6-... A ver si tú me entiendes de una vez.

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Tus versos,
palabras,
ideas
y gestos,
tus gustos,
tus muchas caras
(incluso tus movimientos)
esperan una amante
que los (d)escriba.
Los diálogos aguardan,
príncipe
(de negro y verde y linaje azul),
rey,
héroe.
Pero yo no soy esa persona.
No lo soy.
Incluso si necesitase que me rescatasen,
no querría un rescate.
Incluso si sueño con ser así,
incluso
si te uso
para un fin.
No lo soy.
Valoro demasiado mis valores.
Y sé que tú valoras los tuyos,
querido.
Así pues, no. No vengas a mi lecho.
No te cueles en mis sueños.
No les des la satisfacción
de llamarte ladrón
de carne blanca.
No lo hagas,
no llegues nunca.
No hagas realidad jamás
ninguna de mis fantasías.
Por muchos motivos,
por mucho que sueñe,
por muchas noches seguiré
durmiendo sola.
Así es como es,
así es como fue,
así es como será.
Y esto te digo, Señor,
maestro del engaño,
poder de las mentiras:
he de solicitar
la deprivación
de la depresión
que me causaría la depravación.
No me arrebates el candor
ni la esperanza
de los múltiples intentos
que nunca van a ser ciertos
y que juntándonos culminarían,
terminarían,
acabarían.
Acabaríamos de ser nosotros,
acabaríamos en los brazos del otro.
Acabaríamos.
No quiero acabar,
así que no me lleves hasta el final.
Eso es, salvo cuando yo te lo pida.
Salvo cuando no haya otra alternativa.

Hay muchos, varios, tipos de amor.
A ver si todos lo entienden de una vez.
Feliz San Valentín.
Storgé, Philia, Ágape.

Poemas para los poetas sin poesíaWhere stories live. Discover now