el que ayuda a madurar a una persona, así sea uno bueno o uno malo, en todo caso, también hará que alguien sea fuerte, eso sí, hay que saber vivir el presente no en el pretérito. Ese es el caso de la señorita Luthor, se vio obligada a acompañar a sus padres al lugar donde inició todo para ella, donde conoció el odio, el cariño a medias, donde sufrió las humillaciones de su vida que la dejaron marcada, por eso tantas veces se ha imaginado alejando a Kara Danvers de su vida, estaba aterrada, sin embargo, no podía descartar esa posibilidad. Aun confiando en la rubia, sabía que algún día por medio de las desconfianzas que le marcó Lillian en su conciencia iban a parecer y la llegará a lastimar. Cada vez que se acercaba al lugar, sentía como su estómago se revolvía en tan solo pensar que estaba volviendo, esta vez sin poder evitarlo, a la mansión Luthor y pondría un pie cuando juró el pasado fin de año no hacerlo de nuevo.

Su antigua residencia estaba ubicada en un lugar casi desértico, así evitaban a los molestos vecinos como ellos los llamaban, la mansión, con fachada elegante transmitía la frialdad de sus dueños, rodeada de un gran jardín que estaba casi muriendo, el clima tampoco colaboraba, era igual de frío. Lena no podía dejar pasar de largo que el hogar de los señores Danvers sí había es calidez de un verdadero hogar, sin importar que estuviera casi a la orilla del mar, todo era paz y amor, sin qué decir de los progenitores de las hermanas, estaban locos de amor por ellas. En cambio su lugar de infancia era todo lo contrario; estaba rodeada de lujos que a ella nunca le importaron, ni siendo una niña mucho menos ya de adulta, en sus paredes colgaba únicamente el recuadro de la foto de Lillian Luthor, creyéndose la dueña y señora de todo, en las demás paredes recuadros de pinturas costosas y posiblemente habrán de colgar una de Lex Luthor.

La CEO Luthor al bajar del auto tomando la mano del chófer, se arrepintió apenas estaba frente a la casa y suspirando pesadamente tomó el brazo de su padre que se lo ofrecía y ella no pudo dejar de sentir que era forzado lo que hacía. Además que, sentía las miradas de muerte que le daba su madre adoptiva. Cada paso que daba su cuerpo se envolvía en un profundo estremecimiento y su corazón no se quedaba de lado, latía pausado como si estuviera reconociendo que no quería estar ahí nunca más.

- Estás en casa, hija - le dijo su padre dándole una pequeña sonrisa que parecía ser honesta. Lena tragó aclarando su garganta y negó.

- Esta nunca fue mi casa, padre - esa fue la única respuesta que recibió Lionel con la mirada triste, pero Lillian le pellizcó de forma ligera el brazo.

- Me alegra que sepas reconocer la verdad, Lena - se quitó la gabardina negra dándosela a una de sus tantas empleadas domésticas mirando con avaricia el recuadro de Lex. La pelinegra siguió la mirada, se dio cuenta que no estaba equivocada y rodó los ojos con fastidio - ¿Para qué querías que ella estuviera aquí, Lionel? - dijo irritada por la presencia de su hija adoptiva. Lionel se atrevió a mirarla mal. La ojiverde alzo su ceja sorprendida de que su padre la enfrentara con la mirada.

- Cuando Lex murió decidí reescribir mi testamento - se fue al armario que contenía alcohol del más lujoso para servirse un trago de whisky. Lillian aprovechó para insultarla con palabras gesticuladas a Lena, pero esta la ignoraba haciéndola hablar con la mano - Decidí algo importante - se giró a ambas mujeres que fingían como si nada hubiera pasado entre ellas. Lionel miró fijo a su hija menor ignorando por completo a su esposa - Serás la única heredera de Luthor Corp y de nuestros bienes. Y no, no quiero escuchar tus reclamos Lillian - la señaló con la bebida en mano y ella se puso en pie para apelar todo lo que estaba diciéndole a su hija adoptiva. La pelinegra alzaba las cejas con la boca abierta incrédula de lo que escuchó de su padre - ¡Lena ahora es mi única hija. Perdí muchos años de mi vida por hacerte caso y mira, Lex está muerto! - alzó la voz cansado de fingir que no le interesaba la vida de su propia sangre.

Cuestión De Amor [En Edición]Where stories live. Discover now